A lo lejos puedo distinguir el millar de sujetos, distintas razas, sexo y edades, todos aglomerados para celebrar las actividades de finalización del torneo, estas actividades concluirán el día domingo por la noche, lo normal es que más de alguno se acercara a nosotros debido a que en nuestro grupo estoy yo y Bianca, ambos fuimos finalistas del torneo y ella es la anterior ganadora consecutiva por lo que es muy conocida, pero no ocurre nada, nos adentramos a esta masa de personas y transitamos tranquilamente en dirección a la puerta de ingreso para firmar los papeles, aunque hay una explicación para todo esto, tanto yo como Dileas y Bianca hemos usado Ilusión Corpórea con el fin de evitar retrasos en nuestro trayecto, Dileas ahora luce como un joven de 20 años, Bianca ha cambiado el color de su pelo luciendo completamente negro además de algunos rasgos en su rostro, yo por mi parte, estoy luciendo como una versión más joven de papá, me base en las fotografías que alguna vez pude observar, solo que además cambie el color de su cabello a uno pelirrojo.
Luego de algunos minutos de caminata entre todo el tumulto de público asistente finalmente llegamos hasta la puerta, Iquios se detiene, en el trayecto he logrado mejorar mi estado físico, pero aun no es suficiente, por lo cual he enviado impulsos eléctricos a mis músculos para que puedan reaccionar, de esta manera al menos lograre permanecer de pie, calculo que estos efectos seguirán por todo el resto del día, debido a que en esta zona no hay nadie excepto nosotros, deshacemos Ilusión Corpórea y volvemos a nuestras formas originales, debería bajar pero tanto Lili como Mili no me sueltan.
– Hemos llegado, debemos bajar. – Digo a los dos.
– Un poco más y estaré conforme jijiji. – Lili se acurruca sobre mi pecho mientras ríe de esa manera tan peculiar.
– Solo…solo un ratito más.
Mili dice de manera muy baja mientras se aferra con más fuerza a mi espalda, observo a Mildit para que me ayude, ella asiente con su cabeza.
– Mili, Lili, recuerden el motivo por el cual Guille se está esforzando tanto, él se sacrifica por nosotros, deben dejarlo para que acompañe a su padre y él pueda volver a descansar, si realmente lo aman, deben de pensar en el bienestar de Guille. – Lo dice con un tono amable, ambas niñas me observan.
– Perdón esposo, solo pensaba en mí, lo siento. – Lili esta triste.
– Yo también, quiero que me perdones, no quiero que me odies.
Mili tiene la misma expresión que Lili, no quiero que se entristezcan por mi culpa, coloco mis manos sobre sus cabezas mientras sonrío.
– Jamás las podría odiar, nunca pensaría mal de ustedes, no estén tristes, pero deben comprender que debo acompañar a su padre para que finalmente puedan seguir viviendo tranquilamente en su posada, de hecho deberían de ser las más felices, en pocos minutos más ya no deberán de seguir preocupadas por sus padres, sé perfectamente que los aprecian mucho. – Ambas recuperan su energía, en especial Lili.
– Mili, bajemos. – Dice a su hermana mayor, Mili asiente con su cabeza y me suelta, observo a Iquios.
– Oye, inútil, estamos muy alto, arrodíllate de una vez. – Mi voz es firme.
– La diferencia de trato es demasiada. – Dice entre dientes Iquios.
– Me pareció volver a escuchar otra cosa. – Mi aura amenazante hace presencia.
– Nada, no es nada. – Iquios se espanta y obedece.
Los tres descendemos de la montura, su madre recibe a las dos niñas, al momento en el que descendí tuve que aumentar la electricidad para no caer de rodillas, ya tendré tiempo para descansar, ahora debo concentrarme, observo a Dileas, se acerca a mí, ambos estamos frente a la puerta para ingresar, aunque también se encuentra Wendy, ella debe volver dado que es un mago sanador, en caso de un incidente ella deberá atender al público, está obligada a regresar, los demás se despiden de nosotros, recorrerán las atracciones mientras terminamos todo, golpeamos y abren la puerta, nos recibe un ser de humo de color azul, lo seguimos y llegamos hasta la habitación que visitamos el primer día, de hecho desde ese día el orco Sajel no ha vuelto a hacer acto de presencia, yo y Dileas no detenemos pero Wendy debe seguir, antes de marcharse ella se acerca a mi oído y me susurra.
– Recuerda que la próxima vez que nos veamos te diré algo muy importante. – Recuerdo lo que dijo antes.
– Entonces dilo ahora, es más, pudiste haberlo hecho antes. – Mi rostro es neutro mientras digo esto, Wendy se enfada.
– ¡No es el momento, ten un poco de delicadeza! – Exclama Wendy.
– ¿Delicadeza, es necesario? – Pregunto, ella suspira y me señala con su dedo.
– El ambiente no era el apropiado, mi ropa tampoco era la indicada, debo pensar bien en mis palabras, debe ser especial, además que estaba rodeada de enemigas así que no era muy inteligente decirlo antes. – Definitivamente la hice enfadar.
– Has lo que quieras, no te obligare, Dileas ingresemos de una vez por todas.
Observo a Dileas, pero el también luce molesto por algún motivo, escucho como Wendy suspira, vuelvo a centrarme en ella, cierra sus ojos, respira profundamente y me observa fijamente.