El gen

12. Cuídala de él

Capitán Kai
Avanzaba por las escaleras de emergencia en busca de la pelirroja que había observado en las cámaras huir hacía aqui, sin embargo no había rastro de ella e incluso parecían desoladas.
Notaba como el sentimiento de ira crecía en mi interior con cada segundo que pasaba sin encontrarla y era claro que ansiaba hacerle pagar, esa maldita se atrevió a lastimar a mi soldado.
—¿Qué haces aquí— preguntó una voz femenina.
Asomé la cabeza por la orilla y observé como la pelirroja empujaba a la enfermera haciéndose paso para huir.
—¡Olivia!— grite enfurecido.
Le pelirroja volteo hacia arriba y palidecio por completo al notar mi presencia.
Corrí escaleras abajo en busca de la pelirroja que intentaba huir con desesperación y tropezaba golpeándose en la pared en cada vuelta
Las escaleras tenían forma de espiral por lo tanto corríamos en círculos hacía abajo y ella huía corriendo aterrada.
Finalmente tropezó con un escalón y rodó unos cuántos más abajo hasta que quedó en el suelo quejándose adolorida e intentando levantarse.
Era perfecto, Olivia estaba acorralada justo como un animal indefenso y la rata asquerosa que era.
La tomé por el pelo arrastrandola por los últimos escalones que faltaban para llegar a la salida y finalmente la empujé soltandola, sentía repulsión al tocar a esa asquerosa basura.
—Capitán, por favor no me haga daño— murmuró con un nudo en la garganta y los ojos completamente rojos.
Eso no funcionaba conmigo se lo había advertido una vez y no tendría piedad alguna con ella.
—Te advertí que no le hicieras daño— anuncié apuntándole en la frente.
—Espere, espere, ¡espere!— gritó con desesperación y la detalle indiferente —Le daré información importante, pero tiene que dejarme ir capitán Kai— soltó y sus ojos eran presos del miedo.
Dejé de apuntarle por unos segundos y espere impaciente a que comenzará a hablar
Todavía sin saber como obtuvo "la neblina" y estaba claro que la pelirroja no era capaz de crear un plan de esa magnitud sola, era una simple marioneta estúpida, pero ¿de quién?
¿Quién estaba detrás del ataque?
—Piensa muy bien tus palabras— advertí serio y le apunté nuevamente —De ello depende que salgas con vida de aquí o completa— finalicé inmutable.
Ella asintió desesperada y temerosa al notar que sostenía el arma sin titubear apuntando hacía su dirección.
—No planeé esto sola— pronuncia adolorida.
—¿Quién más fue?— pregunté impaciente.
—No puedo decirle— soltó en un balbuceo negando repetidamente con su cabeza y se puso de pie —Me mataría, me mataría, me mataría....— comenzó a repetir histérica.
La tome por los hombros impaciente y la sacudí —¡Debes decirme quién fue!— órdene exaltado.
Se soltó tirándose al suelo acunando sus rodillas mientras repetía una y otra vez lo mismo —Me mataría.
—¡Habla!— ordené haciendo un disparo hacía sus pies.
Quería matarla de una vez, pero sabía que estaba apunto de quebrarse y soltarlo todo, Olivia se encontraba muerta de pánico y claramente no era solo por mi, la pelirroja le temía a alguien más, pero ¿quién era?
De repente comenzó a reír histérica y pareció haber perdido la cordura.
—Sé que estás interesado en esa sabandija— pronunció y su semblante cambió a uno serio—Entonces debería advertirte que debes de cuidarla de quiénes la rodean— se puso de pie y volvió a reír sacando su arma.
—Baja el arma Olivia— amenace apuntándole.
¿De quiénes la rodean? A qué se refería.
Se giró dándome la espalda y se mantuvo en silencio por unos segundos, la pelirroja pareció estar pensando en algo.
—Si realmente la quieres— hizo una pausa —Cuídala de él— añadió muy seria girandose y observé como lágrimas rodaban por sus mejillas.
En segundos apuntó su arma hacía mi dirección y realizó un disparo.
La pelirroja falló el disparo y no logró herirme, sin embargo el disparo que realicé sí logró herirla y Olivia, ahora estaba muerta en el suelo con una bala justo en su cien y a su alrededor había un pequeño charco de sangre.
