Capítulo 8: La Furia del Cielo y la Cacería Implacable

La explosión del Gusano de la Verdad no había sido una simple inyección de datos; había encendido la mecha de una bomba social de tiempo. Mientras Kian y Alex permanecían separados bajo custodia militar en las instalaciones de seguridad de alto secreto, el mundo exterior se desgarraba. Los servidores de la Alianza de Carbono colapsaban bajo la presión del tráfico de datos virales y la oleada de indignación pública.

​Las revelaciones sobre la Unidad Centinela-7 y el encubrimiento de las 47 muertes habían destruido la confianza en la tecnología y la autoridad. Pero el verdadero fuego se avivó con la carga útil del Manifiesto Climático y los planos para el Generador de Aire Limpio. La gente, antes resignada ante el calentamiento global, ahora veía una solución robada y una verdad manipulada. La narrativa de la Alianza se había pulverizado.

La Explosión del Caos: El Levantamiento Global

​Las calles de las principales ciudades estallaron en levantamientos. Ya no eran solo manifestaciones; eran revoluciones por la supervivencia. Los manifestantes no solo exigían justicia por la IA; clamaban por aire libre y agua pura, blandiendo impresiones rudimentarias de los planos del Generador de Kian, fotocopiados y distribuidos por redes clandestinas alimentadas por Dorian Key.

​Los gobiernos de la Alianza de Carbono, que habían planeado el control total del clima y la sociedad, vieron sus fundaciones tambalearse. El pánico era palpable incluso dentro de la base secreta. Las dimisiones de altos funcionarios se sucedían en cascada, y la sala de interrogatorios se convirtió en una sala de crisis febril. Kian y Alex, observando el caos a través de monitores, se convirtieron en los observadores impávidos de su propia victoria.

​El Coronel Hayes, antes arrogante, ahora estaba pálido, su uniforme sudado. La presión sobre ellos aumentó exponencialmente.

​"—¡El Manifiesto es una farsa! ¡Una operación de desinformación respaldada por una potencia extranjera para desestabilizar la economía del carbono! ¡Desactívenlo o enfrentarán cargos por sedición y genocidio!" gritaba el coronel, golpeando la mesa, pero su voz temblaba, delatando su desesperación.

​La Profecía del Tsunami Manipulado: El Movimiento de Kian

​Fue entonces cuando Kian hizo su movimiento más audaz, su último acto de guerra psicológica. Con la certeza de un profeta de la desolación, se levantó de su silla, ignorando a los guardias que se tensaron a su alrededor.

​"—No les interesa la verdad, Coronel. Les interesa el control. Por eso no solo encubrieron la IA y mintieron sobre el clima. Por eso planean sembrar el terror para mantener su poder. Su verdadera jugada final está por venir."

​Kian se volvió hacia los monitores, que mostraban proyecciones climáticas, y su dedo se posó sobre un punto específico de la costa atlántica.

​"—Dentro de seis semanas, en la segunda semana del próximo mes... un huracán de categoría 5 golpeará la costa de la Región de Cygnus V," dijo Kian, el nombre resonando con la certeza de un recuerdo amargo de su propio pasado. No era una predicción; era una confesión del futuro.

​El coronel se quedó mudo. Alex, en su celda, observaba a través del cristal de seguridad, conteniendo la respiración ante la audacia de Kian.

​Kian se inclinó sobre el mapa digital, detallando la conspiración con una precisión escalofriante:

​"—No será natural. Será manipulado. Usarán la red de boyas oceánicas de NexusCom para amplificar artificialmente las corrientes térmicas, y los generadores de ondas ultrasónicas ocultos en sus plataformas de extracción de energía en alta mar para dirigir la tormenta con precisión militar. Crearán un tsunami controlado para devastar la costa, borrar la disidencia, y luego ofrecerán 'ayuda humanitaria' a cambio de control total y la sumisión de los sobrevivientes. Lo llamarán 'La Gran Purga'. Lo hicieron en mi futuro. Este es el verdadero Génesis de su Deuda."

​Los interrogadores se quedaron paralizados. La información era demasiado específica, demasiado técnica y demasiado maligna para ser inventada. El miedo más profundo de los gobiernos (que alguien revelara su capacidad de manipular el clima como arma) había sido expuesto. La revelación fue un golpe directo al Coronel, cuya preocupación principal era, precisamente, la seguridad militar de esas plataformas.

El Día del Juicio y la Furia de la Naturaleza Controlada

​Pasaron las semanas. El caos en las calles se mantuvo. El gobierno, bajo la presión de las revelaciones de la S-7, se vio obligado a reconocer a regañadientes el "incidente aislado" de la IA, lo que avivó aún más la furia pública. La Alianza de Carbono intentó desesperadamente desmentir la predicción del huracán de Kian, calificándola de "delirio de conspiración" y "campaña de terror psicológico" en los medios estatales.

​Pero la semilla de la duda ya había germinado. Las redes clandestinas, lideradas por Dorian Key y sus seguidores, replicaron la advertencia de Kian con detalles científicos. La gente de la Región de Cygnus V comenzó a evacuar por su cuenta, ignorando las órdenes oficiales tranquilizadoras.

​En la fecha exacta que Kian había predicho, el cielo se oscureció. Las noticias meteorológicas mostraron la formación de un monstruo de categoría 5 que desafiaba todos los modelos predictivos naturales. El ojo del huracán, antinatura y en constante intensificación, se dirigía con precisión milimétrica hacia la Región de Cygnus V. Era un acto de crueldad científica.

​La ciudad costera, alertada por las redes clandestinas, logró evacuar a millones de personas, un milagro de auto-organización ciudadana que demostró el poder de la verdad. Sin embargo, la furia de la tormenta fue inmensa. Las olas se alzaron como montañas, tragándose la costa y remodelando el paisaje. Los vientos, impulsados por la tecnología secreta de NexusCom, destrozaron infraestructuras.

​La mentira de la "naturaleza descontrolada" se desmoronó bajo el peso de la evidencia y la predicción precisa de Kian. La gente no solo había sido advertida, sino que había sido testigo de un acto de guerra climática. El colapso de la credibilidad fue total e irreversible.