El final de este amor

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Son las ocho de la noche, donde la brisa fría abraza mi cuerpo al pasar como una visitante por la ventana de mi habitación, a la vez que la pantalla de mi teléfono se enciende mostrándome una tierna imagen de mi cumpleaños número 18, me encuentro en medio con una sonrisa que deslumbra felicidad absoluta, a mi lado está mi mamá sonriendo de la misma manera sin dejar de mirarme con una calidez que embarga mi corazón, por ultimo y no menos importante, esta mi mejor amiga sexy como siempre, su sonrisa es más amplia por el motivo que se estaba riendo a carcajadas sobre algo pervertido que susurró en mi oreja, a lo que mi reacción fue darle un leve golpe en el estómago.

Las comisuras de mi boca se extienden al recordar aquel momento, fue un recuerdo hermoso que valoré y valoro al tenerlo albergado en mi mente. Despego mi atención del fondo de pantalla de inicio, para fijarme que me ha llegado una notificación de un mensaje, no estaba de ánimo para revisar de quién se trata.

Estoy sentada en la cerámica de madera con mi espalda recostada en la cama como apoyo, entre mis piernas tengo un recipiente lleno de palomitas de maíz y como acompañante un helado napolitano, son mis medicinas cuando llegan los problemas que me estresan, como los que se me están presentando. Según yo, estoy viendo una película de aventura, la verdad es que no estoy prestando atención, solo me centro en comer como un cerdo y pensar una y mil veces la mala vida que me cargo.

Primero es mi "digno señor padre"

Segundo es mi "querido ex"

¿Cuál será el tercero? ¿Qué mi novio sea un infiel? ¿Qué mi mejor amiga me engañe? Eso fuera el colmo.

Betty se fue a las seis de la tarde, sus padres la habían llamado y tenía que ir sin poner excusas, puedo decir que sus padres son un poco ausentes y estrictos cuando se lo proponen, pero a ella no le falta ni un brasier, lo tiene todo gracias a ellos y sus trabajos. Por lo tanto, ya es de deducir que me quedé sola con mis dos amigos comestibles que luego de acompañar a Betty a la salida, corrí a la cocina a buscar lo que tanto protejo para comer en mis situaciones donde lo único que deseo es soñar con una vida feliz, sin problemas o tormentos del pasado que me persigan. Observo la comida y hago una mueca de disgusto al notar que ya se va a acabar.

Apago el tv, busco mi laptop color rosa en el cajón de la mesita de noche, me siento en el centro de la cama con el aparato en mi regazo, me dirijo a Word con el fin de escribir en mi disque diario, pero soy interrumpida con el sonido de un ronroneo gatuno, que surge del teléfono avisando una llamada entrante, suspiro al ver el nombre. Es Nick

Aubrey: Hola.

Nick: Hola hermosa, ehh... disculpa si no te llame como te lo prometí, tenía mucho trabajo que hacer, ya sabes, deberes, proyectos, el equipo de Básquet, entramiento.

Ruedo mis ojos ante tantas cosas.

Aubrey: no te preocupes, te puedo comprender.

La respuesta verdadera es: "¿No soy tu prioridad? ¿Por qué no me envías un mensaje? No demoras ni un minuto".

Nick: gracias preciosa...

Hay un silencio de suspenso, me pregunto que estará pensando.

Aubrey: ¿Nick?

Nick: Oh, si, perdón. Quería saber si podemos salir está noche, hay una fiesta y quería saber si me puedes acompañar.

Aubrey: Nick, tú sabes que mi madre no me deja salir a estas horas.

Mi madre es muy recelosa en salir a estas horas de la noche, siempre dice que es muy peligroso y no sabrás si volverás a casa o en un ataúd. Por ende, me prohíbe salir, según ella no podrá dormir tranquila y puede llegar a sufrir un infarto si no aparezco. Por la salud de mi madre, prefiero hacerle caso, aunque a veces si me da coraje, pero con un respiro profundo todo se arregla.

Nick: pero si vas con tu amiga puede que si te deje. Vamos cariño, no deseo llegar solo, por favor Aubrey.

Salgo de la cama, para caminar de extremo a extremo entre las cuatro paredes pintadas de un color azul marino que, si tuvieran ojos y bocas, me dirían: "Cálmate chica, solo piensa y busca una solución adecuada". Oh si claro, como si la solución fuera sencilla.

Aubrey: déjame ver si puedo hacer algo, yo te aviso.

Nick: mil gracias, espero una respuesta positiva. Chao, te quiero.

Aubrey: yo también te...

Me corta la llamada, quedo con la boca semiabierta al ver que en verdad no esperó a mi respuesta. Bueno, se escuchaba un poco apurado.

Me dirijo a mis contactos y pulso en llamar a mi mejor amiga. ¿Debo prepárame para un no? La respuesta es un: sí.

*llamando a Betty*

Aubrey: Hey, hola boba.

Hablo muy alegre al ver que respondió la llamada, estoy un poco nerviosa, en verdad si quiero ir.

Betty: Hola y que quieres.

Aubrey: ¡Oye no seas grosera! —escucho un resoplido molesto de su parte—Bueno voy al grano, quiero saber si puedes acompañarme a una fiesta que Nick me ha invitado.

Betty: ¿No se supone que no te dejan salir a estas horas?

Aubrey: puede que contigo sea la excepción.

Silencio incomodo. Cruzo mis dedos por escuchar un sí, pero el tiempo transcurre y solo escucho su respiración normal. Decido hablar, para confirmar que no se la haya llevado el sueño.

Aubrey: vamos Betty, ayúdame, por favor.

Respira hondo.

Betty: Ok, pero me debes algo —sonrío, ¡si vamos a ir! —. Déjame me arreglo y voy para allá a recogerte, no demores en salir porque te dejo vestida y alborotada.

Aubrey: no es necesario que traigas tu auto.

Betty: créeme que ese imbécil no te va a ir a ver y si lo hace no te va a traer de regreso, te lo aseguro niña ingenua. Y por último no te pongas vestido, por favor.




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