El guardaespaldas de mi padre

Introducción

Si me preguntaran ¿Qué es lo peor de ser la hija de uno de los hombres más poderosos del país?

Definitivamente es no tener vida privada.

Me llamo Jennifer Campbell, y soy hija del senador de la Florida, Estados Unidos.

Desde que tengo memoria he vivido rodeada de lujos, excentricidades, y mucha gente a mi alrededor llenándome de todo tipo de atenciones.

Podría parecer que tengo la vida perfecta, no me falta nada en lo absoluto, tengo todo lo que una chica de mi edad podría desear; dinero, fama y belleza.

Pero la realidad es que… estoy muy lejos de ser feliz.

Amo ser libre, y ser la hija de Charles Campbell me impide serlo. Mi padre es la persona que más quiero, pero su poder e influencia en la nación hace que todos los ojos estén puestos sobre mí, al final de cuentas seré su sucesora.

Motivo por el cual estudio negocios internacionales en Manchester, Reino Unido.

Así es, cuando entré a la universidad busqué una ruta de escape y decidí irme a estudiar en el exterior, lejos de todo el foco de la atención pública al ser la hija de un alto mando del gobierno.

Se podría decir que aquí tengo algo de libertad, no del todo, pero es mucho mejor que vivir en aquella mansión que es más una cárcel que un hogar.

No puedo negar que tengo una personalidad difícil, muchos me tachan de engreída, prepotente y superficial. Pero… ¿Qué puedo hacer si fui criada de esta manera? No conozco lo que es esforzarse por algo, y no me interesa en lo más mínimo dármelas de buena chica.

Megan es mi mejor amiga, una chica inglesa, hermosa y extravagante, cuando la conocí bailaba en una barra de un bar cerca de la universidad, no pude evitar reírme al ver a aquella chica, sin vergüenza alguna, moviendo sus caderas al ritmo de una canción latina mientras bebía del pico de una botella.

Los ingleses de por sí son muy estirados, pero mi amiga distaba mucho de ese calificativo, ella era fuego puro, y fue inevitable hacer conexión instantánea con ella.

Es la única que soporta mi mal humor y mis arranques de histeria, se lo toma con diversión y eso me exaspera, parezco su payaso personal. Pero la amo, es la única persona que me quiere por lo que soy y no por lo que tengo.

Ahora, después de dos años de no volver a mi país natal, mi padre por poco y me ha obligado a hacerlo, amenazándome con cancelar mis tarjetas de crédito, si no voy este verano a visitarlo.

Así que aquí estoy haciendo mis maletas para regresar a la ciudad que dejé atrás hace tres años, para volver a ser el centro de la atención pública y nuevamente perder mi privacidad, como es común cada vez que estoy junto a uno de los hombres más influyentes de los Estados Unidos.

Mi padre.




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