Capítulo 12: La Cripta de Desechos y el Material Prohibido

Con la ciudad convulsionada por las réplicas del Pulso Desviado de Kian en la Torre Zenith, y la atención de la Alianza de Carbono concentrada en la búsqueda frenética de la "amenaza cuántica" en la zona financiera, Alex y Los Arquitectos de la Esperanza se movieron con la urgencia de quien sabe que el tiempo es un recurso agotable. El destino de Kian y la supervivencia del proyecto dependían de la obtención del Material Cristalino.

En el húmedo y oscuro subsuelo de la estación de metro, la Dra. Elara Vess desdobló un mapa antiguo y desactualizado. "El material que Kian describió—el compuesto cristalino sintético, el catalizador de la Física de Transición Cuántica—es un residuo de una fallida investigación de fusión en los años ochenta," explicó Elara, sus dedos trazando líneas sobre el papel amarillento. "La Alianza lo clasificó como desecho radiactivo de nivel Alfa y lo almacenó en la Cripta de Materiales Alfa. Es una instalación antigua, sellada y vigilada por drones automatizados. No hay personal humano, solo una Inteligencia Lógica de contención."

La Planificación Lógica: Engañando a la Reducción

La Cripta de Materiales Alfa estaba ubicada a 50 kilómetros de la ciudad, en una zona de exclusión mantenida artificialmente seca y desolada. El desafío no era la seguridad física, que era arcaica, sino la seguridad lógica y la alta radiación residual del sitio.

Alex, con el datapad de Kian en sus manos, se convirtió en el centro de comando. "La IA que controla la Cripta fue diseñada por la Alianza para ser redundante y reactiva, no inteligente. Opera con protocolos binarios: intrusión = sellado. Podemos engañarla. El Segundo Gusano nos dio acceso a las frecuencias de las plataformas de NexusCom; puedo modificarlo para que actúe como un virus de señuelo, simulando una intrusión externa masiva en sus repetidores de clima. La IA de la Cripta redirigirá sus recursos lógicos para defender el perímetro, dándole a Elara una ventana de acceso."

El equipo de asalto se redujo a tres: la propia Elara (experta en materiales y desactivación de sistemas arcaicos), un joven ingeniero llamado Marco (especialista en hardware electromagnético y bypass de energía), y Silas (el encargado de la extracción y transporte, un ex-empleado de logística de la Alianza con acceso a códigos de acceso de vehículos en desuso).

Viajaron en un vehículo de carga abandonado que emitía una firma térmica y de comunicación civil deliberadamente baja. La tensión en el pequeño habitáculo era casi eléctrica, sabiendo que, si eran capturados, la Alianza no solo neutralizaría a los "terroristas," sino que desmantelaría la última esperanza del planeta.

El Laberinto de la Cripta: El Precio de la Esperanza

Al llegar al sitio, la Cripta se alzaba como un mausoleo de cemento reforzado, rodeada por un campo de interferencia de radiofrecuencia para contener la radiación. Marco se encargó de la barrera de comunicación, usando un simple pero efectivo generador de ruido blanco para crear un punto ciego momentáneo.

Desde la estación de metro, Alex lanzó el virus de señuelo, una versión modificada del Segundo Gusano que simulaba un hackeo de bajo nivel en las redes de comunicación perimetrales de la Alianza.

"—La IA de la Cripta está mordiendo el anzuelo. Está redirigiendo el 80% de su energía lógica a los firewalls externos. ¡Tienes 75 segundos, Elara, antes de que el protocolo de autodiagnóstico la devuelva a la normalidad!" alertó Alex por el canal cifrado, la adrenalina haciendo que su voz fuera tensa.

Elara abrió el primer sello. El aire del interior olía a ozono, metal envejecido y el persistente picor de la radiación no contenida. Se movieron por pasillos oscuros y claustrofóbicos. Los sensores de radiación de sus trajes se dispararon inmediatamente a niveles peligrosos.

"—El nivel de radiación ambiental es el doble del tolerable para una exposición prolongada, Alex. El material está aquí, pero está mal almacenado," susurró Elara, su respiración agitada resonando en el micrófono. Marco instaló rápidamente sellos de contención portátiles para aislar la zona.

Llegaron a la cámara de contención Alfa-2. El Material Cristalino, tal como Kian había predicho, estaba almacenado en contenedores defectuosos y corroídos. Eran cristales púrpuras profundos, que parecían absorber la poca luz ambiental y emitir un brillo interno anómalo, parecido a la Génesis Cuántica de Kian, pero más frío y estable. La belleza y el peligro eran inseparables. Silas comenzó la extracción, manipulando los contenedores con guantes de plomo de triple capa.

La Alarma de Doble Filo: La Convergencia

Justo cuando Silas terminaba de cargar los 50 \text{ kg} requeridos para el núcleo del Generador, la Inteligencia Lógica de la Cripta se recuperó del ataque de Alex.

"—¡Alerta, Elara! ¡La IA ha detectado la manipulación interna! ¡Ha cerrado los sellos internos y está activando el protocolo de purga de aire de emergencia!" gritó Alex, el terror en su voz. El aire tóxico sería letal en cuestión de minutos.

En ese momento de crisis, a años luz de distancia, Lyra Kael en el Siglo XXV sintió una firma de energía anómala y antigua. Aunque el pulso de Kian en la Torre Zenith había sido detectado, la energía residual del Material Cristalino activándose y manipulándose en la Cripta generó un segundo, más débil, pero más identificable rastro. Lyra Kael, obsesionada con el orden, vio dos puntos de interés y comenzó a calcular el punto de convergencia para una extracción total.

De vuelta en el 2032, la Alianza también reaccionó. El Coronel Hayes, al darse cuenta de que la anomalía de Kian en la Torre Zenith no era una bomba, sino una distracción cuántica, redirigió los drones de vigilancia de alta resolución de NexusCom a la zona de exclusión.

Elara tomó una decisión rápida. Usó su conocimiento en ingeniería para inyectar un bug de sobrescritura en el protocolo de la IA de la Cripta, haciendo que el sistema creyera que el material ya había sido extraído y que la contención estaba comprometida. Los sellos se abrieron con un chirrido metálico. Salieron de la Cripta justo cuando los primeros drones de la Alianza llegaban al lugar, sus focos barriendo la arena.