El gen

3. Muñeca de porcelana

Una vez más me desperté muy temprano por la mañana, aunque ciertamente había dormido unas escasas tres horas ya que me pasé toda la noche revisando a detalle la propuesta que presentaría por la tarde y sentía la presión de que no debía decepcionar al coronel.
La vista estaba más hermosa como de costumbre ¿o solo me había levantado de muy buen humor? No lo sabia y posiblemente todo este buen humor se acabe cuando me encuentre con el capitán.
—¿Ese era un Lamborgini veneno?— volteo intentando observar al hermoso automóvil que pasó a mi lado a alta velocidad.
Solo consigo mirar como en una curva desaparece por completo de mi vista y es extraño toparse a algún vehículo a estas horas de la mañana ¿sería algún capitán?Aunque nunca he visto esa belleza en el estacionamiento.
—Soldado Miller M121— anuncio al interruptor y las enormes puertas se abren casi al instante.
Entro al enorme estacionamiento y estacionó en mi habitual lugar la moto quitándome el casco.
—Buen día soldado— saluda una voz varonil a mis espaldas.
Me giro rápidamente y mis ojos no pueden creerlo ¿el capitán?
—¿Acaso no saluda a su capitán?— pregunta.
—Lo siento, buenos días capitán— respondo poniéndome firme y haciéndole un gesto con la mano de saludo.
—¿Vamos?— pregunta y me hace un gesto para que lo acompañe.
El capitán jamás me había dicho buenos días e incluso creo nunca haberlo escuchado decir esas palabras.
¿Estará enfermo?
¿Se habrá dado algún golpe en la cabeza? ¿O simplemente esta fingiendo ser amable para luego asesinarme? No lo sé, pero no creo que sea algo bueno.
Caminamos hasta el cruce de los dormitorios dónde extrañamente se despidió con un gesto y se marchó hacia su dormitorio, en definitiva algo anda demasiado mal porque esa actitud no es propia del capitán y nunca ha sido amable conmigo.
¿Estará drogado? Sacudo mi cabeza descorcentada.
Es un tipo muy profesional como para arriesgarse a presentarse en ese estado al trabajo cuando todos somos expertos en reconocer a una persona que ha consumido algo y sus pupilas estaban normales, aunque debería de revisar de nuevo.
Me acomodo nuevamente el uniforme antes de salir del dormitorio para dirigirme a mi escritorio.
Debo agregar unas cuantas cosas más a la estrategia que se me ocurrieron de camino a la central además tengo suficiente tiempo hasta la tarde para presentar la propuesta al coronel y sña los capitanes.
—Soldado Miller, su capitán la requiere en su oficina y me pidió que le informara que también debía llevar la estrategia consigo— me informa un soldado haciéndome un gesto de saludo.
Le respondo el gesto levantándome del escritorio para dirigirme hacia a la oficina del capitán y voy por los pasillos confundida.
—¿Piensas robarme el puesto?— pronuncia la pelirroja frente a mi con tono hostil.
Se encuentra apoyada en la pared con los brazos cruzados regalándome una mirada fulminante con sus ojos avellana.
—¿De qué hablas Olivia?— respondo seria.
Ríe —Teniente Olivia que no se te olvide que soy tu superior— menciona poniendo sus dedos en mi pecho.
No había día en el que la maldita pelirroja no me recordara que era mi teniente y superior, siempre se robaba mis ideas y las presentaba como suyas y como sí fuera poco me intentaba molestar cada que podía.
—Supe que estás ayudando al capitán con la misión de Belcast y sabes muy bien que ese es mi trabajo— soltó en tono amenazante y me acorralo contra la pared.
Odiaba no poder romperle la maldita cara de muñeca a la pelirroja y tener que aguantar todas sus actitudes de niña de papi y sí, Olivia había conseguido su puesto por las influencias que su padre tenía en la central, porque no era la mejor soldado.
—Hazte a un lado y déjame a mi hacer el trabajo junto al capitán— pronunció arrebatando la carpeta de mis manos que contenía la estrategia.
