Han transcurrido unos 5 minutos desde que cercene el brazo izquierdo de Kaika, la arena de este lugar esta empapada en sangre, vísceras y restos de piel, el olor a muerte y carne quemada está presente en el aire, pese a todo no siento nauseas o asco, del cuerpo de mi enemigo solo queda un trizado cristal Exanimum, todo lo demás esta carbonizado convertido en cenizas, el manto oscuro que me envuelve sigue presente, en este desolado desierto no hay nadie más que yo sosteniendo en mi mano derecha el último vestigio de quien antes fuera un imponente Homúnculo, respiro profundamente, observo el área, estiro mi mano derecha.
– “Caída Del Sol, Nivel 3”
Creo una esfera de fuego incandescente la cual termina por carbonizar los últimos restos de Kaika, la briza de este lugar se lleva sus restos esparciéndolos en la inmensidad del desierto, la euforia que sentía antes comienza a debilitarse mientras observo como los restos de mi enemigo desaparecen, ya no sonrío como hace unos instantes, he recuperado mi compostura, el manto oscuro es menos denso, mi mente se aclara, es momento de volver.
– “Portal, Barrio Mágico De Londres, Posada Abrazo Del Bosque”
Ingreso para regresar donde los demás, aparezco en el medio del grupo de ambos bandos, todo sigue igual, el grupo de Buterio está detrás de él, siguen con esa expresión de terror, pero no es por mi responsabilidad, observo en la dirección de Dileas, el sigue recostado en el suelo con su túnica agujereada a la altura del estómago, pero ya no posee herida alguna, solo queda finalizar el tratamiento para que vuelva a despertar, los demás están a su alrededor, su esposa e hijas tocan una parte de su cuerpo aferrándose a la esperanza de que vuelva a abrir los ojos, los otros 3 custodian de que nadie intervenga, pero hay alguien más en este grupo, es Bianca, ella está a unos 7 metros para evitar que nadie se acerque, su aura es intimidante, gracias a su presencia es que el grupo de Buterio mantiene esa expresión, al momento de invocar el portal todos los presentes fijan su mirada en el portal que aparece repentinamente, expectantes para comprobar con sus propios ojos el resultado de la batalla, el grupo de Buterio pierde toda esperanza mientras que los demás desbordan felicidad, hecho un vistazo rápido para ver si se encuentran bien, es entonces cuando cruzo miradas con Bianca, no es momento de sentimentalismos, debo dejar claro quién fue el vencedor, de esta manera podre prevenir cualquier otro ataque a la familia Silvis, me acerco a Buterio, me detengo justo delante de él.
– ¿Qué sucedió con Kaika, dónde está? – Buterio pregunta con un claro nerviosismo en su voz.
– Esparcido por el desierto, sus cenizas son llevadas por el viento, así que no conozco su paradero exacto, aunque queda algo de él. – Estiro mi mano derecha y muestro el cristal fracturado. – El cristal Exanimum que limitaba el poder de tu Homúnculo es lo único que traje conmigo.
La mirada de Buterio y los otros cuarenta acompañantes que estaban detrás de él solo demuestran una cosa, era un claro terror hacia mí, confiaban demasiado en Kaika, todos sus sueños estaban depositados en el poderoso Homúnculo el cual parecía invencible, pero un desconocido ha derrotado por completo a su poderosa arma, comienza a temblar, no despega la vista de aquel cristal el cual ya no emite brillo alguno.
– ¿Qué esperas?, recíbelo. – Digo con un tono intimidante, Buterio estira ambas manos, dejo caer el cristal, ya no demuestra esa arrogancia de antes. – Ahora es momento de que me escuchen, tú y los otros que están detrás de ti, esta será la última vez que atormentaran a Dileas o a cualquiera de su familia, de lo contrario. – Elevo mi mana y sed asesina. – Sufrirán el mismo destino que su débil Homúnculo. – Nadie de ellos controla su cuerpo, algunos se orinan en sus pantalones, otros caen de rodillas al no poder sostener su propio peso, en resumen, comprenden que no estoy mintiendo, Buterio no despega su mirada de mí, llorara en cualquier momento, baja la mirada y comienza a girar su cuerpo para marcharse, pero lo detengo. – Aun no te puedes ir de este lugar, antes debes de suplicar el perdón de la esposa y las hijas de Dileas, arrodíllate, suplica por el perdón de ser un patético bastardo, el cual se atrevió a atormentarlos por todo este tiempo, promete que nunca más volverás a entrometerte en sus vidas, debes hacerlo desde el fondo de tu corazón o de lo contrario, bueno, ya conoces cual será tu final.
Buterio tiembla sin control, lentamente se acerca a los demás, se detiene a unos metros de Bianca, ella se hace a un lado, el continua caminando, hasta llegar frente a los Silvis, observan con odio a Buterio, el responsable de sus tormentos se encuentra a pocos metros de ellos, quien dio la orden de asesinar a Dileas mientras reía y se burlaba ahora se encuentra preso del miedo, pero no se despegan del anciano, se aferran con más fuerza a su cuerpo, Buterio deja caer su pesado cuerpo al suelo, se arrodilla y coloca su cabeza en el suelo.
– Pe, perdonen a este patético bastardo por todo lo que les he hecho, suplico su perdón por ordenar la ejecución de Dileas. – Comienza a llorar por el miedo. – Yo como Buterio Krotlaon, juro por mi nombre y apellido que nunca más volverán a ver mi rostro o el de cualquiera de mis aliados, no sufrirán por nuestra culpa, por favor, acepten mis disculpas y mi promesa.