El gen

19. No puedo esperar más

+18

Cabalgaba por la playa disfrutando del hermoso día soleado y de lo glorioso que se sentía todo, la brisa del mar, era extremadamente relajante y me sentía libre.

Hace tanto tiempo que no me sentía así de bien.

Me detuve para esperar al capitán y baje del majestuoso animal, posando mi cabeza en la suya y lo acaricié delicadamente.

—Eres lento— murmure cuando el capitán llego a nosotros.

Tenía un aire de elegancia y a la vez sexual al cabalgar, usaba unos vaqueros azules y una camiseta blanca.

Negó riendo y se acercó a robarme un corto beso.

—¿Segura soldado?— susurró tomándome por las caderas y llevándome al agua.

Debí de imaginarlo.

Se adentró un poco al mar y se lanzó conmigo a la primer ola que llegó, el capitán estaba demente. Me hundí en el agua salada y lo maldije mil veces, ahora duraría horas sacando toda la arena de mi cabello, salí rabiosa del agua y el capitán comenzó a reírse descaradamente.

—No es gracioso capitán— bufé y le tiré agua.

Alzó los hombros y me apego a él robandome un beso tierno y después de eso volvió a reírse en mi cara, quise golpearlo por ello.

Salí un poco molesta del agua e intenté secarme un poco el cabello ¿por qué tenía que ponerse tan pesado?

Observé al pelinegro que continuó unos minutos más en el agua, no podía enojarme con él, nunca lo había visto tan relajado e incluso tranquilo como estaba justo ahora y menos había visto esa hermosa sonrisa por tanto tiempo en su rostro.

Finalmente el pelinegro salió del agua sacudiendo su cabello y se acercó.

¡La camiseta se le había apegado al cuerpo!

Se sentó conmigo en la arena blanca y me abrazó mientras besaba mi cabello mojado, escuché como volvía a burlarse de mi y lo codee.

—Lo siento— susurró y me giré para verlo.

Sentía que con cada segundo que pasábamos juntos, él bajaba más su guardia dejándome ver a su verdadero yo.

El sonido de mi celular interrumpió el momento y miré a la pantalla sorprendiéndome.

Llamada entrante= Mamá

—¿Hola?— respondí

—Hola amor ¿cómo va todo?

—Bien...

La escuché suspirar.

—Querida, tendremos una cena familiar y quieren....— soltó nerviosa y la interrumpí antes de que continuara.

—Esta bien mamá, no importa ¿será solo la familiar verdad?— interrogue.

—Sí.

Volteé a ver al hombre a mi lado que me miraba con curiosidad y puse en silencio la llamada por unos segundos.

—¿Quieres venir a una cena familiar?— pregunté observándolo.

Entrecerro los ojos.

—Esta bien— asintió después de unos largos segundos.

Volví a la llamada.

—Llevaré a alguien conmigo— informé antes de colgar y suspirar, dedicándome únicamente observar el hermoso atardecer y por supuesto, al apuesto hombre a mi lado.

El capitán comenzó a acariciar mi cabello y sabía que debía de decirle la verdad, pero ¿por qué sentía miedo de su reacción?

Finalmente el sol terminó de ocultarse dándole paso a la enorme luna que está noche iluminaba de manera asombrosa toda la playa.

Había llegado la hora de prepararnos y aunque me empezaba a pesar ocultarle la verdad al capitán, no tomaba el suficiente valor para decírselo aún y sabía que debía de hacerlo pronto.

[.....]

Duré horas en la ducha gracias a que tuve que sacar la arena de mi cabello y estaba segura de que todavía me quedaba un poco, pero estaba lo suficiente agotada, además de atrasada para seguir en ello.
Analicé el atuendo sobre la cama que iba a usar esta noche, era un traje azul de dos piezas, algo cómodo.

Espero las cosas salgan bien.

—¿Crees que deba decírselo ahora?— pregunté a la cachorra observándome en el espejo.

Ladró moviendo su cola y supuse que ella también estaba de acuerdo de que era el momento de hacerlo, no podía evitar sentirme muy nerviosa.

—El seguro va a entender que oculté el secreto por mi propio bien y el de los demás a mi alrededor— respondí riendo nerviosa.

Estos días con el capitán habían sido algo locos y aunque todavía no habláramos acerca de lo que estaba pasando entre nosotros, realmente disfrutaba cada segundo con el, era totalmente diferente a quién creía que era y podía asegurar que había conocido mucho más de él en estos días que en años, incluso era algo romántico a su manera.

Tome aliento acercándome.

—Debo decirte algo— comenté jugando con mis manos nerviosa.

Ladeo su cabeza y sonrió con picardía.

—Lo sé— respondió acercándose y robandome el aire con un cálido beso.

Otra oportunidad más al caño.

—¿Nos vamos?— solté cuando finalmente me devolvió mis labios.

Su rostro se iluminó y asintió sonriendo.

Conduje por unas dos horas hasta dónde sería la reunión familiar y con cada kilómetro que me acercaba mi corazón empezaba a latir más fuerte y comenzaba a sentir sudorosas mis manos.
Finalmente divisé a lo lejos la casa de verano dónde sería la cena y agradecía que la música de la radio me distrayera haciendo que moviera los hombros sintiendo el ritmo, miré de reojo al capitán que negaba divertido.

Aparqué en un sitio algo alejado de la casa ya que el pequeño estacionamiento estaba repleto y no había ni un solo sitio disponible.

—¿Listo?— pronuncié nerviosa y lo tomé por el hombro.

Quise decir ¿Lista Adeline?

Suspiré antes de dar el primer paso entrando al lugar en el que estarían ellos a quiénes tenía años sin ver....
Estaba nerviosa por su reacción al verme, ciertamente había cambiado mucho desde la última vez que los vi tanto físicamente como persona, era otra Adeline completamente distinta a la que ellos habían conocido, ya no era la pequeña inocente, ahora era una asesina.

Observé la silueta de mi madre acercarse y en su rostro traía una sonrisa de orgullo, sus ojos estaban húmedos y detrás de ella venía la pequeña pecosa castaña.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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