Corría el rumor de boca en boca. Los incrédulos se burlaban de quienes afirmaban ser testigos de los avistamientos. Una figura espectral recorría los barrios de La Loma y La Reunión a altas horas de la noche. Algunos decían que transitaba en las calles oscuras cuando los vecinos salían a tomar fresco. Otros afirmaban que podía fusionarse con las sombras de la noche entre los techos de las casas.
Durante el día, las personas hablaban entre voces sobre un hombre gato fantasmal. Las mujeres se aseguraban de no salir muy tarde a sus patios, temerosas de ser raptadas. Las familias cerraban puertas y ventanas en cuanto comenzaba a caer la noche. Los años prometían revueltas sociales, y nadie quería ser complice de temas políticos.
Fueron muchos los que pegaron el grito en el cielo cuando los avistamientos invadían la intimidad del hogar. La situación persistió por varios meses del año 1950. Algunos comenzaban a sospechar que el espectro no era más que un humano de carne y hueso, con una increíble capacidad física. Pero lo cierto es que nunca pudo ser capturado en la villa de Guanajay. La represión durante la tiranía de Batista aumentó, y con ello los avistamientos del hombre gato acabaron.
Mas no faltaron las historias románticas de damas que recibían la visita del enigmático personaje. Un ser que con gracia felina entraba al hogar, y enamoraba a las doncellas más jóvenes, temerosas de la soledad y la oscura noche. Sin más, desaparecer fundido por las sombras nocturnas.
Ya sabes vecino, si ves una figura que se fusiona con las sombras nocturnas, cruza de techo en techo e invade el patio contiguo, probablemente el hombre gato ha regresado. Informa a tus allegados. Aún se desconoce la identidad de este Hombre Gato, cuáles son sus intenciones, y cuál es la magnitud de su poder.
Historia basada en hechos reales, crónica realizada por Anastacio Oscar Travieso García, El Guanajay donde nací (1940-1960).
Editado: 30.10.2024