El Gran Reinicio Parte I : Despertar

Capítulo 114 : Luz Y Oscuridad

Ambos somos Contenedores de existencias con capacidades destructivas a escala Dimensional, sin problema podríamos borrar la vida de cada sujeto que se encuentra en este lugar. A una velocidad la cual no puedo controlar, los sentimientos de odio y sed de sangre provenientes del Dios Sucio comienzan a nublar mi conciencia, puedo notar como esto mismo ocurre con Mirna.

Por este aumento desmedido en nuestros manas, todos los guardias sienten un escalofrío el cual recorre sus espaldas, ese sentimiento es transmitido hacia la gran mayoría. Si bien hasta hace unos segundos atrás, nuestro despliegue de poder era de por si algo que supera con todos lo límites establecidos para Magos de nuestra edad, ahora estamos en una dimensión completamente distinta.

De reojo puedo ver a Sylvana como gesticula una expresión de preocupación muy pura, comprende las consecuencias que podrían acarrear el hecho de usar este poder en presencia de los demás. Debo detenerlo de alguna manera.

– … De… Detente ahora mismo.

Mi voz es sumamente débil.

El Dios Sucio me ignora por completo, lo único que visualiza es a su enemiga mortal. Ambos Dioses sonríen al imaginar como destrozarán al otro.

Mi visión comienza a nublarse, aquellas manos negras y huesudas comienzan a subir desde mi sombra hasta alcanzar mis ojos. No puedo permitir que esta cosa se descontrole, debo hacer algo para…

– ¿No es mejor dejarlo libre?

Esa voz aparece en mi mente, pese a que nunca la había oído en mi vida, es extrañamente familiar.

Una imagen se revela repentinamente, estoy en un cuarto completamente blanco, no posee esquinas dado que están redondeadas. Hay algo extraño en esta visión, claro, no poseo mi ojo izquierdo.

Esta imagen comienza a aclararse, frente a mi se encuentra una pequeña que ocupa un parche en su ojo derecho, gran parte de su cuerpo esta cubierto de vendajes roñosos y ensangrentados, las heridas abiertas sangran leve pero constantemente. No puedo vislumbrar su rostro, solo aquel parche de color blanco.

Desde el punto de vista que estoy presenciando, puedo notar como trata de colocarse de pie, sin embargo no puede dado que mis extremidades están encadenadas al suelo. Aquella niña al notar que trato de levantarme esboza una cálida y amable sonrisa. Estira sus manos y toca mi rostro.

– Tranquilo, ya no dolerá, estoy a tu lado, nos ayudaremos mutuamente para que el dolor sea menor. – Toca su pecho. – Yo poseo a la Diosa Luminosa, y tú… – Con su dedo índice toca suavemente en centro de mi pecho. – Al Dios De Las Sombras, ambos en teoría somos enemigos, pero eso también significa que podemos ayudarnos. Te ayudaré cuando él se salga de control, cuento contigo para cuando ocurra lo mismo conmigo.

Al escucharla hablar siento una paz que recorre toda mi alma. Los sentimientos de este chico son transmitidos hacia mí, es entonces que mis labios resecos pronuncian unas palabras.

– … Gracias, puedes contar conmigo… Diana.

Al momento de vocalizar ese nombre es que puedo ver el rosto de esa niña… Es mamá, claramente es mamá con el rostro de una niña. ¿Qué está sucediendo? Pese a lucir como ella, el color de sus ojos es distinto, no son el verde esmeralda que hemos heredado tanto mis hermanos como yo, los ojos de esta niña son de un amarillo tal como si fuera oro. Estoy con la mirada fija en esta infante.

Con una respiración profunda y pesada es que regreso a la realidad, jadeo constantemente, pese a todo puedo mover mi cuerpo. Sin desperdiciar tiempo alguno clavo mi mirada en Mirna, ella también a retomado el control de su cuerpo, no puedo explicarlo, pero creo que tenemos la misma idea, presionamos fuerte la tierra y nos abalanzamos hacia el otro, sin embargo no es con la intención de atacarnos. En base a esa visión es que puedo obtener una conclusión, para detener la liberación constante de estos Dioses, es necesaria la intervención de la oposición directa. Estando frente a frente estiramos nuestros brazos, juntamos nuestras manos y cerramos los ojos, esta liberación constante de odio y deseos oscuros comienzan a ser retraídos, su luz desvanece mi oscuridad, al mismo tiempo que mi oscuridad opaca su luz.

Lo puedo sentir, este maldito ha comenzado a ceder, lentamente abro mis ojos, Mirna y yo nos sincronizamos, estamos estáticos contemplando el rostro del otro, contenemos la respiración, la liberación abismal de mana comienza a declinar cada vez más, hasta que ambos seres regresan a nuestro interior.

Los segundos transcurren y no dejamos de aferrarnos de nuestras manos.

– ¿Tú también lo viste? – Pregunto.

– Estoy segura de que fue lo mismo para los dos. – Al momento de responder, la mano de Mirna aprieta con una fuerza desmedida, pero no es adrede, todos sus músculos se contraen violentamente. – ¡GHAAAAA!

Sus rodillas ceden, logro zafar mi mano izquierda y la logro sujetar antes de que caiga al suelo, envío un pulso de mana para comprobar su interior, tanto sus flujos como su mana son un caos completo, si sigue de esta manera sufrirá un Shock Mágico, maldita sea soy horrible en cuanto a Magia de Restauración aplicada en otra persona, si tan solo… De un segundo a otro un mar de información inunda mi cerebro, es una formula mágica, esto ya me ha ocurrido antes, recuerdo que pude usar un Hechizo de Ilusión con Alessia cuando Alice y yo nos encontramos por primera vez, pese a nunca haberlo usado antes, supe cómo hacerlo. No tengo tiempo que desperdiciar, su vida corre peligro, aun peor, puede que nuevamente libere ese ente que posee.



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En el texto hay: tragedia, gore sangre accion, romance

Editado: 04.08.2019

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