Afuera el viento soplaba fuerte, las ventanas de mi casa eran azotadas sin piedad por la tormentosa noche, yo me encontraba solo y más melancólico que nunca postrado en el sillón, pensativo sin más compañía que una botella de whisky y la vieja chimenea que con su abrasador calor me hacía sentir menos miserable, en mis manos tenía el álbum de fotos familiar.
Al hojearlo y ver aquellos días en que esta casa estuvo llena de vida me hizo sentir una nostalgia horrorosa, en ellas me veo a mi ya los que en vida fueron mis familiares, hermanos, esposa, con alegres expresiones que hoy en día no son más que recuerdos, soy el menor de cinco hermanos, todos varones, todos ya muertos, entiendo la muerte como un proceso natural de la vida y de que ninguno de nosotros en este mundo podrá escapar, pero lo que nunca pude comprender es un particular hecho que siempre ocurría previa la muerte de mis queridos hermanos, y que por más vueltas que le doy sigo aún encontrar explicación racional a alguna.
Tuvimos la fortuna de nacer en una acomodada familia, los cincos hermanos logramos terminar nuestros estudios y ser unos bien catalogados profesionales, de mis padres que fallecieron hace ya décadas heredamos esta vieja mansión, en la cual yo soy el último en habitarla, pero todos ellos tuvieron repentinas y extrañas muertes, pero lo más raro de todo eral insólito hecho que precedía esto, previo a cada muerte de mis hermanos un gato se posaba sobre la chimenea, en mi casa jamás fuimos asiduo a las mascotas así que no me explico de donde pudo venir aquel felino.
La primera vez que ocurrió lo atribuí solo a una casualidad restándole importancia, pero esto se repetido con cada fallecimiento, el animal de un gris oscuro y ojos amarillos, aparecía siempre por las noches se sentaba frente a la chimenea maullando como si anunciase la pronta muerte de uno de nosotros, siempre que aparecía alguien de esta casa a las semanas o meses fallecía, creo que fui el único en darme cuenta de esto, pensé en comentarlo que con el resto pero tuve miedo que me tomaran como un loco o que las continuas desgracias familiares me estaban nublando el juicio, intente atraparlo en reiteradas ocasiones pero todos fueron en vano pues esa criatura del demonio se movía a una velocidad impresionante, cuando mis cuatro hermanos fallecieron este ser ceso en sus visitas, fue así por un prolongado periodo de años.
Pero cierta noche, yo ya estaba viviendo con mi esposa, con la cual por desgracia una pudimos tener hijos, cuando esta cayó en una terrible enfermedad, no quería seguir perdiendo seres queridos así que la lleve donde el mejor médico del pueblo, para fortuna de nosotros el medico dijo que si seguíamos al pie de la letra el tratamiento, ella podría salvarse, pero esperanza fue derrumbada cuando esa misma noche al volver a casa el gato estaba frente a la chimenea maullando esa melodía da la muerte, yo quede petrificado pues sabía lo que su fatal visita significaba.
Como era de esperarse mi esposa a las semanas pereció, producto de esto caí en una profundo depresión que hasta el día de hoy me tiene cautivo, no hago otra cosa más que beber alcohol y escribir. Afuera la tormenta sigue su curso, de repente un fuerte trueno golpea la noche que me hace saltar del sillón, cortando la luz en la mansión, dejo el álbum de lado y me voy en búsqueda de las velas, casi a ciegas busco por las cajones, cuando lo oigo… escucho la melodía de la muerte, es el, ha vuelto, el augur del deceso, el gato está en la chimenea maullando, me congelo de terror, se lo que pasara, soy el próximo, ese ser del demonio me mira y en sus ojos amarillos veo la muerte que pronto vendrá por mí, su felina sombra iluminada por la luz de la fogata se cierne sobre mí, como un gigante que pronto me aplastara, sus maullidos hacen eco en todos los rincones de esta casa, y en las penumbras me arrodillo esperando mi inevitable final.
Editado: 02.09.2019