El FestÍn

2-LA MUERTE ES UNA VIDA-

CAPÍTULO 2

LA MUERTE TAMBIÉN ES UNA VIDA

 

Muchos dicen que la familia es como un grupo de columnas que detiene un gran peso. Que mientras pertenezcas a una jamás te dejarán todo el peso a ti. Pues así se sentía desde el momento en el que conocí a mis compañeros.

Por primera vez durante mucho tiempo alguien me levantaba.

Claye se encontraba despierto ya que al parecer yo estaba teniendo una  pesadilla.

No tenía idea de lo que había soñado. solo sabía identificar que sentía una vibra extraña, me sentía intimidado.

Claye mencionó sin pensárselo dos veces:

-¿No quieres ir a explorar?

-Yo no soy muy fan de las actividades físicas. Reclamé.

-¡Es solo una caminata, vamos!

No había nada más que hacer, así que acepté. tal parecía que claye quería salir a explorar la sala principal.

Salimos de nuestro cuarto el número #3 y pasamos por el corredor de las habitaciones numeradas. Había una alfombra roja que empezaba en la sala y terminaba en la recámara del señor p, esta se encontraba al otro lado del pasillo. Era una puerta de madera de roble obscuro, que estaba bajo llave con un candado rojo caoba, tambien por el pasillo se podían encontrar fotos familiares de niños, pero habían 2 que eran excepcionales, estaban al lado de la puerta del señor p, una de ellas había de una niña, y en la otra era un niño, ambas fotos eran en blanco y negro, dejando eso de lado necesitábamos salir sin hacer ruido.

 logramos escabullirnos a la sala sin ser sorprendidos por nadie, nos encontrábamos Claye y yo, en una sala que para mí era una aventura emocionante.

El mobiliario de esta sala era impresionante, se podía observar la elegancia del propietario pues había;

Una sala repleta de cuadros de alto valor, un piano, una grande y acogedora alfombra de oso pardo, unas impresionantes cortinas de lino en un tono rojizo, una cabeza de venado pegada a la pared de una chimenea de ladrillo, una armadura medieval, una mesa de centro con un jarrón que contenía en su interior 3 Orquídeas Oro de Kinabalu, unas sillas H&M de alta gama entre más cosas que no terminaría de contar.

Empezamos a husmear para entretenernos, puesto que no habían juguetes para Claye o libros que yo pudiese leer para matar el tiempo.

Después de un rato me puse a contemplar la armadura que se encontraba en una esquina del lugar, era tan detallada, pareciese que era inédita, no me parecía familiar, tanto tiempo leyendo libros de historia y jamás había visto alguna armadura parecida en esos libros.

Me di la vuelta y sentí que había pisado algo muy flácido. Eran los pies de Claye, el cual estaba a segundos de soltar el mayor grito de su vida.

Rápido tomé acción y le cubrí la boca con mis manos. Lo que menos queríamos era despertar a alguien. Obviamente le pedí disculpas pero se indignó y empezó a reclamarme en voz alta, segundos después se dio cuenta de lo que había ocasionado.

Rápidamente corrimos a escondernos detrás de un sofá viejo en la sala.

Por más que pasó el tiempo no hubo ninguna señal de el señor p,

  • ¿No se te hace raro?, le mencioné a Claye.

Claye me miro confundido y preguntó:

  • ¿De qué hablas?
  • hablo de que nuestro supuesto padre no salió a ver que paso. Respondí.

Claye respondió con una pregunta.

  • ¿No sera por que esta ocupado?, ¿Porque le buscas una respuesta a todo? No es como en tus cuentos de detectives. 
  • ¡Cierra la boca pedazo de ignorante, no son cuentos, son novelas!, Reproché.
  • ¿Y cual es la maldita diferencia?
  • Si gastaras tu tiempo leyendo lo sabrías, por eso no sabes decir más que maldiciones, Mencioné.
  • No quieras sentirte superior, maldito genio, Contestó.

La discusión continuó durante unos minutos y se escuchó el crujido como si alguien se acercara. Seguido a esto procedimos a escondernos donde pudiéramos.

Yo corrí a esconderme dentro de la chimenea, me mantuve unos centímetros alejado del piso para que no se hicieran notar mis piernas, en cambio Claye se escondió detrás de la armadura vieja.

Pasaron unos instantes y escuché como si alguien se estuviera acercando a mi, pero los sonidos no provenían de la sala, sino detrás de la pared de la chimenea donde me encontraba. sentí un escalofrío y salí de ahí sin pensarlo dos veces.

  • ¡Claye Corre!, grité.

Salimos huyendo en un santiamén y nos topamos a los demás camino hacia la sala.

  • ¿A qué se debe todo el escándalo?, preguntó uno del grupo.
  • ¡Vuelvan a los dormitorios!, grité asustado.

Ahora todos nos encontrábamos huyendo de algo que no podíamos ver.

  • ¡Tienes que tranquilizarte lucke!, mencionó claye.

Él tenía razón, estaba actuando histérico por un ruido que probablemente había causado mi propia imaginación, pero se escuchó tan real.

  • ¿Qué está pasando Lucke? preguntó Nicole.
  • Salimos a explorar y escuché unos ruidos extraños provenientes de la pared. respondí frente a todos.

Todos estábamos asustados y hambrientos, tanto escándalo y no había señal alguna del señor p.

¿Qué estaba pasando?, Estas y más preguntas nos pasaban a todos por la mente cuando de la nada alguien preocupado preguntó:

  • ¡¿Duncan?! ¡¿Alguien ha visto a mi hermanito?!

Un niño del cuarto #6 llamado Chris había perdido de vista entre todo el alboroto a su hermano menor Duncan, cuando de pronto añadió:

  • ¡Todo esto es tu culpa Lucke! ¡Probablemente los vio escabullirse y se perdió en la casa!
  • Eso es imposible, Nosotros revisamos que nadie nos siguiera. Respondió Claye.
  • ¿Qué hay de los ruidos tras la pared?, ¿Qué tal si es mi hermano?
  • No digas estupideces, ¿cómo podría llegar hasta allí?, citó Claye.
  • No ayuda en nada empezar a culparnos entre nosotros, mejor vayamos a buscar a tu hermano, Comenté.



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En el texto hay: comedia, terror, terror misterio

Editado: 20.05.2023

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