—¿Algún problema Olivia?— se aclaró alguien la garganta frente a nosotras.
Era el capitan que miraba de reojo a la pelirroja con su imponente presencia y mirada penetrante haciendo que Olivia se incorporará de inmediato tratando de fingir que no había ningún problema.
—¿O prefieres que te llame Teniente Olivia?— exclamó en tono irónico.
—Capi, ¿desde hace cuánto estaba aquí?— pregunto sudorosa y nerviosa.
Le acaba de decir capi al capitán ¡Diablos!
—¡¿Perdón?!— comenta acercándose —¿Me acabas de decir Capi?— añade muy serio.
Ahora ríe nerviosa —No contestó mi pregunta capi— agrega tratando de ser tierna.
—¡PARA TI SOY CAPITÁN!— le grita y podría asegurar que si las miradas mataran ya estuviera muerta la pelirroja.
—Lo siento...-— responde en balbuceos y baja la mirada.
—¿Para qué quieres estar en la misión si eres igual de asustadiza que cría de conejo?— se le acerca más haciendo que la pelirroja retroceda unos pasos —Sabes que tienes ese puesto únicamente porque tu papi te lo consiguió ¿verdad?— suelta con asco.
—¿Cómo se atreve?— solta incrédula.
Me remuevo incómoda por la situación e intento alejarme del lugar.
—¡Seguro usted se enreda con esta maldita sabandija y es por eso que me está tratando de esta manera!— le grita mirándome con desprecio y trata de empujarme.
El capitan se pone frente a mi—¡No te atrevas a tocarla!— grita amenazante.
—¡Te vas arrepentir!— responde Olivia retrocediendo —Voy a acabar con tu carrera— añade arisca amenazando al capitán.
—Inténtalo— suelta desinteresado y se gira para mirarme —¿Estas bien?— pregunta.
Asiento con la cabeza y trato de volverme invisible.
—¡Eso!— aplaude —Defiende a tu zorra porque ella no puede hacerlo sola— ríe —Ella no es más que una basura latina— continua riendo e intenta irse.
¡Es todo! Rodeo al capitán pasando a su lado y sujeto el brazo a la pelirroja —¿A quién llamaste basura latina?— interrogo
—¡No me toques!— grita —Sueltame— menciona intentando deshacer el agarre.
Niego impacible —No lo haré— aseguró —Repite tus palabras Olivia— ordeno.
-—¿Ahora eres sorda?— ríe nerviosa intentando soltarse —Solo eres una basura que trajeron de algún maldito basurero de latinoamérica— suelta arisca.
Comienzo a reír y niego divertida —Y tú no eres mas que una perra que sin su padre no sería más que una simple basura inservible— escupo soltando el agarre y acercándome a ella.
—¡Cállate!— grita dándome una abofetada y era justo lo que esperaba.
La derrimo de un puñetazo en la nariz y me abalanzó sobre ella para arremeter sin problema, Olivia intenta defenderse tratando de cubrise con sus brazos su estúpida cara de muñeca, pero continuo atacandola y ella no puede esquivar ningún golpe o huir.
—¡¿Qué demonios?!— interrumpe con su llegada un soldado.
Alzó mi vista y noto que ve atónito la escena, recibo un empujón hacia la esquina de una mesa y es claro que Olivia aprovechó la distracción.
No le tomo mucha importancia al golpe que me di y me vuelvo abalanzar sobre ella acertando un rodillazo en su estómago.
La pelirroja se tambalea hacia atrás intentando respirar y me acerco a ella sujetando su suave cabellera pelirroja.
—¡¿Capitán no piensa separarlas?!— pronuncia desesperado el soldado.
Ignoro la conversación y levantó el rostro de la pelirroja que tiene varios golpes en el su nariz está sangrando y tiene una ceja rota.
—¡No te atrevas a volver a llamarme basura latina!— la amenazó.
Recibo silencio de su parte solo la escucho quejarse decido dejar el asunto soltandola y le doy la espalda.
—Bien— menciono.
