El gen

4. El capitán se comporta extraño

Me solté el cabello para cubrir la herida en mi mejilla y evitar dar alguna explicación o recibir una reprimenda cuando noten la herida fresca, dando paso a un interrogatorio.
Todavía sentía un poco de adrenalina en mi cuerpo la cual poco a poco se iba desvaneciendo ¿era real? En serio le había partido la cara a Olivia sin pensarlo dos veces.
Había aguantado por tanto tiempo su estúpida actitud y no me importó que golpearla significara que podría perder mi trabajo e incluso ir la cárcel.
Olvidé completamente el hecho de que su padre era un hombre con mucha influencia y le di su merecido, además no sentía miedo en absoluto.
—¿Te peleaste con un mapache?— pronunció riendo la pelinegra.
Me observaba con curiosidad la norteamericana cuya apariencia era la de una hermosa amazona, morena, ojos oscuros y cabello rizado era Kenna mi amiga cuyo cuerpo era de impacto total dejando hipnotizado a cualquiera.
—Con Olivia para ser exactos— respondí desinteresada.
—¿Te hizo daño?— comentó preocupado el rubio.
Había ignorado por completo su presencia y ahora los observaba a ambos hipnotizada su belleza era propia de dioses.
—No empieces Luke— amenazó mi amiga Kenna poniendo los ojos en blanco.
—Adeline ¿estás bien?— repitió preocupado.
Kenna se acercó dándome unas cuantas palmadas en la espalda —Bien hecho— menciono aplaudiendo —Se lo merecía esa perra— agregó sonriente.
—No, no, no— negó el rubio varias veces.
—Podrías perder tu trabajo e incluso ir a la cárcel— agregó muy inquieto —Piensa en lo que pasará cuando tu capitán se entere de lo ocurrido— se toca el rostro con desespero —Le has dado la oportunidad perfecta para poder acabar contigo— suspira estresado.
—El capitán estaba ahí— mencioné.
—¿Cómo?— preguntó Kenna interesada y con sorpresa.
—Observó toda la pelea sin hacer nada e incluso me defendió de ella y la amenazó— respondí.
—¿Qué?— soltó incrédulo Luke y se apoyo en la pared pensativo.
—Eso es raro— mencionó la pelinegra con confusión en su rostro —¿Por qué lo haría? — interrogó.
—Es obvio— respondío Luke serio.
Ambas nos miramos confundidas.
—Debes alejarte de el Adeline—agregó con tono severo.
Se acerco a mi y apartó cuidadosamente los mechones de cabello en mi rostro dejando al descubierto la herida fresca —Tienes una herida— pronunció mirándome con preocupación.
Negué con la cabeza —Solo es un pequeño rasguño— respondí alzando los hombros y sonreí.
—Vamos te voy a curar eso— mencionó intentando moverme, pero no cedí ante su intento.
Luke se preocupaba demasiado por mi y en ocasiones se olvidaba de preocuparse por si mismo.
—Me tienes que contar absolutamente todo— declaró una entusiasta Kenna.
—Chicos debo irme a cambiar rápido para presentarme con el capitán y entregarle unos informes— solté tratando de no especificar nada.
—Hablaremos luego Adeline— anunció Luke en tono serio.
—Si— respondí forzando una sonrisa.
Comencé a retomar el camino hacia mi dormitorio y me cubrí nuevamente la herida con mi cabello.
Pensaba contarles lo sucedido una vez que me encontrara calmada y tuviera cubierta mi mejilla con maquillaje o algún parche, no queria que Luke se preocupara en absoluto y necesitaba evitar que le contara lo sucedido a Louis.
¿Por qué siempre se preocupaban de más?
Era muy cuidadosa con mantener el secreto oculto y seguía sin entender del todo porqué Louis seguía queriendo ocultar el hecho de que tenia gen, sí, sabía que obtendría un trato diferente a los demás, pero quizás asi me habría ahorrado muchos desprecios.
¿Por qué todo en la vida tenía que ser así?
Entendía un poco el temor de Louis al intentar evitar que el lobo rojo fuera tras de mi antes de tiempo, pero era demasiado mandar a Luke como mi niñera.
Me cambie de uniforme rápidamente y realicé de nuevo mi habitual moño, también oculté con un parche para granos la herida en mi mejilla aunque no era estético, pero funcionaba.
¿Por qué? Todo el comportamiento que había tenido el capitán había sido tan extraño......y se puede decir que me ¿defendió?
O al menos pareció defenderme de Olivia está vez, cuando en muchas ocasiones observó el mal trato que me daba a mi y a muchos de los soldados de nuestra tropa.
No impidió la pelea y hasta el momento no me había dado regaño alguno por golpear a la teniente, pero seguía sin sentirme segura con la situación.
Tenía claro que su amable gesto no era motivo de nada bueno e intuía que algo tramaba el capitán, suponía que su llamada se debía a que me obligaría a rehacer de nuevo la estrategia solo por molestarme.
Toqué tres veces la puerta de su oficina esperando a que me diera el permiso para poder ingresar en ella.
—Adelante— lo escuché decir.
Entre a su oficina y el capitán se encuentra apoyado en su escritorio inexpresivo sin siquiera mirarme.