—Kai— pronunció el coronel llegando al lugar y enseguida notó el cuerpo de Olivia.
—Coronel— pronuncié observándolo y noté que aún estábamos solos en el lugar.
—Sal de aquí— ordenó.
Me marché del lugar mirando por última vez a la pelirroja ¿por qué había disparado?
Ni siquiera intento herirme y pudo haberlo hecho, pero la pelirroja sabía que al dispararme, haría un disparo a matar y eso fue lo que buscó, porque era más grande su miedo a seguir con vida.
[....]

Habían pasado tres dias desde que encontré a Miller inconsciente en su dormitorio, desde entonces la soldado estaba en coma y comenzaba a preocuparme que no volviera a despertar como el tío Seb había mencionado que existía la posibilidad.
¿Qué sería de la tropa sin ella?
La observaba postrada en esa cama tan quieta e incluso cualquiera creería que estaba tomando una simple siesta y dormía con tranquilidad, pero la realidad era otra.
—Kai— interrumpió el coronel en la habitación.
—Estoy ocupado— respondí indiferente y lo ignoré.
—El padre de Olivia está furioso haciendo llamadas y pide que seas encarcelado— mencionó sentándose y observó a la soldado con detenimiento —Pareciera que duerme plácidamente Miller— murmuró.
—¿Entonces vienes a arrestarme?— solté impaciente.
—No— se burló —La habría matado yo de todas formas—añadió negando e indiferente.
—Ambos tienen mi apoyo— añadió observándonos y se puso de pie.
Palmeo mi hombro y salió de la habitación con tranquilidad.
"Lo habría matado yo"
De todas maneras el padre de Olivia no sería ningún problema para nosotros y teníamos todo un caso en contra de Olivia con pruebas e incluso un testigo.
En mi cabeza daban vuelta las últimas palabras de Olivia ¿a quién? o ¿quiénes se refería ella?
En especial del a quién se refirió con "Cuídala de él" Me pareció que por primera vez la escuche hablar con total seriedad y estaba completamente descorcetado.
En estos días solo había dejado a Adeline sola por escasos minutos ya que existía la posibilidad de que alguien más quisiera terminar el trabajo y aunque también estaba la posibilidad de que Olivia pudo decir todo eso por desesperación y terror, pero algo en mi interior me decía que la pelirroja hablaba con la verdad.
La rutina de pasar el día sentado observando a la soldado comenzaba a generarme cierto temor y mi ánimo empezaba a decaer poco a poco.
¿Despertarás?
—Despierta Adeline— susurre acariciando su rostro —Debemos de repetir lo de la discoteca— murmure riendo con tristeza y acomodé los mechones rebeldes de su cabello.
Escuché la puerta de la habitación cerrarse de golpe y volteé sacando el arma de inmediato.
—¿Fuiste tú?— soltó con sorpresa la castaña.
La detalle aturdido guardando mi arma ¿desde cuándo estaba ahí escuchando?
La soldado Harper caminó hacía la cama observando a su amiga y su rostro se cubrió de tristeza.
—¿Ningún avance?— preguntó con voz apagada y negué.
La soldado Ayla tomó la mano de Adeline suavemente, mientras la detallaba con una tristeza inmensa y sus ojos comenzaban a ponerse rojos.
—Adeline ni siquiera sospechó de usted— pronunció con ironía negando —¿Cuál es su plan?— soltó inexpresiva.
—¿Mi plan?— repetí.
Fruncí el ceño.
El rostro de la soldado se oscureció mostrándome un lado suyo que desconocía por completo, Harper solía parecer ser muy tranquila, pero por como me observaba me daba cuenta de que estaba equivocado con ella.
—Todos estos años has sido un imbecil con ella ¿qué pretendes Kai?— añadió hostil y con una mirada amenazante.
—No tengo porque darte explicaciones de nada— respondí indiferente —En todo caso eso solo le compete a Adeline— añadí distante y me acomodé en la silla.
La soldado me fulminó con la mirada y se mantuvo impacible manteniendo su mirada que expresaba todo lo que sería capaz de hacer por su amiga.
