El Gran Reinicio Parte Ii: Declive

Capítulo 7 : Encuentro

 

Casi quedo sordo por el grito de los demás. Ellos aún están con sus miradas que reflejan un estado atónito en su máxima expresión.

Antes de que lograra pronunciar alguna palabra soy interrumpido, Astrid se posiciona a un costado de mí y me hace una reverencia.

—Estimado Rey, si me permite quisiera presentarme personalmente ante sus compañeros —dice con un tono voz relajado.

—Hazlo, de paso presenta a los otros, además… —Me acerco a su oído y susurro —. Tu y yo tenemos que hablar en privado, no lo olvides.

Ella fija sus ojos en los míos.

—Por supuesto, mi propósito es el de esclarecer sus dudas —susurra.

Con elegancia camina hacia los demás y toca su pecho con la palma de su mano.

La Maestra Agatha se acerca hacia ella y extiende su mano.

—Encantada de saludarla. Mi nombre es Agatha Irlaz, soy la Maestra del Alumno Griffin y la Alumna Razdan.

—No parece sorprendida por la noticia entregada por nuestro Rey —dice Astrid mientras completa el apretón de manos.

La Maestra esboza una leve sonrisa, casi maternal.

—A estas alturas ya nada me sorprende cuando se trata del Alumno Griffin. —Lo dice mientras me observa de reojo.

Astrid relaja su cuerpo ante el comentario de la Maestra.

—Nuestro Rey ya nos ha demostrado que supera con creces los estándares.

—En eso tiene toda la razón.

Astrid regresa a la normalidad cuando se percata de ese detalle.

—Perdone mi descortesía. Mi nombre es Astrid Draldar y soy la actual cabeza del Clan Draldar, encantada de conocerla honorable Maestra de nuestro Rey y nuestra Reina.

—El placer es todo mío, aunque… el hecho de que tanto el Alumno Griffin como la Alumna Razdan ahora sean los nuevos Reyes de los Dragones y Grifos, supondrá en ellos una carga excesiva, en especial por quienes deseen adquirir sus privilegios. —Da un paso hacia Astrid y la observa fijamente, en su mirada no existe ningún ápice de duda o temor por encarar a un Dragón el cual posee un poder abrumador —. Dímelo, di que arriesgarías tu vida con tal de proteger a mis Alumnos de ser necesario. Dilo, o de lo contrario… —Eleva su mana hasta niveles asfixiantes. Golpea el suelo con su báculo y crea una onda de mana muy densa —. Haré todo lo posible con tal de eliminar esta carga impuesta en mis Alumnos.

Es una sed de sangre palpable.

El silencio se apodera del ambiente.

Para la Maestra Agatha el hecho de que los Draldar hayan respondido a nuestro llamado es algo más que simplemente un honor o hito asombroso. Para ella solo existe una visión: “Han colocado en peligro a mis Alumnos y no me quedaré de brazos cruzados”.

Pese a la amenaza de la Maestra, Astrid no puede evitar sonreír cálidamente. Ella no sonríe por menospreciar a la Maestra, es al contrario, se ha ganado su respeto.

Astrid la observa fijamente y responde.

—No puedo ocultar mi felicidad. Estoy realmente feliz de que mi Rey y mi Reina se encuentren bajo la tutela de una Maestra como usted. Su preocupación no es por el mero hecho de cumplir su papel como Maestra, usted realmente ama a nuestros Reyes. —Deja de sonreír y en su rostro se plasma la determinación más pura —. Estimada Maestra Agatha Irlaz, no necesita preguntarlo. Yo, no, los seis no dudaremos tan siquiera un segundo en proteger con nuestras vidas la integridad de nuestro Rey o nuestra Reina. Si ellos lo desean, nos suicidaríamos por el simple hecho de que lo deseen. Nosotros, vivimos y morimos por nuestros Reyes.

La tensión entre ambas sigue en su punto álgido, hasta que la Maestra deja de emitir esa sed de sangre y su mana asfixiante.

—Veo que dices la verdad. De acuerdo, los acepto.

—No se arrepentirá Maestra Agatha Irlaz.

La Maestra voltea y observa a los demás que permanecen detrás de ella alejados varios metros.

—Bien Alumnos, es momento de escuchar a los nuevos integrantes de nuestra Clase. Si bien no son Alumnos como tal, vivirán junto al Alumno Griffin y la Alumna Razdan, es por eso que también los acogeremos como alguien más dentro de nuestra Clase.

El tenso ambiente ha desaparecido por completo.

Como siempre ella sabe manejarnos muy bien. No solo la ha amenazado con tal de comprobar si nos protegerán si es necesario, también lo ha hecho para que los demás no sintieran ninguna clase de duda hacia ellos.

Astrid se posiciona a un costado de la Maestra Agatha y sonríe hacia los demás.

—Al igual que con la Maestra Agatha Irlaz, este sentimiento se replica hacia ustedes. Estoy realmente feliz de conocer a los compañeros de nuestros Reyes. Espero que mantengamos una cálida relación.

Los demás se sienten relajados al escuchar la voz de Astrid, ella voltea hacia los otros Draldar. Pese a no decir nada, en su rostro sonriente se refleja una frase silenciosa: “Preséntense como corresponde, de lo contrario lo lamentarán. ¿Quedó claro?”

De esa manera todos se presentaron, aunque fue algo más formal respecto a cuando lo hicieron con el Director.

Luego de algunos minutos finalmente comenzó la fiesta.

Nuevamente, como si no hubiera bastado con la vez pasada, ocurre lo mismo.

—¡Te desafío a un concurso de resistencia, Guille! —grita Cryf a viva voz.



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En el texto hay: tragedia, gore sangre accion, romance

Editado: 04.06.2025

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