Paso saliva —Capitán, ¿necesita algo?— pregunto tratando de sonar normal.
—Sí, queria revisar la propuesta antes de presentarla al resto— responde alzando su mirada y mantenimiento sus ojos puestos en mi.
Me remuevo con incomodidad y decido ignorarlo entregándole la carpeta con la estrategia dentro y toda la información que pueda necesitar.
Revisa el contenido con detenimiento por algunos minutos y se mantiene serio como de costumbre —Es demasiado buena— suelta rompiendo el tenso silencio.
Parpadeo confundida —¿Qué?— suelto incrédula.
¿Estará jugando conmigo? Sera uno más de sus sarcasmos y en los próximos cinco segundos estará gritandome que es una de las cosas más absurdas que ha visto.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno.....
Ladea la cabeza—Pensaste absolutamente en todo— menciona —Incluso cubriste lo del muelle— en sus ojos había una chispa de emoción —Es increíble que trabajaste con lo poco que te entregamos y esto— me muestra la carpeta —Es impresionante— añade y suena sincero
—¿Habla en serio Capitán?— pregunto incrédula.
Algo extraño estaba sucediendo con el capitan el día de hoy ¿era un doble? Recordé revisar si sus pupilas no estaban diferentes.
—¿Revisa mis pupilas soldado?— me interroga y arquea la ceja.
Claro ¿por qué tenía que ser tan obvia? No podía disimular ni un poco.
—No, no, no— respondí rápidamente y negué con la cabeza.
Me había descubierto y no podía negarlo.
—No trates de mentirme Miller— pronunció serio.
—Perdón— me disculpe —Pero se comporta extraño ¿se siente bien?— insinue algo apenada.
—¿Disculpa?— respondió mirándome fijamente.
—Primero me saludo con un buenos días y ahora le pareció buena la estrategia— señalé— ¿Se siente usted bien Capitán?— agregué observándolo.
—¿Nunca te había dicho buenos días?— soltó confundido.
—No— respondí negando con la cabeza.
Se levantó del escritorio y caminó hacia la mesita sirviéndose un vaso de agua y luego tomo asiento en el sillón quedándose en completo silencio.
—He sido duro contigo— pronunció después de un rato.
No respondí nada e incluso me sentí ofendida por su comportamiento repentino.
—Una disculpa soldado— se levantó y camino directo hacia mi.
Me puso una mano en el hombro y se me quedó mirando de manera extraña.
—Permiso para retirarme capitán—mencioné casi en un susurro sintiendo su aliento tan cerca de mi.
—Consevido— respondío apartándose.
Salí de su oficina caminando lo más rápido que mis pies me lo permitían, no pensaba quedarme esperarando que cambiará de estado de ánimo y me volviera a tratar igual que siempre.
Habia tenido muchos roces con el capitán desde que me habia incorporado a la central, pero el seguía siendo mi superior y necesitaba dejar de discutir con el.
Después de tantas emociones necesitaba algo de comer, necesitaba un trozo de pastel de chocolate y en serio rogaba que en la comerdor todavía quedara.
Para mi fortuna era el último trozo del cual me apodere y tomé asiento en una de las mesas del comedor.
Escuché los pasos de alguien acercándose y supe que era el rubio —Hola solecito— saludo y tomó asiento a mi lado.
Sacó una bandita celeste que traía en el bolsillo de su uniforme y procedió a quitarme el parche en mi mejilla para colocarme delicadamente su bandita que era mucho mejor en aspecto.
Luke, podía ser muy entrometido en ocasiones, pero lo adoraba con todo mi ser y era algo que muchas personas no comprendían, incluso en la central se corria el rumor de que teníamos una relación.
—Ahora estás perfecta— pronunció ofreciéndome una cálida sonrisa.
Asentí acariciando su melena rubia y le compartí un poco de mi pastel, también era su favorito.
—¿Estarás en la misión de Belcast?— soltó después de un rato.
—¿Quién te lo contó?—lo interrogue seria en espera de una respuesta.
—Mi capitán se unió a la misión y Louis me llamó esta mañana— respondío y trago saliva.
Debí de suponer que esto pasaría.
—¿Por qué te lo diría Louis?— indague.
—Quería que me asegurara de que no te pusieras al descubierto— explicó y me observo esperando respuesta.
Resople estresada —Le prometí que no lo haría— solté algo indignada y aparte la mirada.
—Pero Adeline eres.....— lo interrumpí levandome estrepitosamente de la mesa.
—¿Acaso no confías en mi Luke?— solté herida y triste.
De Louis entendía que se preocupaba porque fuera descubierta pero ¿Luke? El me conocía mejor que nadie y podía confiar en mi palabra.
—¿Se encuentra bien Soldado Miller?— intervino una voz familiar y giré al instante.
Era mi capitán que me observaba con detenimiento y después de unos segundos detalló a mi compañía con una mirada llena de desagrado.
—La reunión va a empezar antes de lo esperado, ¿nos vamos?— mencionó mi capitán.
Asentí dejando a Luke en completo silencio y me fui persiguiendo al capitán Kai motivo de la mayoría de mis dolores de cabeza.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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