Malin al borde de la locura o en una locura aparente decide gastarse todo el dinero que había ahorrado junto con su amada, lo que una vez fue dinero de ensueño destinado a viajes por el mundo, ahora era más bien dinero invertido en revivir esos momentos, Malin había tomado una decisión, viajar a Buthán a estudiar las ruinas antiguas de los Kraroths y leer todo lo que pudiera referente a ellos.
En todo el viaje casi nunca salía de su habitación en el barco en el que se había ido para ahorrar dinero, pasaba largas horas leyendo sus libros extraños sobre rituales satanistas o paganos en los cuales se mencionaba a la muerte o a la parca.
Al llegar a Buthán se bajó casi corriendo del barco y estuvo varios días recorriendo sus alrededores, sus lugares más profundos y buscando libros sobre los aborígenes que poblaron Buthán antes de que la civilización llegara a esa tierra. Sus lecturas e investigaciones tuvieron éxito aparente, ya que se encontró varios relatos donde se mencionaba al extraño demonio desconocido del que él tenía fe, podría traer a su adorada esposa.
Pronto se adentró en la selva de Buthán junto con un guía al que le había dado una buena cantidad de dinero para que solo lo guiara a él hacia las viejas ruinas de los Kraroths. Solo hasta 5 días después pudieron encontrar un asentamiento de dicha antigua tribu, estaba completamente llena de musgo y vegetación por doquier, al parecer la madre naturaleza había salido a reclamar lo que le pertenecía, al examinarla y mirar Malin sus templos no encontró nada extraño. Reviso y reviso y no encontró nada fuera de lo común.
Esa noche acamparon ahí y al día siguiente se dispuso a buscar de nuevo alguna pista sobre esa tribu y su extraño ritual. Su guía lo miraba con extrañeza y no solo por su tétrica forma física, sino por su extrañeza o locura, no sabía exactamente porque buscaban las ruinas de una tribu perdida y olvidada en el tiempo, no entendía porque no estaban explorando sus paisajes y centros turísticos, pero como la paga era buena prefería no incomodar ni hacer preguntas extrañas.
Al despertarse Malin el segundo día, sin decir una sola palabra se dispuso a seguir explorando la zona, buscó y buscó y no encontró nada extraño ni fuera de lo común. Solo al atardecer vio a lo lejos una cueva algo extraña por la forma que tenía, la entrada era un arco perfectamente tallado, no parecía algo que naturalmente sale por obra de la madre naturaleza, sino más bien algo trabajado por las manos humanas o eso creía él.
Al acercarse sintió como un miedo irracional se apoderaba de él y recorría toda su espina dorsal. El ambiente se sentía tenue, hacía frío y aunque no olía a nada extraño su respiración se fue tornando más entrecortada.
Al adentrarse empezó a examinar en lugar con su linterna, la extraña cueva no parecía ser muy profunda así que poco a poco fue caminando, iluminando la completa oscuridad con su linterna.
Luego de varios minutos caminando al fin se topó con algo extraño, a un costado de él se había encontrado algo sombrío, había inscripciones en la antigua lengua Kraroth que él entendió algo desconcertado y que hablaban sobre como el demonio sin nombre se les aparecía por las noches si ellos cumplían con una clase de ritual pagano. Pero además de eso, en el otro costado había otras extrañas figuras inentendibles para él, algo que no había visto en ninguno de sus libros de grimorios o de magia negra, la visión de estos símbolos le provoco terror, sabía que habían sido hechos por manos humanas, tal vez ayudados por fuerzas externas a este mundo, sus tallados eran perfectos y estaban esculpidos en la roca misma, tallados a mano.
En medio de la confusión pudo leer o mirar lossímbolos para tratar de comprender sobre que hablaban, hasta que se topó conalgo conocido para él, el símbolo o lo único que pudo entender de aquellasotras extrañas inscripciones fue el que los Kraroths a menudo usaban parareferirse a la entidad demoniaca que los ayudaba con sus extraños rituales:
Trató de comprender esa nueva lengua desconocida para él sin éxito alguno, así que abrumado se dispuso a traducir lo que decían las otras inscripciones en la lengua Kraroth.
"Todo aquél que ose atreverse a invocar al forastero deberá aceptar las consecuencias de sus acciones insensatas. Ignito es él, que llega en la noche, y tal como llega en la oscuridad se va. Vil es él que se aprovecha de las almas desesperadas o descarriadas de pobres almas impuras y en una confusa red de engaños os atrapa para que sacrifiquéis o cumpláis sus decesos con la promesa de volver a ver lo perdido con el tiempo. A veces cumple, otras veces lo hace a medias. Tened cuidado a la hora de invocar al forastero, ya que su extrañez para los humanos terrorífica es".
Malin quedó desconcertado y algo confundido - ¿Qué querían decir esas inscripciones exactamente? ¿Acaso el demonio no cumplía sus promesas de verdad? – Todo tipo de pensamientos inundaron su cabeza, hasta que recobró el sentido y recordó que no tenía más opción, ya antes había intentado de todo y sus intentos todos habían sido fallidos.
De inmediato sacó un lápiz y un pedazo de papel de su mochila y se dispuso a escribir las otras extrañas inscripciones. Al terminar de escribirlas en papel sintió como un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, lo ignoró y se dijo así mismo que tal vez fue por la extrañez del momento y salió de la cueva. Para cuando puso un pie fuera de esta se dio cuenta de que ya había anochecido, con algo de temor, pero a paso firme avanzó entre la maleza al llegar a donde estaba el campamento que había montado con su guía.