Observo al capitán que ignora completamente al soldado que le habla desesperado este me mira inexpresivo ¿me pregunto por qué me permitió golpear a la teniente? Supongo que no quería entrometerse en una pelea.
—¡Maldita!— escucho gritar a Olivia y me giro.
Se abalanza contra mi derribandome he intenta patearme mientras estoy el suelo ¿en serio? Recibo una patada en las costillas y cuando intenta darme la segunda le sujeto su pie tumbandola al suelo.
Me levanto del suelo y ella lo hace al mismo tiempo.
—¡Soy tu superior! Te vas arrepentir de esto Miller— murmura limpiándose la sangre de su rostro.
—Inténtalo— suelto y la invito a acercarse.
Se pone aún más furiosa corriendo hacia mi intentando lanzarme un puñetazo que esquivo y en cambio le logro acertar uno.
Se toca el rostro adolorida mirándome rabiosa mientras intenta golpearme una vez más, pero solo logra que la golpee nuevamente cada que se acerca.
—Te voy a matar maldita zorra— grita furiosa sacándose una navaja del uniforme.
—¡Miller!— escucho gritar al capitán al momento que Olivia se abalanza contra mí.
Caemos al suelo Olivia intenta encajarme la navaja desesperadamente tanto que logro aprovechar su desesperación para quitársela cambiando los roles y le coloco la navaja justo en el cuello ronzando un poco de piel.
—¿Qué me ibas a matar decías?— me burlo de ella.
—Déjala, no vale la pena ensuciarse las manos con ella— menciona capitán y alzó la mirada.
Esta parado frente a mi mirándome de una forma diferente y observo a su lado al soldado que sostiene tembloroso su arma.
—Deja a la teniente— balbucea sosteniendo su arma en mi dirección.
—¡Acaba con ella!— grita Olivia moviéndose.
El soldado asustadizo no supo que hacer y soltó un disparo al momento que el capitán lo empujó fallando su trayectoria.
Solté a Olivia y la pelirroja corrió hacia los pies del soldado.
—Ellos intentaron matarme— menciona y el soldado la miraba confundido sin saber como reaccionar —¿No harás nada estúpido? –¡Arrestalos!— ordena gritándole.
Estoy sentada en el suelo viendo la escena y al pobre soldado Grey que Olivia le daba órdenes e insultaba.
—La única que merece ser arrestada eres tú Olivia— pronuncia el capitán.
–Escuché un disparo ¿qué pasó?— pregunta un soldado que llegó corriendo.
—Al soldado Grey se le escapó un disparo de su arma que al parecer esta defectuosa ¿no es así?— respondió el capitán mirando fijamente al asustadizo soldado.
Este trago saliva nervioso, pero no se atrevió a contradecir al capitán.
—Sí— admitió asintiendo.
—¿Y que les pasó a ellas?– interrogo confundido mirándome a mi y luego observando el estado de Olivia.
—Entrenaban— respondio desinteresado el capitán.
—Pero esos golpes...— lo interrumpió.
—Deja de hacer tantas preguntas y lárgate— amenazó el capitán y lo fulminó con la mirada.
El soldado salió del lugar al instante la forma de mirarlo y el tono de voz del capitán lo había intimidado.
Me ofreció su mano —Arriba soldado— pronunció inexpresivo.
Observé sus hermosos ojos ámbar confundida y acepté temerosa su mano, me sacudí el uniforme y tambien intenté acomodarlo.
—Acabaré contigo Miller— soltó amenazante Olivia.
Se había detenido frente a mi junto con el soldado Grey que la ayudaba a caminar apoyándose en el.
El capitán nuevamente se posó frente a mi y la miró amenazante —Y yo acabaré contigo Olivia si te atreves— pronunció con frialdad.
Me toqué la mejilla notando la pequeña herida en mi pómulo derecho resultado de cuando Olivia me empujó hacia la mesa.
—Ve a curarte eso— me interrumpe observando la herida —Te espero en mi oficina en diez minutos— añadió y se marchó dejándome sola.
Sonreí sintiéndome feliz por finalmente haberle partido la cara a la muñequita de porcelana pelirroja.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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