Estoy siendo observado, pero no es por una persona en específico. Más de 200 individuos no despegan su mirada de mí, todo esto a raíz de que la niña leyó en voz alta un pergamino que trajo la pequeña Hada.
—Perfection, se graduó de Perfection, es casi imposible encontrar a alguien así, aquellos que se han graduado de ese sitio sí o sí serán reconocidos por todo el mundo. Lo natural es que también ingresen a Electus para así ser unas leyendas vivas en el mundo de los humanos, ya sabes, cómo los Prodigios, no hay nadie que los supere en su campo.
—Es increíble, es un maldito genio, no, es un monstruo humano y está frente a nosotros.
Esos son los comentarios que espontáneamente comienzan a murmurar. La niña, Sylvana seguía congelada con ese Pergamino en la mano, los otros cuatro me observan con una expresión que demuestra que aún no pueden creer lo que acababan de escuchar. Sylvana finalmente baja el pergamino, camina raudamente y se posiciona muy cerca de mí, levanta su mirada, nos observamos directamente a los ojos y pregunta otra cosa extraña.
—Mocoso. —Nuevamente todos en silencio —. Cuando me dijiste que no eras un genio. ¿Lo decías en broma o realmente crees que no lo eres?
Elo ahí, otra pregunta que no comprendo. ¿Si creo que realmente no soy un genio?, mis hermanos son los genios, al igual que Leonora y Frederick, yo solo soy alguien normal, no destaco como ellos, cuando salí de Perfection no sabía luego de egresar.
—Lo dije muy en serio, solo soy alguien común, eso es todo.
Sylvana en ningún momento despega sus ojos de los míos.
—No puede ser… este mocoso realmente cree lo que está diciendo, estoy segura, en sus palabras y gestos no hay nada que demuestre que esté mintiendo. —Deja de mirarme, un gran suspiro escapa de su boca y apunta en dirección a los demás —. Míralos, observa bien sus expresiones.
Lo hago, no sé que espera con eso, solo están con esa mirada extraña de no… ¿Por qué motivo reaccionaron todos así?, piensa. Si bien estaban un poco alterados cuando antes me protegieron las Hadas, ahora eso ha aumentado a nuevos niveles de exaltación, la razón, cuando Sylvana leyó ese pergamino. En el solo decía mi nombre y que egresé de Perfection… si lo piensas bien, hay en promedio 4 egresados por años, tan solo 4 de todas las personas de mi edad en el mundo. Coloco mi mano derecha en mi mentón como la vieja costumbre que tenía… esa cifra es abrumadoramente baja, y yo fui uno de esos egresados, pese a nunca salir de la clase D logré superar la etapa final.
En ella si no obtenías un puntaje perfecto en las 25 diferentes pruebas que debíamos rendir, automáticamente eras expulsado y jamás te graduabas de esa escuela, recuerda quienes eran los otros 3 que egresaron. Fueron, en primer lugar Leonora, quedó como la mejor de nuestra generación, en segundo lugar Frederick, después en tercer lugar otra chica aunque no recuerdo su nombre y, finalmente yo… los 3 primeros lugares eran todos de la clase S, el cuarto mejor de esa clase no pudo egresar ya que le faltaron 2 puntos en una de las pruebas, entonces, cómo es posible que el peor de la clase D haya podido egresar… es decir que obtuve un puntaje perfecto en las 25 pruebas, eso es de por si es muy difícil incluso entre los 10 de la clase S… acaso… si soy una especie de genio… y de ser así. ¿Como no me había dado cuenta antes?, piensa.
Por dos años y un mes siempre estuve en el primer lugar de la clase S, luego, de una semana para otra mis notas descendieron tan bajo que llegué al último lugar de la clase D, pero siempre era así, siempre en el último lugar pero jamás tan baja como para que fuera expulsado alguna vez. Desde los 10 años éramos solo 3 los que estábamos en esa clase, a los 15 años era solo yo, y mis notas aumentaban a medida que eran expulsados mis compañeros de clase, aumentaban pero siempre era para quedar el último lugar. ¿Inconscientemente obtenía esos resultados? No me daba cuenta, sin embargo. ¿Como lo lograba para averiguar que promedio necesitaba?, tendría que saber que notas obtendrían los otros para así ir regulando mi desempeño.
Tan solo observaba a los demás, nunca entablé una relación de amistad con nadie de esa clase, es más, con nadie de la escuela aparte de Leonora y Frederick, me fijaba en como actuaban y respondían los demás cuando algún profesor explicaba la materia. Analizaba todo su cuerpo, yo mismo no sabía el motivo de hacerlo, tan solo era una costumbre, no me conocía como era en realidad, no sabía nada de mí.
—No me había percatado de nada. —Ahora soy yo el que tiene una expresión de sorprendido —. Pero, eso no puede ser cierto… no lo puede ser. —Mi respiración es pesada —. ¡No puede ser cierto, alguien como yo no puede ser así!
Es mentira, piénsalo bien, como no me percaté de nada. Toda mi vida he vivido sin darme cuenta de cómo era en realidad.
Comienzo a caminar de un lado hacia otro tratando de obtener una respuesta más razonable a esto. ¿Por qué no me había dado cuenta antes? Si lo hubiera hecho, seguiría siendo amigo de ellos dos, no sería la carga que soy ahora, tendría un futuro.