—Sin embargo, debo decir que no pretendo hacer nada en su contra— pronuncié tomándola por sorpresa.
—¿Qué es lo que quieres de ella Kai?— soltó impaciente.
—Su amor— respondí.
No me di cuenta de lo que había salido de mi boca con naturalidad y mucho menos la magnitud de mis palabras, no hasta que noté que el rostro de la soldado se descompuso y parpadeo rápido con sorpresa.
—¿Cómo sigue?— preguntó el teniente Luke entrando en compañía de una enferma que empujaba su silla de ruedas.
El teniente había venido a preguntar todos estos días por su salud y aunque era evidente que no le agradaba mi presencia en el lugar el teniente intentaba mantenerse al margen.
—Igual— respondió con angustia la soldado Harper y sonrió con tristeza.
La enfermera salió de la habitación y quedamos en silencio quizás esperando que ocurriera un cambio y Adeline despertara del coma.
—Hay algo que debo decirles— comenté llamando su atención y ambos esperaron una explicación de mi parte.
—¿Qué pasa?— preguntó con preocupación Luke.
—Es sobre algo que me mencionó Olivia antes de morir— analicé sus reacciones.
Si algo había aprendido era que no podía confiar en cualquiera.
—¿Y que fue?— interrogo impaciente Harper y noté la molestia de ambos ante la mención de la pelirroja.
Incluso hasta a mi se me removia el estómago con solo mencionar su nombre y recordar como tuvo el atrevimiento de intentar asesinar a Miller.
—Bueno, creo que todos sabemos que Olivia no pudo actuar sola— comenté —Debes cuidarla de quiénes la rodean fue lo que mencionó antes de morir— me reservé el resto.
Ambos amigos se observaron con confusión y parecieron quedar absortos en sus pensamientos manteniendo un silencio por un largo rato.
—Ambos conocían a Miller desde antes de entrar a la central, ¿no?— pregunté y ambos asintieron —¿Tienen alguna idea de quién podría querer hacerle daño?— interrogue y ambos negaron.
La puerta de la habitación se abrió nuevamente.
—El tiempo se acabó, Luke— anunció la enfermera entrando y el teniente asistió saliendo de la habitación.
La soldado Harper volvió a tomar la mano de su amiga con su rostro cargado de preocupación y sus ojos reflejando temor, tenía los ojos húmedos.
—No me agradas— soltó indiferente acabando con el silencio —Pero debería de darte un voto de confianza, después de todo has estado junto a ella estos días cuidándola y además cumpliste con tu promesa de ir tras Olivia si se atrevía a hacerle algo— comenta con tranquilidad.
La observé con confusión ¿acaso Miller había hablado de mi? Exactamente que le había dicho a Harper.
¿Habló bien de mi?
—Sí, Adeline me contó del cambio de actitud que habías tenido con ella y de como amenazaste a Olivia— añadio —¡Todo un héroe!— se burló aplaudiendo.
Me mantuve en silencio ignorandola y me acomodé en la silla leyendo una revista en espera de que decidiera irse de una vez por todas.
Finalmente escuché como se levantó de la silla y observé de reojo como caminaba hacía la puerta y celebré aplaudiendo desde mis adentros.
Aunque la castaña se detuvo lanzando una amenaza —Te advierto que voy a matarte sí lastimas a Adeline— pronunció con una mirada sombría y se despidió con un gesto de adiós sonriendo calmada.
Y vaya que todos la subestimaban en la central, me quedaba en claro que Harper podía parecer una persona tranquila, pero algo me decía de que podría ser una persona muy peligrosa.
—No pienso lastimarte— susurre acariciando su mano y dejando un beso cálido.
La soldado apretó mi mano con fuerza y la alarma del monitor comenzó a sonar e inmediatamente el tío Seb entró apresurado y revisó el monitor.
Negó sorprendido —Ella está despertando— pronunció con asombró y me mantuve en silencio.
Me removi inquieto observando como el tío Seb la desentubo con cuidado y observó una vez más el monitor.
—Te dejaré a solas con ella sobrino— pronunció y salió de la habitación.
Espere impaciente a que Miller comenzara a reaccionar y poco a poco noté como la soldado fue despertando de ese profundo sueño en el que había estado.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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