Es el final, más bien, es lo que ya había decidido hace un tiempo, la idea de borrar de sus mentes todos los recuerdos asociados a mi existencia, fue algo que baraje en una ocasión, pero, cuando descubrí que ellos ya conocían la existencia de la magia, hizo que recobrara la fe, lograríamos reconciliarnos como familia…fui un imbécil. Estoy de pie mientras el resto de mi familia permanece de rodillas a causa de mi Hechizo, mi mano apuntando en su dirección, respiro profundamente, estoy listo.
– “Magia Mental, Manipulación De Las Memorias, Borrar Existencia De”
No puedo seguir recitando, debido a que abren bruscamente la puerta principal, ha ingresado un desconocido, no me percato cuando alguien sujeta con su mano mi brazo que mantengo estirado, observo de reojo, ese resplandor dorado de su cabello, es ella.
– Mocoso, ¿qué es lo que ibas a hacer? – Es Sylvana, sigo atónito por su repentina aparición.
– ¿Cómo llegaste, que? – Pregunto, pero Sylvana me interrumpe.
– Me alertaron sobre cierto mocoso que estaba por hacer una estupidez y tuve que venir para evitarlo.
– ¿Quién fue? – Con mi pregunta ella levanta su mirada y me observa directo a los ojos.
– Bianca– Responde.
– ¿Por qué?
Cuando pregunto eso, siento como ingresan otros tres sujetos por la puerta que sigue abierta a causa de la intrusión de Sylvana.
– ¡Guille! – Gritan Eri, Iquios y Boldaz, quienes se notan claramente alterados.
– Silencio no intervengan. – Dice Sylvana con un tono amenazante, ellos se detienen.
– Es la Maestra del Gremio Lobo Negro. – Iquios está sorprendido.
Sylvana vuelve a observarme, aún sigo atónito por todo lo que está ocurriendo, de un momento a otro todo cambio, recupero mi concentración.
– Suéltame. – Mi voz es seria.
– No lo hare hasta que recapacites. – Dice firmemente Sylvana.
– Debo hacerlo, es lo mejor para ellos.
– Tú también eres parte de esta familia, si esa fuera la mejor solución, también deberías de estar feliz…entonces, respóndeme, ¿por qué estas llorando?
Toco mi rostro con mi mano izquierda, las lágrimas caen sin cesar, por más que quiero, son involuntarias, Sylvana suelta mi brazo, se coloca delante de mí, no deja de observarme.
– Acaso ya olvidaste tus propias palabras cuando salvaste a las Hadas, quien soy ahora es gracias a mi experiencia a lo largo de mi vida, sean buenos o malos, son cosas que atesoro. – Cruza sus brazos, coloca una mirada seria. – Me hiciste dudar por unos segundos con esas palabras, pero ahora, estás haciendo todo lo contrario, esa es la mejor solución que has encontrado, simplemente borrar todo, desaparecer como si nunca hubieras existido. – Sylvana levanta ambos brazos y sujeta mi camisa, hace curvar mi cuerpo. – ¡Deja de pensar siempre en los demás, considera tus sentimientos alguna vez maldito imbécil!
La voz de Sylvana hace eco en todo el hogar, mis ojos titubeantes no pueden dejar de observarla, está enfadada, increíblemente irritada, sus palabras resuenan en mi interior, provocando que libere lo que guardaba en mi interior.
– ¡Yo tampoco quiero que esto acabe así! – Grito con todas mis fuerzas, la sujeto con mis manos, tal y como lo hace ella conmigo. – ¡Estuve feliz, realmente feliz cuando me entere que mi familia ya comprendía el mundo de la magia, pensé que era una oportunidad para reconciliarnos, me ilusione con la idea de que podríamos empezar nuevamente a ser una familia unida, anhelaba que llegara este día para revelarles todo, pero, pero, la realidad me golpeo directamente, es imposible, la herida es demasiado profunda, además descubro que casi asesino a mis hermanos, maldita sea, Ignacio tiene razón, solo soy quien trae desgracias a esta familia, eso es lo que soy, ya lo he aceptado, así que deja terminarlo de una vez, es lo mejor, soy el monstruo y la vergüenza de la familia, yo!
Libero todo lo que guardaba en mi interior, aún quedaban algunas palabras por decir, pero, me abrazan por mi espalda, es Eri, luego siento otros dos pares de brazos, son Iquios y Boldaz.
– ¡No eres eso! – Exclama Eri con una voz la cual demuestra que está llorando. – ¡No vuelvas a decir eso de ti, el hombre del que me enamore siempre busca una solución a los problemas, pero no de esta manera, salvaste a todas las personas del barrio, ellos te reconocen al igual que muchas otras más, has hecho felices a todas esas familias, te esforzaste hasta superar tus limites, así que, te pido que hagas lo mismo con tu propia familia, por favor, y, por sobre todo, busques la mejor solución para que tú también estés dentro de esa felicidad, Guille, ya no estás solo, y nunca más lo estarás, existimos muchos quienes te atesoran, te amo, y también me duele el verte sufrir!
A comenzado a llorar desconsoladamente, coloca su rostro en mi espalda y no deja de aferrarse a mí, Sylvana me suelta y da la media vuelta.
– Libéralos.
Dice y el Lobo Negro sale de su cuerpo, su tamaño es menor, se colocó detrás de mi padre y hermanos, expulsa su aura hacia ellos, es entonces cuando logran moverse, Vilma se coloca rápidamente de pie y me abraza, comienza a llorar.