El Fénix:el nacimiento de una leyenda

Nuevo amanecer

Al fin a desaparecido el anciano o mejor dicho Robert, no me convence nada de lo que a dicho o tal vez es demasiada información para entender rápidamente. Escucho un susurro en mis oídos pero no logro distinguir que es lo que me dice, enfrente mío aparece una silueta negra con mucho humo a su alrededor. Esto es tan repentino que cuando me doy cuenta me veo a mi mismo, es como si me viera al espejo, un hombre idéntico a mi está mirándome fijamente con un brillo en los ojos.

 

—A pasado tiempo ¿cierto?

 

Doy varios pasos hacia atrás para alejarme y verlo mejor. Esto que está enfrente mío esta claro que no soy yo es otra cosa que me han tratado de explicar. Esto que veo es mi alma, es idéntico a mi solo que con pequeños detalles como que tiene el cabello más largo y tiene una mirada muy profunda llena de dolor, sufrimiento además de sed de venganza. Cada segundo que paso enfrente de el se hace más intimidante pero ese sentimiento se termina desvaneciendo al igual que su silueta. Regresa su susurro en este vacío, solo que ahora puedo entender lo que me dice.

 

—No te has preguntado por qué cambias

 

—Se lo que estás pensando pero piénsalo cuando el peligro se avecina te llenas de irá y valentía qué termina por desaparecer después de un rato.

 

—No te preguntas el como tú inocencia te ciega. Esto es por qué jamás tuviste la oportunidad de vivir felizmente junto a tu familia. Te arrebataron la inocencia cuando eras un niño, en tu interior está un vacío que no sabías que está ahí. Oculto a simple vista pero con dejo una enorme cicatriz en tu corazón.

 

—No sabes que ahí pero lo descubrirás y cuando eso pase entenderás el porque de tu actuar.

 

Después de sus palabras me siento solo en este mar de oscuridad, la luz que nos iluminaba desapareció junto con esas palabras. No se lo que me depara el destino. Todo pasa tan rápido y es tan horrible que en más de una vez e pensado en rendirme pero algo me impulsa y no es el miedo a la muerte tal vez sea eso... el vacío que existe en mi interior. No logro comprender lo que está dentro de mi por qué son dos personas completamente diferentes pero iguales a simple vista, mi alma y yo estamos igual de dañados pero juntos buscamos algo que nos de una razón de ser y la encontraremos.

 

Abro los ojos y lo primero que miro es la parte de abajo del rostro de una mujer que puso mi cabeza en su regazo. Ella no a notado que me e despertado, yo solo miro a mi alrededor para averiguar donde estoy. Noto que hay más de una persona y que estamos en una celda muy oscura, giro la cabeza para ver mejor las rejas que nos separan de la libertad. Veo por minutos el oxidado metal de los barrotes, a través de ellos se ve un pasillo y después de este una celda enfrente de la nuestra con paredes manchadas con sangre acompañado de los sollozos de varias mujeres que se abrazan las unas a las otras. Ellas tratan de cubrirse del frío con trapos viejos ya que los vestidos que visten están rotos y desgarrados incluso algunas de ellas están semidesnudas. Regreso la mirada a mi alrededor para notar la mirada de un hombre viejo con cabello largo que le llega a los hombros y una barba blanca al igual que su cabello, su mirada vacía se llena de esperanza al verme consiente.

 

—Al fin despertaste muchacho, justo a tiempo

 

Miro por primera vez el rostro de esta mujer, su mirada está llena tanto de odio como de alegría. Esta mujer y el anciano parecen llenos de vida, es como si estuvieran esperando algo con ansias es como si algo se avecina, yo también lo siento es algo muy difícil de describir. Me levanto de su regado y me siento a su lado izquierdo, siento algo de dolor en el pecho tal vez sean mis heridas. Miro a la celda que está enfrente de nosotros, las mujeres dejan de llorar y se asoma entre los barrotes. Yo intento acercarme a los barrotes pero el anciano alza la voz.

 

—Tranquilo ellos ya vienen

 

Dejo de avanzar y me vuelvo a sentar a lado de está extraña mujer, ella toma mi mano y la empieza a apretar.

 

—Ellos vendrán están muy cerca, lo siento ellos no nos mintieron

 

El anciano mira a la mujer y dice con voz rasposa.

 

—Así es ellos se acercan por fin. Hemos esperado por mucho tiempo esto ¿no es así?

 

No se que está pasando ni como llegué aquí pero era de esperarse, no debía confiar en el anciano y decrépito Roger. Debo encontrar respuestas y rápido.

 

—Señor, sabe como llegué aquí?

 

El mira fijamente a través de los varones mientras sonríe.

 

—Así es muchacho se cómo llegaste aquí. Te trajo personalmente el primer comandante de los Lobos Rojos, el legendario Roger ”el hombre de los mil años". No se que hiciste muchacho pero te hicieron un favor o eso decían ellos ¿verdad?

 

La mujer que está a mi lado suelta mi mano y mira fijamente la puerta de la celda.

 

—Te extinguieron tus almas verdad

 

Yo respondo temeroso.

 

—Si lo hicieron

 

El anciano empieza a reír y me mira antes de hablar.

 

—Mucho gusto Leonardo Fénix se escucha mucho de ti últimamente. Verás muchacho este lugar es un lugar de exterminio por eso te trajeron aquí. Por eso extinguieron las almas podridas que tenías dentro, para ellos solo le servimos con el alma en su estado más puro.

 

—Por cierto llámame Dylan

 

Después de escucharlo el regresa la mirada al pasillo esperando algo.

 

—Señor, perdón Dylan pero a quienes estamos esperando

 

El no desvía la mirada del pasillo y comienza a hablar.

 

Dylan: Somos como ganado para ellos, hemos sido acusados de traición o somos prisioneros de guerra. Los Lobos Rojos son un imperio expansionista que con los años a tomado más y más territorio. Ellos nacieron después de la caída de lo que fue nuestro gran imperio antes de fraccionarse y colapsar. Solo buscan más recursos y almas humanas para sus hombres. Pero no dudarán mucho pero sabes por qué Leonardo.



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En el texto hay: sufrimiento, sangre, guerra

Editado: 17.09.2021

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