El Gran Secreto De Artemisa

Capitulo 5

Me despierto al escuchar la alarma sonar son las 6:00 de la mañana, me levanto, me ducho y me cambio. Me dirijo a la cama para despertar a mis bambinis, les lleno la cara de besos y se despiertan regalándome una hermosa sonrisa mientras van abriendo sus ojitos, me abrazan y se cuelgan de mi cuello.

-Cómo durmieron mis bebes?- les preguntó

-Bien mami , pero telemos habre-me responden con una sonrisa traviesa en el rostro, primero los baño, los cambio y nos dirigimos a la cocina donde encontramos a nana sirviendo el desayuno, siento a los niños en sus respectivas sillas y yo me siento en una butaca mientras les doy su desayuno junto con nana. Nana les preparo lo que llevarían a la guardería, después desayuno y me pongo en marcha hacia la guardería.

-Hoy es su primer día en la guardería, ¿están emocionados?-les pregunto antes de llegar.

-Telemos mielo mami y si no, nos quielen mami- me contestan mis niños ya tienen 2 años.

-Los adoraran tenganlo por seguro bambinis, ya llegamos- les aviso y los bajó del carro, nos dirigimos a la entrada de la guardería donde nos espera una maestra -I miei re(mis reyes)portense bien, los amo- me besan la mejilla y se despiden con la mano pero antes tomo a la encargada del brazo.

-Espero que cuiden bien de mis hijos y me lo entreguen sin el mínimo rasguño, para que no conozcan de lo que soy capaz- le digo tajante y ella asiente con una mirada llena de temor y se va con los niños.

Me pongo camino a la universidad cuando dejó a los niños en la guardería. Al llegar parqueo el auto y me dirijo rápidamente a la dirección en busca de mi horario ignorando todas las miradas que me dan los ineptos de aquí y las miradas de envidia de las zorras plásticas.

Al llegar a la puerta le pregunto a la secretaria que tiene que tener unos 50 años de edad. Me dirige una mirada de desprecio fingiendo una sonrisa, pero yo le dirijo una mirada fría y me mantengo seria.

-Señorita Lombardi la están esperando, por favor pase, que el director la atenderá el mismo-Me dice la anciana, sin mirarla me dirijo a donde se encuentra el director.

-Vengo a retirar mi horario, entréguemelo por favor para irme a mi clase- le digo tajante y mi vista se va al chico que está sentando en la silla.

El director se levanta de su asiento y se dirige hacia mí con una sonrisa ¿cálida? en el rostro, extraño pero no le doy importancia.

-Como esta señorita Lombardi?- me pregunta el director mirándome aun de la misma forma.

-Estoy bien ¿me va a entregar mi horario si o no?-le digo cortante -Claro se me ha pasado, y ¿como es...- su pregunta queda en el aire cuando me doy cuenta que quiere hablar de los gemelos.

-No quiero que nadie sepa eso que le comente, solo los profesores sabrán mi situación en caso de que tenga una emergencia, ni una palabra a nadie de esto- digo tajante y con un tono demasiado frío.

El me mira con un poco de compresión y el chico que creo que es el badboy de la universidad por su apariencia, me mira con curiosidad pero lo ignoro y veo al director que se dirige con mi horario a mi lugar.Veo que mi primera hora es historia así que me pondré en marcha, pero recuerdo que no se donde se encuentra el aula.

-¿Me podría decir hacia donde tengo que dirigirme para encontrar el aula de historia?- le pregunto ya que veo que tengo minutos de retraso.

-El joven Alexiou la llevara a su aula ya que comparten el mismo horario, espero no tener que volver a llamarlo joven Alexiou evite una sanción- le dice el director al chico por su apellido que al parecer es griego -Pueden retirarse jóvenes- nos dice el director.

Al salir de la oficina caminamos por los pasillos y en algunos momentos siento su mirada en mi pero no le prestó atención, hasta que me pregunta lo que le causó curiosidad mientras estábamos en la dirección.

-No eres de aquí ¿cierto? tu acento es como ¿italiano?- me dice el griego que tengo al lado.

-Si lo soy, pero eso a ti no te tiene que importar-le digo fríamente.

-Es cierto, pero qué es lo que no quieres que nadie sepa de ti-me pregunta con un atisbo de curiosidad.

-Eso no es de tu maldita incumbencia quieres callarte y caminar mas rapido que estamos tarde- le digo con un poco de enojo y una mirada oscura.

El vuelve a actuar de forma indiferente y yo agradezco mentalmente. Llegamos al aula y tocamos la puerta, el profesor nos recibe con una mirada de desaprobación al abrir la puerta.

-15 minutos tarde joven Dimitris, de nuevo llega tarde y usted debe ser la señorita Lombardi, por favor pasen y señorita parece al lado de mi escritorio, por favor- me dice el profesor, mientras que ahora se el nombre del griego que tenía al lado.

-Sra. Lombardi preséntese ante la clase por favor- me comenta el profesor de historia.

-Soy Artemisa Lombardi Binini y para evitar preguntas estúpidas luego, les digo desde ya que soy italiana y que no se acerquen a mí a menos que tengamos un trabajo o tarea que hacer juntos- les digo a todos los pares de ojos que me observan algunos con deseo, otras con envidia y

algunas de odio que no se ni porque, pero no me importa la verdad.

El profesor me hace tomar asiento al lado de Dimitris y comienza la clase, presto atención e ignoro el corrientazo que sentí cuando tomé asiento. Las clases continúan hasta que suena el timbre que anuncia el receso, me pongo a recoger mis cosas y me encamino a la cafetería y pido una hamburguesa, un trozo de pastel de chocolate y una coca-cola.

Termino de comer y me dirijo a los pasillos pero me detengo abruptamente mi caminar cuando veo como un grupo de plásticas golpeando a una chica indefensa, pero algo me hizo alejar las chicas de inmediato y es que ella cubría su vientre.

Las plásticas hacen el amago de querer lanzarse de nuevo encima de la chica, pero las detengo.




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