El Gran Reinicio Parte I : Despertar

Capítulo 118 : Contrastes

 

Pensar que dos de mis oponentes demostrarían tal nivel de poder fue algo que llamó mucho mi atención. Pese a todo he obtenido la victoria. La segunda forma de Dios Del Trueno es algo que necesito perfeccionar, es un poder el cual aun no puedo controlar con efectividad, bueno, esto también ocurría antes cuando usaba Dios Del Trueno en su forma base, ahora puedo usarlo sin problema alguno.

Sigo inconsciente y solo puedo apreciar un constante negro el cual no vislumbra imagen alguna. Lo puedo sentir, esta sensación, pronto despertaré. La zona de mi estomago por alguna razón comienza a sentirse fría, sin embargo segundos después es acogido por una cálida briza. Con una respiración profunda es que finalmente abro los ojos.

Estoy en una habitación prácticamente idéntica a la que estuve antes con Mirna. Recostado sobre una suave cama me percato de esta extraña situación. En mi estomago continúa presente esa cálida briza, bajo la mirada y quedo sin palabras debido a lo que estoy apreciando.

– … Que… ¿Qué mierda haces?

Pregunto incrédulo. Por alguna razón la cual no puedo comprender, Zirel está sentada sobre mis piernas mientras su rostro está pegado en mi estómago el cual se encuentra desnudo, ella ha desabotonado mi camisa y ha decidido fijar su mirada en esa zona, esa cálida briza no es otra cosa que la respiración de esta mujer.

Cuando escucha mi voz alza su mirada sin expresión alguna, con una falta de energía absoluta responde sin dudar.

– Tocando tu estómago. – Contrólate, no te irrites.

– Eso es evidente… me refiero a la razón detrás de eso.

– Zirel, debe investigar. Hmm.

– ¿Investigar qué?

– Lo que debe investigar.

Esta hija de… paciencia.

– Responde a mi puta pregunta de una vez. ¿Qué mierda quieres investigar?

– Debiste preguntar, eso primero.

¡Eso fue lo que hice!

No puedo analizarla, esta mujer con su falta de expresividad absoluta en su rostro y cuerpo es alguien con quien no se lidiar. Zirel sigue tocando mi estómago con sus manos.

– Zirel quiere, descubrir como lo hiciste.

Claro, tiene sentido.

– En primer lugar no sirve de nada si solo analizas el exterior, necesitas comprobar el interior, para esto es necesario enviar un pulso de mana muy leve de tal manera que no provoque una interferencia con el cuerpo ajeno, luego podrás actuar para contrarrestarlo.

– … Comprendo.

Zirel eleva su mana sin medirse. Al notar esto rápidamente sujeto su mano con fuerza.

– Que parte de enviar un pulso muy leve no has comprendido.

– … Es lo que hacía.

Ladea su cabeza al no entender mi simple instrucción.

– Escúchame, hay una gran diferencia entre un pulso pequeño y uno enorme.

– Eso, lo sé.

– ¡Entonces!… – Respiro y me tranquilizo. – Entonces no eleves tu mana tan desproporcionalmente.

Zirel fija su mirada en mí. Hasta que finalmente habla.

– Zirel… ya se ha olvidado, como controlarse. Hmm.

– ¿Eres idiota?

– No lo soy.

– No lo demuestras.

– Tengo buenas calificaciones.

– Debo creer que has dejado de lado tu control de mana dado que no importa si sufres alguna clase de rebote.

– Si, no es necesario controlarme.

– Si, eres imbécil.

– Zirel ha dicho que…

– ¡Silencio! Si quieres deshacerte de esa inmortalidad implantada, primero necesitas acostumbrarte a no depender de ella. Estoy seguro de que al momento de regresar a la normalidad, morirás debido a tu propio descuido. Durante nuestro combate demostraste que has olvidado varios aspectos básicos para un mago, partiendo por el controlar tu propio mana. Además, eres tan imbécil que has decidido analizarme a mí, cuando a quien necesitas analizar es a ti misma.

Con mi sermón deja de tocarme, lo ha comprendido… O no tanto. Si bien me deja, comienza a levantar su camisa lentamente. La detengo y ella me observa.

– No intervengas, por favor. Hmm.

– No necesitas hacerlo ahora mismo.

– Mientras antes, mejor.

Esta mujer me irrita de una manera la cual ha sobrepasado el límite de mi paciencia. Tomo su cuerpo y la coloco sobre la cama mientras me monto en ella, acerco mi rostro al suyo.

– Escúchame, pese a no demostrarlo, es evidente que estás demasiado ansiosa por liberarte de eso, sin embargo el apresurarse es un error que muchos imbéciles han cometido ha lo largo de la historia, por el cómo estás en estos momentos, lo peor que puedes hacer es intentar deshacerte de tu inmortalidad.

Zirel deja de oponerse y relaja su cuerpo.

– … Tu… no tienes, idea cuanto he esperado. Todos estos años, desde que me expulsaron de Electus, ahora tengo una salida, quiero usarla.

Dejo escapar un suspiro y también me relajo.

– No se cual es tu pasado con Electus, sin embargo debes tratar de avanzar, no puedes seguir aferrada.

– Eso lo dices por…

– Se muy bien lo que es aferrarse al pasado. Es por eso que puedo decirlo.

Zirel me observa fijamente, luego de algunos segundos esboza una leve sonrisa.



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En el texto hay: tragedia, gore sangre accion, romance

Editado: 04.08.2019

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