El gen

9. Puesto temporal

Recorría la central con la recien llegada quien me platicaba animada todo acerca de la misión en la que había estado estos meses y la amabilidad con la que la habia sido tratada por las personas en ese país.

Ella sonreía al recordar y tenía un atisbo de tristeza en su rostro cada que mencionaba algo acerca de los amigos que había hecho mientras se encontraba encubierto, Ayla tiene un gran corazón y es muy gentil, se supone que no debemos de mantener contacto con nadie o involucrarnos cuando estamos en misión, pero eso es casi imposible para la castaña.

Cambiamos de tema comentando nuevamente lo ocurrido la noche anterior y seguíamos teniendo la misma duda ¿real o imaginación? Según Ayla ellas solo se fueron por unos minutos a la mesa y tuvo que llevar al baño a Rowena dejándome sola por un lapso de tiempo de diez minutos y cuando regresó me encontro a mi sonriendo confundida.

Maldecía a Rowena por tardar tanto en el baño vomitando ¿cuándo aprendería a beber sin ponerse mal?

—¿Entonces no estás segura si todo fue producto de tu imaginación o sucedió en realidad?— preguntó curiosa sentándose en la mesa.

Negué, había despertado con esa duda ¿fue real o lo imaginé?
Pasé pensando toda la mañana eso y me interesaba más saber si había sido real entonces ¿quién era el?

—La canción resonaba por todo el lugar y cuando te encontramos tenías el labial corrido añadió uniendo piezas —Además tenías una venda en tus manos y estabas algo despeinada— comentó observándome

—Buenos días— saludo Enzo —¿Puedo acompañar a estas bellas damas?— mencionó sonriendo.

Asentí tocando el asiento a mi lado para que se sentará ¿Había sido Enzo?

—¿De qué hablaban?— preguntó curioso.

Necesitaba terminar con la duda y sabía que Enzo me respondería con sinceridad y seria honesto.

Trague saliva —Enzo tú— quise preguntarle..... pero la castaña me interrumpió.

—Queríamos saber si te había incómodado la actitud de Luke— mencionó Ayla mirándome.

Parpadee confundida, pero le seguí la corriente —Sé que pudo parecer un idiota, pero ¿podrías intentar llevarte bien con él?— solté observándolo suplicante.

Suspiró y me acaricio el rostro mostrándome una cálida sonrisa.

—Sabes que por ti haría cualquier cosa— respondío besándome el cabello.

Por cosas como esas era que adoraba a Enzo y no podía estar más feliz de tenerlo en la central.

—¡Hey!— expresó la alemana acercándose a la mesa —¿Cómo va esa resaca?— añadió sentándose con pésimo aspecto.

—Es seguro que a todos nos va mejor que a ti Rowena— respondío Ayla burlándose de su aspecto.

Rowena solo alzó sus hombros en señal de aceptación y comenzó a reír con nosotros.

Se tocó el puente de la nariz —Bebí demasiado anoche— menciona riendo y bebió de su botella de agua como si llevara días sin probar el agua.

Respondió alguien a su espalda —Como de costumbre— era Park molestando a la rubia quién lo fulminó con sus ojos grises.

El coreano solo la fastidio más sentándose a su lado ¿cuando se confesarian su amor? Todos en el grupo sabíamos de sus sentimientos por el otro, excepto ellos o quizás solo tenían miedo de amar...

Podría decirse que en la vida lo más hermoso era amar, pero también era la tragedia más grande y ocasionaba la desdicha de sentirse vacío cuando ese amor terminaba.

No los juzgaba por no hablar acerca de sus sentimientos, quizás lo mejor era que ambos continuarán siendo solo siendo amigos.

—Hasta que finalmente apareces Adeline— pronunció Brielle sentándose en la mesa indiferente —Buenos días capitán Enzo— añadió en tono muy amable.

¿Era necesario?

—¿Por qué?— interrogó el rubio a quién apenas había notado —Buenos días— añadió serio al notar al italiano sentado a mi lado y tomo asiento de mala gana en la mesa.

Todos respondimos a su saludo incluido Enzo quien hacia el esfuerzo de ignorar las miradas que le lanzaba el rubio.

Enzo se levanto de la mesa—Una disculpa, pero tengo que retirarme a hacer unas cosas— pronunció con tranquilidad —¿Nos vemos luego?— se dirigió a mi y sonriendo.

Posiblemente se había sentido incómodo por como lo miraba el rubio y su apetito se habia acabado.

—Explícate Brielle— soltó el rubio.

—La observamos bailar con un sujeto y después desapareció de nuestra vista— respondío tranquila bebiendo de su refresco.

Sentí la mirada de Ayla y asentí, en ocasiones no era necesario hablar para saber lo que la otra estaba pensando.

—Eso explica porque el italiano desapareció por unos minutos y después solo regreso por su abrigo— respondió Park dándome los cinco feliz.

—Siéntate— ordenó el rubio en tono arisco observándolo con desagrado.

Sentí pena por el pobre que ahora comía desanimado su almuerzo y se removia incómodo de su asiento.

—Buen día soldados— mencionó el pelirrojo capitán Cole en tono alegre.

Cole, era un tipo muy extrovertido y uno de los más apuestos de la central era pelirrojo con un excelente físico, ojos azulados y un aire elegante, solía robarse los suspiros de muchas en la central.

—Buen día capitán— saludamos poniéndonos de pie.

El capitán sonrío negando con su cabeza y noté que su amigo se acercaba ¿como eran amigos? No encajaban Cole era extrovertido y mi capitán no era el más social.

Negó divertido —Dejen la formalidad de una vez y comiencen a llamarme Cole ya somos amigos ¿no?— mencionó.

En realidad era un sujeto muy agradable y manteníamos la formalidad únicamente porque el seguía siendo nuestro superior.

—Buenos días— pronunció el capitán Kai saludando y sonrió.

¿Es que acaso había aprendido a sonreír?

Bueno la gran incógnita era si sabía lo extremadamente peligroso que era que anduviera sonriendo por ahí.

¡Mataría a todas las chicas de la central!

—Hasta que finalmente apareces, viejo— mencionó Cole poniendo su mano en el hombro del capitán y lo acercó a el.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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