El Futbolista y yo

2

Había intentado escribir toda la noche, pero no, nada se me ocurría, las cosas parecían ir peor porque debía presentar un avance y no tenía nada, escape todo el día del profesor Ciro, esperando que se olvidara de que debía presentarle algo, aparte habían dejado un trabajo para morirse en Filosofía. Mi madre me había mandado un mensaje riñéndome porque no había ido en dos semanas a mi clase de música y ballet; solo rodé los ojos, además mi prima y su esposo estaban en la ciudad con su bebe que había dado serenatas, ya que estaba algo enfermo, respire, no podía ir más mal ¿Verdad? 

—Sophie

El grito de Margarita hizo que varios la regresaran a ver mientras corrí hasta a mí abrazándome, grito en mi oído dejándome sorda por un momento.

—Te he extrañado en mis vacaciones, a la próxima te llevo conmigo

—Margarita, estás muy bronceada

Sonrió acomodando los lentes de sol sobre su espesa cabellera pelirroja, su nuevo torno de piel acentuaba sus ojos color azul. 

—¿Cómo estás?

—Sin poder terminar ese bendito ensayo —Se mordió el labio

—Dios se supone que lo escribiría en vacaciones, pero no he hecho nada —Rodé los ojos —La pase con un chico en la cabaña, nada nuevo, pero a ti si parece que te pasaron cosas nuevas —La mire sin entender

—¿Qué?

—Se te ve el brasier 

Mire mi blusa y vi que la tela se transparentaba dejando ver el color de mi brasier, tome mi saco a la velocidad poniéndomelo y tapándome. Maritza se rio de mí.

—Ush

—Vamos, Sophie, que tienes que presumir. Ahora me voy debo ir a presentarme mi justificante

Desaparición entre el mar de gente que usualmente se formaba a la hora del almuerzo. Todo parecía ir mal, y mi apetito se evaporó pensando en que debía ir a presentar mi avance, la campana sonó y guarde mis cosas de nuevo. Mire a todos lados y salí del edificio, camine hasta el patio, llegando hasta la parte más alejada del edificio, me senté en una de las mesas donde solían comer algunos chicos.

—Entonces mirarás esa roca hasta que levite o… —Levante la mirada —Enojada, te ves más sexy —Mis ojos se abrieron ante su comentario —Te has puesto roja, igual que tú… —Me cubrí con mi saco —¿Qué haces aquí Lombardo? 

—¿Qué te importa?

—Me importa cuando me has pasado pisando —Lo mire —Si eres muy distraída 

—Lo lamento 

—No sabes otra palabra

—Sé muchas, fíjate, pero considero que es la única que sabes —sonrió 

—Así que si puedes defenderte —Lo mire —Parece que hechas humo 

—No me molestes 

—No me moleste —Me imito 

—No deberías no sé, estar entrenado, en clase o ligando con alguna chica, porrista, profesora, empleado, o algún ser 

—Estoy contigo, ¿no? —Negué —¿Qué? No es lo que querías

—No, qué va, nadie me creará que estuve conversando con el capitán del equipo de futbol y asolas —Me arregle el cabello —Será un sueño hecho realidad —Opine sarcásticamente —Primero, venus se choca con Mercurio, y yo me fijo en ti 

—Todas se fijan en mí 

—Noticia de última hora, no todas —Suspire y me puse de pie —Lamento, si te pise, trataré de no pisarte y/o chocar contigo, es más, trataré de no acercarme a ti, adiós 

—Qué carácter 

—Idiota 

Me puse de pie para regresar al edificio, pero en eso apareció uno de los guardias que vigilaba que nadie se escapara, frene de golpe, me tomaron de la cintura y me escondieron detrás de un árbol.

—Tendrás problemas si te ve 

—¿En serio? Si no me dices, no me entero —Sonrió apretó más su agarre 

—Podría acostumbrarme a que hables si te tengo así —Lo golpeé haciendo que me soltara 

—¿Qué te pasa? Tú tienes novia 

—¿En serio? Ven Lombardo debes esperar al cambio de hora 

—Debo regresar, debo presentar mi avance de ensayo

—Créeme, no deberás presentar ningún ensayo si el guardia te lleva dentro 

Lo seguí de regreso hasta sentarme otra vez, procure abotonarme todos los botones del saco de mi instituto, él se sentó frente a mí, sin decir nada encendió un cigarrillo, lo odiaba, por eso había muerto mi abuelo.

—Entonces —Empecé para hacer más llevadero el tiempo en ese lugar —¿Por qué estás aquí? —Me miro dudoso —¿Y el resto de tus amigos?

—Me gusta estar solo y en silencio

—¿En serio? Pues creo que sirve para pensar ¿verdad? Pero no respondiste ¿No hiciste la tarea? No espera, ¿Te ha salido mal un ligue? ¿Se te ha juntado dos de tus novias? —Mi boca se abrió —¿Te dijo que estaba embarazada?

—¡No! —Me reí —¿cómo sabes que ligo? ¿Me espías?

—Eres el capitán de equipo de futbol, es normal que haya una chica por los pasillos cada semana llorando por ti —Indique indiferente —Lo peor que todas eligen el mismo lugar para llorar 

—¿Así? —Asentí 

—En la parte de atrás, así sí que aun día quieres reconciliarte con alguna, ve ahí, créeme, les haría bien verte 

—¿Y qué haces tú ahí?

—Bueno, tomo clases de pintura antes de clases los martes y jueves, además que es un buen lugar para poder leer en paz, y en ocasiones es el único sitio por donde se puede pasar cuando salgo de educación física

—¿Qué haces tú aquí?

—Es una larga historia 

—Tenemos mucho tiempo 

—Pues prefiero no decirte 

—Como quieras 

Su vista se centró en el celular que saco de su bolsillo, golpe despacio, mis dedos sobre la mesa empecé a contar mentalmente, después miré el cielo, las nubes se movían por el viento.

—¿cómo te llamas? —Me miro sorprendido 

—Lombardo, has dicho que todo el mundo sabe quién soy 

—Bueno, tal vez, pero yo no, no es que vaya mucho a esos partidos, así que no, no sé nada, ni tu nombre, sé que tu apellido empieza don F o era con C, lo siento, soy mala con los nombres y con las caras 

—Y con callarte —Lo miré mal —Yo me sé tu apellido

—Todo el mundo lo sabe —Dije —No es novedad, prácticamente mi familia es dueña del lugar, el apellido está en todo lado, así que no cuenta, si supieras mi nombre sería algo



#7779 en Novela romántica
#1721 en Chick lit

En el texto hay: nerd, futbol, futbol y mucho amor

Editado: 09.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.