El grito de las codornices

XI

Sus ojos me observaban impasibles al afecto

Traía a cada nuevo día cadenas de pesado acero

Y clamaba en cada invierno

"Si me amas serás mi prisionero"

Movido por mis anhelos

Posaba una mano en su suave mejilla de terciopelo

"Seré tu prisionero"

Duras noches de agonía furtiva

Decaía como un rosal en la sequía

Me desvanecía con calma

Privado de amor y compañía

Pues la ninfa navegaba por el cosmos

Suspiré y entre lágrimas cante a la ninfa. 

 




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