Charlotte se estaba vistiendo para el anuncio oficial de la boda con el príncipe William, sintiendo una punzada de emoción. "Por fin podemos anunciar nuestro compromiso", dijo a su criada, mirándose en el espejo con una sonrisa.
La criada, sin embargo, mantuvo un semblante serio mientras ajustaba la tela del vestido. "No se haga tantas ilusiones, señorita. He oído algunos rumores en la servidumbre de que el príncipe William está con una campesina y que, de hecho, planea traerla a la reunión de hoy".
Charlotte frunció el ceño, restándole importancia. "Son solo rumores. Él me quiere a mí, no creo que se comprometa con una campesina de baja clase".
La criada negó con la cabeza con un gesto de advertencia. "Señorita, no confíe tanto en él. Recuerde que la conozco desde que nació..."
Un golpe firme interrumpió la conversación. Tock tock.
La criada abrió la puerta para encontrarse con el príncipe William.
"Charlotte, en diez minutos empieza la ceremonia", anunció William con impaciencia.
"Ya voy, ve tú primero", respondió Charlotte.
William se marchó, y Charlotte se quedó pensando, sintiendo un escalofrío por las palabras no dichas de su criada. Decidió ignorarlo y se dirigió a la gran sala donde se celebraría la ceremonia.