El fin de los días

VIII

—¿Una base militar? —dice Francisco

—¿Podemos ir con ustedes? —dice Pedro

—Claro, todos son bienvenidos —les responde Jackson— ¿Solo están ustedes tres?

—Iremos por lo demás —dice Robert

Ingresaron a la casa junto a Jackson, y algunos miembros de su grupo.

—De casualidad, ¿Tendrán suministros que nos puedan servir?

—Tenemos comida y armas —dice Francisco

—Bien, hay que llevar todo

Jackson encarga a dos de sus soldados que recojan las cosas y las cargaran en los vehículos, estos obedecen y con ayuda de Robert guardan todo.

28/01/20 19:28

La base militar no se encontraba tan lejos de su posición, aunque la noche estaba cayendo, no significaba un problema para los soldados, desasiéndose fácilmente de cualquier caminante que encontraban.

Al llegar, un gran portón los recibía, Jackson se acercó y le ordenó a alguien del otro lado que abra.

Dentro, parecía que nada había pasado, las personas caminaban sin preocuparse; reían, conversaban, niños corriendo.

Dos tanques se hacían presente cerca a la entrada para ser usados ante cualquier problema.

Todos sorprendidos por el gran contraste que había dentro con el exterior.

—Pensaron que no verían algo así de nuevo ¿Cierto? —preguntó Jackson al ver las caras de los demás

Mientras seguían a Jackson, todas las miradas se posaban sobre ellos.

—¿Porque todos nos están mirando? —preguntó Valentina

—Somos los nuevos —dice Tobías

—¡Papá! —dijo una voz femenina y dulce— Volviste

—¡Abigail! —respondió Jackson mientras la abrazaba— Les presento a Abigail, mi hija

Una joven de grandes ojos, una larga y castaña trenza le posaba sobre el hombro.

—¡Hola a todos!

Terminada la presentación con Abigail, el grupo sigue a Jackson hasta un edificio de tres pisos, compuesto de habitaciones para las personas de la base; suben hasta el segundo piso y avanzan hasta casi el final del pasillo.

—Estas serán sus habitaciones por mientras, hasta que vea donde pueda ubicarlos según sus tareas —dice Jackson para luego señalar dos puertas— Pueden instalarse en ellas y luego bajar al comedor para que coman algo.

Jackson se despide y deja a los chicos en el pasillo.

—Podríamos dividirnos entre hombres y mujeres —dice Robert— Así pondremos tener privacidad ¿Les parece bien?

Todos asienten; tomada está decisión, ambos grupos entran a sus respectivas habitaciones, donde se acomodan con sus cosas personales.

En la habitación de los chicos, Tobías se encontraba una vez más perdido en sus pensamientos. Los recuerdos de su madre le seguían afectando y causando mucha pena, añadiéndole a eso la muerte de Carlos y Taylor.

Al no tener una gran relación con su padre, se sentía solo.

—¿Tobías, cierto? —le pregunta Ezzequiel

—Ehm, sí

—Tu padre me estuvo contando todo lo que tuviste que pasar... En verdad lo siento mucho

Las lágrimas empiezan a deslizarse por su rostro.

—Yo perdí a mis padres cuando era pequeño, ambos fallecieron en un accidente. —dice sentándose a su lado— Cuando ocurrió eso, me sentí solo en el mundo y tuve mucho miedo.

Tobías lo observaba en silencio.

—De mi experiencia, el consejo que te puedo dar, aunque estemos pasando por todo eso, es que sigas adelante, trata de hacer cosas que te distraigan y llora, llora mucho para que no tengas todo ese dolor guardado.

Los demás se encontraban descansando en sus camas, mientras escuchaban la conversación entre estos dos.

—Habla con tu padre, en estos momentos ambos se necesitan.

—Te lo agradezco, lo haré

Ambos se levantan y se dan un abrazo.

—No quiero interrumpirlos, pero muero de hambre, deberíamos aceptar la oferta de Jackson y bajar al comedor. —dice Pedro

—La verdad es que yo también —dice Tobías soltando una pequeña risa

28/01/20 20:31

Ya abajo, todos, excepto Daniel y Cinthya que estaban cansados, van en busca del comedor.

Robert se acerca a uno de los soldados y le pregunta la ubicación.

Al llegar, se encuentra con Jackson y Abigail.

—¿Lograron instalarse? —pregunta Jackson

Todos asienten e ingresan al comedor. Dentro, los recibían varias fuentes con diferentes tipos de platos.

—¡Cuanta comida! —exclamó Valentina

—Hay un grupo de exploradores que se encarga de recolectar suministros para que podamos vivir aquí por mientras.

Sin pensarlo, cada uno se dirigió a servirse lo que quería; Andrea se encargó de ayudar a Valentina a escoger.

Como ya era un poco tarde, había muchas mesas vacías, así que no fue difícil encontrar un lugar para cenar.

El grupo compartió sus historias con Jackson y Abigail, todos conversaban y reían tranquilamente, como si nada estuviera ocurriendo fuera.

28/01/20 21:22

Ya en las habitaciones, todos se encontraban en sus camas cansados por todo el trayecto del día, excepto Tobías, que yace sentado, nuevamente pensando en todo. Para evitar esto, decide salir de la habitación.

Fuera del edificio, la mayoría de luces han sido apagadas, quedando solo con la luz de la luna. El silencio reina por el lugar, Tobías cree que es increíble que este lugar exista dentro de todo el caos que hay afuera.

—¿Tobías? —dice una voz femenina a sus espaldas.

Tobías se voltea y ve a Abigail que la apunta con una linterna.

—Oh, hola

—¿Estás bien? ¿Qué haces afuera?

—Sí, solo salí a tomar un poco de aire

—¿Te puedo acompañar?

—Claro, no hay problema

Ambos empiezan a caminar por la base hasta llegar a un lugar con varias mesas al aire libre.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Claro

—Has perdido a mucha gente ¿no?

—¿Cómo lo sabes? —le pregunta Tobías

—Lo veo en tus ojos —le responde— Yo tenía esa misma mirada cuando perdí a mamá años atrás. Cáncer.




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