El Gran Reinicio Parte I : Despertar

Capítulo 85 : Asalto Parte Final

 

A pesar de la visible diferencia numérica hay una clara ventaja, mas no es de quienes poseen mas integrantes, todo por la presencia de Sylvana, del interior de su cuerpo emerge abruptamente el Lobo Negro, sus ojos inyectados en deseos asesinos provocarían que mas de alguno perdiera la conciencia, golpea el suelo mientras cubre a su Ama.

– ¡AUUUUUUUU! – El aullido del Lobo Negro se expande por varios kilómetros.

Los seres de las vendas caen de rodillas por la agobiante presión del mana de Sylvana, ella permanece con sus brazos entrecruzados observando con desdén a sus enemigos.

– Ustedes, malditos seres insignificantes. – Hay un silencio absoluto, a pesar de no gritar la voz de Sylvana es audible por todos. – Han cometido un grave error… se atrevieron a lastimar a un integrante del Gremio Lobo Negro. No me interesa su pasado o motivaciones, tan solo… sufrirán las consecuencias de hacerme enfadar.

El mana de Sylvana aumenta incluso más, es increíble el poder que ocultaba, todo habitante de este planeta puede sentir el mana que es expulsado por ella, estira su mano derecha en los demás 500.000 seres de las vendas.

– ¡No creas que!…

Gritan desesperadamente los seres cubiertos de vendajes, Sylvana no se inmuta en lo absoluto por su patético chillido.

– Cierren la puta boca. – Dice con desdén Sylvana. – “Segmento Del Gremio, Aullido Del Alfa, Nivel 3”

Es el Hechizo que uso cuando me hiso abrir los ojos la primera vez que nos conocimos, las garras del Lobo Negro se incrustan en la roca, sus ojos rojos con forma de pentagrama comienzan a girar rápidamente, abre su hocico con ira, el sonido de incontables lobos aullando surgen desde el fondo de su hocico… libera su haz de energía color negro con mas poder que antes. En un pestañeo el paisaje cambia drásticamente, aparece un enorme cráter el cual se extiende hasta perderse en el horizonte, las nubes son disipadas al igual que las fumarolas de los volcanes, relámpagos de energía pura son liberados aun cuando el Hechizo de Sylvana ya ha desaparecido hasta perderse en la inmensidad del espacio exterior.

Tanto yo como Joseph estamos anonadados por la facilidad en que Sylvana ha acabado con todos ellos, estoy seguro de que hubiera bastado una sola liberación de su Hechizo para eliminarlos, pero se contuvo en su primer lanzamiento, no puedo evitar sonreír.

– Aun me falta mucho.

Sylvana al escucharme da la media vuelta con una clara expresión de enfado en su rostro, se acerca rápidamente y me sujeta del cuello.

– Maldito mocoso, no tienes la mas mínima idea del peso de tus acciones. – No puedo respirar, aprieta con mucha fuerza.

– ¡Maestra Sylvana Von Hess se lo ruego perdónelo! – Grita Joseph.

Sylvana lo observa de reojo y me suelta, caigo al suelo.

– ¿Quién eres? – Pregunta Sylvana.

– Soy Joseph Beckett, Maestra Sylvana.

– Este mocoso arriesgo todo con tal de salvarte, ¿eres consciente de eso?

La expresión de Sylvana es muy seria, el Lobo Negro no se ha movido desde su posición inicial y solo nos observa.

– Por supuesto. No solo soy consciente, lo vi con mis propios ojos. – Joseph mira a Sylvana directamente a sus ojos.

Ella analiza su respuesta y luego de unos instantes.

– No has mentido en ningún momento, eso no significa que confié en ti. – Sin despegar su vista de Joseph me pregunta. – Mocoso, supuestamente este chico había muerto. ¿Cómo es posible que siga con vida?

– No puedo responder eso.

– Mocoso no juegues con mi paciencia.

– Me explique mal. Yo también me sorprendí cuando resucitó, aun así no sé exactamente como ocurrió.

– Comprendo, entonces. ¿Tú lo sabes? – Pregunta a Joseph.

– Lo siento, yo tampoco lo se con exactitud, tan solo recupere mi control hace unos minutos.

Sylvana se percata de algo, maldición Joseph hablaste de más.

– Recuperaste el control… debo comprobar algo. – Toca la frente de Joseph. – Chico… tú también posees un ser dentro de ti, no es alguien débil.

– Maestra Sylvana. Dentro de mi habita el alma de Merlín.

Queda anonadada por la respuesta de Joseph.

– Mocoso, puedes corroborar lo que dijo este chico.

– Joseph dice la verdad.

– Esas runas usadas para sellarlo son recientes. ¿Quién las hiso?

– Fui yo, es una configuración que cree junto a Yara.

Sylvana no dice nada tan solo me dio un vistazo rápido por el rabillo de su ojo, respira profundamente y toca el lóbulo de su oreja con el dedo índice.

– Te llevo a dos mocosos, sanarlos no es suficiente, necesitan recuperar mana. – Cuando termina de hablar aparece un portal al lado de Sylvana. – Esta conversación aun no ha acabado maldito mocoso.

Nos sujeta tanto a Joseph como a mi desde nuestra cabeza y nos arroja por los aires al interior del portal, mientras desaparezco puedo percatarme que en realidad Sylvana no ha acabado con todos los seres de las vendas, dejo a un par con vida, no es una imbécil como para dejar escapar las posibles pistas que revelen quien está detrás de todo.

Cuando aparecemos puedo identificar de inmediato donde hemos sido transportados, estamos a las afueras de la fortaleza, liberaciones de manas constantes desde el interior de la muralla son una prueba de los combates que ocurren en su interior.



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En el texto hay: tragedia, gore sangre accion, romance

Editado: 04.08.2019

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