El grito de las codornices

I

El sol de la ventisca iluminaba a las codornices

Agotadas por batallas perdidas y naufragios estelares

Traía con él, el rumor de una victoria

Las ávidas aves se irguieron para oír la gran historia

Aquel que había asesinado y descarnado a mil personas, se sentaba ahora en su trono con cien rosas en su rostro

Alaridos de entusiasmo y dicha colmaron sus oídos, hasta dejarlos sordos de verdad

Las codornices acomodaron sus cansadas alas y abrieron sus lechos

Y allá, en donde el sol nacía venía una nube negra cargada de agonía.




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