Son las 3 de la tarde, ya hemos almorzado, ahora nos dirigimos al centro del Barrio Mágico de Londres, dejamos la Posada atrás, toda la familia nos ha acompañado en el trayecto, ellos están visiblemente preocupados, la calle principal se encuentra incluso más aglomerada que el día de ayer, alcanzo a divisar el enorme coliseo, he hecho algunas preguntas antes de dejar la posada, una de ellas fue la duración de este torneo, el cual dura 2 días, hoy es la etapa de inscripción y la de clasificación, básicamente un empresario deberá de elegir a su participante, solo uno, después de eso comenzara la etapa de selección, las reglas del torneo implican que estará estrictamente prohibido asesinar, aunque existen magos especializados en sanar para de esa forma prevenir que eso ocurra, dado que esta familia no acostumbran a visitar a este tipo de espectáculos solo conocen la información general, lo que sí es un hecho es que todo se decidirá mediante combates.
Hemos llegado, hay una enorme fila, esa ha de ser la destinada para el público en general, nadie sabe dónde es el lugar para inscribirnos, pero gracias a Eri ese problema fue solucionado, tiene un carisma que permitió soltar la lengua a los 4 enormes guardias que custodian la entrada a este lugar.
– Nos reuniremos una vez dentro, yo iré con Guille para que nos represente… – Dileas me observa temerosamente. – ¿Estás seguro de querer participar, eres muy joven, en este lugar hay magos veteranos, muchos empresarios contratan a magos mercenarios para participar?
Otra vez la misma pregunta, durante todo el trayecto repetía lo mismo una y otra vez.
– Como ya te lo he dicho en incontables veces, sí, estoy seguro. – Dejo escapar una bocanada de aire, es mejor si les revelo un pequeño punto. – Puede que no lo parezca, pero en realidad tengo mucha experiencia en combate, o si no pregúntale a esos 3, mi maestro me guio en todos los aspectos de un combate mágico. – Cuando digo esto, Iquios reacciona.
– No te debes de confiar, recuerda que aún pueden existir magos poderosos, no desmerezco tu nivel pero…solo concéntrate en. – Lo interrumpo porque está olvidando algo muy importante.
– Antes de que sigas, ¿alguna vez les he dicho que fui enserio con ustedes? – Los 3 idiotas me observan algo desconcertados. – Recuerda, tengo estas runas bloqueando mi mana, nunca he utilizado Hechizos poderosos en su contra, créeme, si yo lo hubiera querido, los tres ya estarían muertos.
– Ahora que lo mencionas, tu mana nunca fue excesivo en nuestros enfrentamientos, nos ocultabas tu verdadera fuerza. – Dice Boldaz.
– No es eso, sencillamente si los hubiera enfrentado con toda mi fuerza, no estarían con vida. – Observo a Dileas. – Dejemos de perder el tiempo, vamos de una vez. – Dileas asiente con su cabeza, nos marchamos.
Según la información que obtuvo Eri, nos dirigimos a ese sitio, a unos metros alejados de la fila principal, se halla una enorme puerta de hierro, golpeamos y de esta sale un ser de humo con forma humanoide, no posee rostro, su cuerpo es de color negro con 2 centellantes esferas sobre su cabeza, de su interior saca una esfera de cristal, en ella aparece escrito.
“Verificación De Empresario”
Dileas coloca su mano en la esfera, luego de unos segundos comienza brillar y aparece la siguiente frase.
“Empresario Confirmado: Dileas Silvis”
El ser de humo da la media vuelta, se detiene y hace un gesto con su mano, quiere que lo sigamos, Dileas se queda parado pero yo lo empujo para que camine, llegamos hasta una habitación, no posee puerta, en cambio una enorme tela de color rojizo cubre la entrada, ingresamos, dentro de la habitación no hay nada más que solo un escritorio con 2 asientos a cada lado de él, en uno de los asientos se encuentra un enorme y gordo Orco, piel verdosa, tosca cabeza, el sonido de su respiración es audible cada vez que exhala e inhala aire por su hocico, sus colmillos son visibles al curvarse por su labio superior, no posee cabello, viste una bata de color morado con bordados de runas, es una vestimenta reforzada que previene el daño físico y mágico, además reconstruye el tejido herido, básicamente es una defensa para proteger a este sujeto.
– Bienvenido, es la primera vez que participa en nuestro honorable torneo, todos son aceptados, tan solo queremos que nuestro público sea maravillado con las demostraciones de poder mágico. – El orco fija su mirada en mí. – Eres muy joven, ¿cuál es tu edad? – Dileas está muy nervioso, voy a tener que hablar todo el tiempo por el hasta que está más calmado.
– Eso no es relevante, si es demostración de poder lo que quieres para los espectadores, no los decepcionaré. – Una gran sonrisa se forma en el rostro del orco.
– Tienes razón chico, eso es lo único que nos interesa, si es por el bien de nuestro público todo está permitido, con algunas excepciones, esto me hace preguntarme, ¿conocen las reglas de nuestro torneo? – El tono de su voz cambio por completo en la última frase, es más tétrico, Dileas sigue sin reaccionar, es bastante inútil en algunas ocasiones.
– Solo lo general, está prohibido asesinar a tu contrincante y todo se decide mediante combates. – El orco levanta una ceja, está sorprendido.