El Fragmento de Arcadia. (parte 6)

Capítulo 4: El Naufragio Temporal.

​El Despertar de Arcadia.
​La voz colectiva de los atlantes resonaba en la cámara: "La corrección del tiempo es irrevocable."
​Kira miró a su alrededor con horror. La ciudad de Arcadia se estaba activando. La energía liberada por el Fragmento se canalizaba a través de las estructuras de cristal, abriendo brechas temporales. Los contornos de la sala comenzaron a ondularse, mezclando el pasado con el presente.
​Seraphina se acercó a la consola, su rostro iluminado por la locura del poder. —¡Arcadia se ha liberado, Capitana! ¡Y yo seré su reina!
​Kira ignoró a Seraphina por un instante. Su prioridad era Vance. Ella lo levantó y lo arrastró hacia la compuerta de acceso.
​—¡Vance, Elías! ¡Tienes que despertar!
​Vance abrió los ojos brevemente, su mirada perdida. —Kira... el tiempo... no lo detuvimos... lo aceleramos...
​La Huida Imposible.
​Seraphina vio la oportunidad. Ella no perseguiría a Kira; su destino era la consola. Ella solo necesitaba asegurar que no escaparan de Arcadia.
​Seraphina activó la secuencia de colapso de la cúpula de inmersión, el único punto de salida para los trajes 'Nautilus'.
​—¡Disfruta del fin del mundo en el fondo del mar, Capitana!
​Kira intentó abrir el túnel, pero la compuerta no respondía. La presión exterior se hacía sentir a medida que la estructura cedía.
​—Capitana, ¡la presión está subiendo! ¡La cúpula colapsará en un minuto! —gritó Nido por el comunicador, su voz llena de interferencia.
​Kira no podía llevar a Vance inconsciente a través de la tubería de aire de emergencia. Tenía que encontrar una salida en la propia Arcadia.
​El Salto al Abismo.
​Kira vio una grieta en el suelo de cristal, una abertura que daba directamente a las profundidades de la Grieta de Cabo Verde. La ciudad estaba diseñada con túneles de escape de inmersión rápida.
​Ella usó su daga de cristal para forzar un panel cercano, revelando dos cilindros de oxígeno y dos cápsulas de inmersión de emergencia, desechables y no blindadas.
​—No nos queda más opción, Elías —susurró Kira.
​Kira ató a Vance firmemente a su cuerpo con correas tácticas, asegurando que su cabeza estuviera protegida. Ella se puso uno de los cilindros de oxígeno y se sujetó fuertemente.
​Ella miró a Seraphina, que reía maniáticamente junto a la consola, ya envuelta en las ondas de distorsión temporal.
​—¡Nos volveremos a ver, Seraphina! ¡Lo juro!
​Kira se lanzó con Vance en brazos a través de la grieta.
​El Cliffhanger Final.
​Cayeron en el túnel de escape. El agua helada y la presión masiva los golpearon instantáneamente. Las cápsulas de inmersión se activaron, dándoles una capa mínima de protección.
​Mientras caían hacia la oscuridad sin fondo de la Grieta, Vance despertó por el shock del frío.
​—¡Kira! ¡El Protocolo! ¡El Protocolo! —gritó Vance.
​—Se rompió, Elías. Lo destruiste.
​Vance negó con la cabeza, sus ojos llenos de terror. —No, mi amor. La onda de choque temporal... no lo destruyó. ¡Lo envió a través del tiempo! ¡El Protocolo de Cronos está perdido en la historia!
​La última imagen de la Sexta Novela fue la de Kira y Vance flotando, cayendo sin control en el abismo, mientras un destello de energía dorada cruzaba el Atlántico, señalando que el Protocolo de Cronos se había convertido en un fantasma temporal.




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