Capítulo 14- Campo de lobos

Un poco más, espero les guste

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A la mañana siguiente, Báixuě pasó a jugar un rato weiqi con el príncipe antes de despedirse.

-Esta vez tendrá que esperar más tiempo, no podremos regresar hasta dentro de un mes y medio, con suerte- Le traeré sus caballos para entonces, ¿necesita algo más?

-No, creo que nada más por ahora – dijo. Hablando de suerte, en un mes deberían enviarle una nueva partida de alimentos y dinero, al menos lo que estaba asignado para el ejército aún antes de que él se hiciera cargo, no era mucho pero podría seguir con su campaña. Al menos si nada cambiaba en la corte durante su ausencia.

-Espero que tenga paciencia – dijo ella y se refería a la partida pero su comentario dio en el blanco, Wu Fang necesitaba mucha paciencia y control para que todo saliera bien. En aquel tiempo y antes que llegara lo más crudo del invierno volvería a la batalla. Luego estarían obligados a replegarse, debía aprovechar ahora.

-La esperaré- dijo él y ella sonrió, entonces miró el último movimiento que la mujer había hecho. Casi lo había vencido.-Me alegar que me dé tiempo para pensar – dijo él.

-Estoy segura que encontrara una salida – dijo y luego los hombres de Báixuě entraron cargando un barril.

-¿Qué es?

-Aceite de Tung – respondió ella- Imaginé que iba a pedirme después de nuestra conversación sobre impermeabilización.

-Iba a hacerlo, pero sabiendo que demoraría con la entrega, no lo hice.

-Teníamos este barril con nosotros. No tengo cera de abejas, pero calculo que si lo mezcla con grasa le servirá.

-¿Cuánto es?

-Lo agregaré a su cuenta, puede pagarlo cuando regrese con los caballos.

-¿Soy un cliente confiable?

-Dudo que vaya a huir sin pagar, Alteza. Solo manténganse vivo hasta que regrese- le dijo ella y él asintió.
En los días siguientes a la partida de La Nieve, Wu Fang estuvo ocupado preparando todo para la próxima batalla en el frente, y se dio cuenta que el tiempo se había vuelto algo relativo en aquel lugar. Ya no lo medía por días o meses, lo medía por batallas y por partidas de weiqi que jugaba con una mujer que apenas conocía, y a veces sentía que el naufragaba en aquel extraño discurrir temporal.

Junto a Zhongchen había convocado a los principales capitanes bajo su mando, incluso alguno de los hombres que habían servido a su cuñado. Y frente a un mapa discutían y planeaban la mejor estrategia para el nuevo combate, ir al frente le había ganado el respeto de muchos de ellos sin embargo otros aún se resistían a seguir sus estrategias y, peor aún, sus órdenes. Así que Wu Fang tenía que forzarlos esgrimiendo la autoridad de su título y su experiencia en las batallas, después de todo , no le habían dejado otra opción que probar su valor con el filo de la espada.

Finalmente llegaron a un acuerdo sobre cómo se desplegarían y qué tácticas llevarían a cabo para mantener el plan de Wu Fang de hacerlos retroceder poco a poco, y también decidieron incorporar a la mayoría de los hombres que habían estado entrenando allí en la fortaleza.

Aunque aquello le preocupaba a Wu Fang.

-¿Crees que estén listos? – le preguntó a Zhongchen mientras los movilizaban hacia la frontera.

-¿Acaso alguien lo está alguna vez?

-Zhongchen, no es momento para pensamientos profundos. Quiero saber si de verdad podrán pelear o solo os guío a la muerte.

-Pueden luchar , Su Alteza, pero aún no son soldados, hemos hecho lo mejor que podíamos en este poco tiempo y en estas circunstancias. Ninguno fue forzado, saben a dónde se dirigen.

-Que no los hayamos obligado no significa que tuvieran muchas posibilidades de elegir.

-¿No es lo mismo para todos? Si le preocupan, deberemos poner un mayor esfuerzo en ganar- respondió Zhongchen y en realidad eso era lo que más le preocupaba a Wu Fang, que al final, todos los esfuerzos fueran en vano.

Un par de semanas después se encontraba de pie en el campo de batalla. Siendo testigo se aquel siniestro presagio, muchos de los hombres que había llevado a batalla yacían muertos a su alrededor, ciertamente también habían caído muchos enemigos, pero eso no quitaba el peso de la culpa en su consciencia. Durante un breve instante se quedó allí, mirando como la nieve estaba teñida de suciedad y sangre. Incluso la espada que sostenía estaba dejando caer gotas rojas en la blancura, sangre del enemigo y sangre propia , pues tenía una herida en el brazo y estaba sangrando aunque apenas era consciente de ello.

-¡Alteza! – gritó algún soldado a su espalda y alcanzó a reaccionar a tiempo antes de que lo apuñalaran. También Zhongchen llegó a su lado –Es momento de que se retire, ya hemos hecho todo lo que podíamos – le dijo y casi que lo arrastró para sacarlo de allí.

Un reguero de manchas rojas en la nieve quedaba a su paso, esas no eran las huellas que él quería dejar en el mundo.

Prácticamente tuvieron que obligarlo a que regresara a la fortaleza a recuperarse, ciertamente habían logrado un mínimo retroceso del enemigo, eso ya debía ser suficiente porque el clima seguía empeorando. Wu Fang se resignó a replegarse y pensar en nuevas estrategias dada la situación actual.

La primera noche en la fortaleza, quizás porque estaba débil por los días de batalla y por la herida, quizás porque sentía algo de desesperanza, tuvo una pesadilla. Estaba allí, en aquel campo de batalla y de pronto, decenas de lobos se lanzaban contra él para despedazarlo. Despertó gritando y empapado en sudor. Su orgullo agradeció que n o hubiera nadie cerca para verlo en aquel estado. Si un sueño lo dejaba así, cómo iba a afrontar la realidad que lo acechaba y era más peligrosa que lobos oníricos.

Y días después cuando le llegó la partida que enviaban para la guerra, pensó que quizás los lobos de su sueño eran los humanos de la corte. Tanto en provisiones como en dinero habían mandado menos de lo que esperaba y de lo que necesitaba, pero sin una victoria significativa no podía reclamar nada. Ni sus enemigos aprobarían un mayor presupuesto, ni su padre hasta que le diera una prueba de su valor.