El gen

25. Barrio rojo

Capitán Kai.
+18

Tomo las llaves de mi auto en mi bolsillo y camino por los pasillos que tienen menos iluminación a esta hora balanceando el pequeño llavero de colores llamativos que había comprado en mi último viaje.
Los pasillos se encuentran totalmente desolados, me gusta mucho esta fase de la central, sin ruidos y soldados llendo de un lado a otro, parece casi perfecta.

¿Qué hace ahí?

La silueta de la mujer que reconocería a kilómetros de distancia llama mi atención, está sentada justo en medio de una de las mesas del comedor completamente a solas y aún con el tipo de vestimenta que River la obliga a usar.

Es la una de la madrugada y a está hora nadie se encuentra fuera de su dormitorio o todos ya se han ido a sus casas, pero ella está ahí sobre la mesa.
Me acerco un poco más pretendiendo no molestarla, menos llamar su atención y finalmente me doy cuenta, se ha quedado dormida y se abraza es un absurdo intento por darse calor, la pelinegra tiembla de frío.

—Miller despierta y ve a tu dormitorio— murmuró intentando llamar su atención y no consigo respuesta.

¿En serio?

—Adeline despierta— pronunció elevando un poco la voz y tocó su espalda.

Ella se remueve un poco y creo que va a despertar, pero solo gruñe cubriéndose de la luz sumergiendo su rostro en su brazo derecho.

—Maldición— balbuceo para mis adentros y suspiró estresado.

La silueta de un hombre acercándose llama mi atención y distingo que es una sombra, nuestros vigilantes poco perceptibles, usa su habitual uniforme negro.

—No despertará— pronuncia muy bajo observándo a la pelinegra dormir —Intenté hacerlo hace un rato, pero parece que está muy cansada— murmura y ella vuelve a moverse dejando al descubierto su rostro.

El hombre la detalla con atención y no puede evitar ocultar estar deslumbrado por su belleza, su vista viaja hasta sus labios.
Apretó mi mandíbula armandome de paciencia y la cubro con mi chaqueta para después tomarla entre mis brazos y cargarla, ella ni siquiera se inmuta un poco.

—Buenas noches — murmuró hostil mirando de reojo al hombre que asiente y al dar la vuelta lo miro por el rabillo de mi ojo que continúa de pie en el sitio.

Esto es increíble.

Ella podría estar siendo secuestrada y lo que hace es dormir tranquilamente en mis brazos, aunque sigue temblando de frío y su cuerpo está helado.

La exigencia de River la mujer que trajo el capitán Lee es increíble y las soldados no han parado de practicar desde antier, posiblemente la rutina dejó demasiado agotada a Adeline que se quedó profundamente dormida en el comedor.

—¿Cómo es esa rutina para que siquiera puedas llegar a tu dormitorio?— susurró burlandome y mi imaginación me traiciona al imaginarla dando un show muy erotico.

Se queja cuando pasamos bajo la luz de una lámpara y esta pega directamente en su cara, pero ni siquiera eso la levanta solo consigue que ella me rodee con sus brazos el cuello y se acurreque en mi pecho, paso saliva nervioso al notar que los latidos de mi corazón se acelerarán.
Sacudo mi cabeza y me concentro en que haré con ella, es tarde y no puedo llevarla a su dormitorio sería acabar con su carrera si una persona me ve entrando con ella, tampoco puedo llevarla a su casa.

Me detengo y observo su delicado rostro —Sé que me voy a arrepentir de esto más tarde— murmuró y tomó rumbo a mi dormitorio.

Abro la puerta de mi dormitorio y lo dejo a oscuras para no molestarla, me apoyo en la cama para dejarla recostada en ella. Primero pongo con delicadeza su cuerpo sobre el colchón y aparto de la misma manera sus brazos alrededor de mi cuello, logró hacerlo y suspiro aliviado.

—¡Tengo frío! Acércate— murmura enojada y me sostiene de la camisa haciéndome caer en la cama a su lado.

Me atrae hacía ella abrazándome y sube una de sus piernas sobre mi impidiendome huir, me deja inmóvil con su cuerpo casi encima de mi y solo puedo estirar mi brazo para tomar la sábana y cubrirla.

No debí cantar la victoria tan rápido.

Los minutos continúan sumándose y con cada intento que he hecho para escabullirme de sus brazos solo he logrado que gruña molesta aferrándose aún más a mi.
La madrugada sigue muy fría y solo provoca que ella se acurreque temblorienta sobre mi pecho intentando recibir calor y debo admitir que dormida dejo de encontrarla desagradable ¡a la mierda todo!
La abrazo dándole el calor que busca y después de un rato su cuerpo deja de estar helado.

El calor que empieza a emanar su cuerpo es como un somnífero muy potente y rápido que me hace cerrar los ojos por algunos segundos.
Reacciono dándome cuenta de que casi me quedo dormido, joder se suponía que solo la dejaría dormir en mi dormitorio y me iría a casa, pero estar de esta manera con ella simplemente embriagadora y me hace sentir tan cómodo, sé que pronto voy a perder la lucha contra mis párpados, pero lo haré satisfecho.

[....]

La luz de la mañana se infiltraba por una pequeña grieta que deja la persiana mal corrida de mi habitación haciéndome arrugar la cara, realmente estoy muy cómodo en la cama para tener que despertar ahora.

¿Por qué está despierto?

Me restrego los ojos y estiro mis brazos sintiendo un cuerpo frente a mi, lo examino dándome cuenta de que es femenino y me termino de despertar de manera veloz abriendo mis ojos observando la cabellera oscura de Adeline a mi lado y su zona trasera apegada a mi.....
Sacudo mi cabeza y los recuerdos de la noche me hacen darme cuenta de que no lo había soñado, ella realmente estaba en mi cama.

Paso saliva al notar que ella se remueve de la cama y vuelve a buscar mi pecho acurrucandose en el, pero parece estar un poco despierta ya que lo tacta con lentitud y disimulo con sus pequeños dedos temblorientos para después alzar su vista encontrándose con la mía.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 09.09.2024

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