El guardaespaldas de mi padre

Capítulo 14| Un par de amigas desquiciadas

Soundtrack: Ariana Grande feat. The Weeknd — Love Me Harder

Nota: estas canciones que siempre les pongo al inicio son para que las escuchen, la letra siempre identifica a los personajes y sus sentimientos :D. 

.

Jennifer

— ¿Qué tal? — me doy una vuelta en mi propio sitio, enseñándole el resultado final a mi mejor amiga.

Llevaba puesto en vestido azul rey, falda corta, entallado totalmente a mi cuerpo, de tirantes, escote en V, con la tela que se entrecruza sobre mis pechos y baja a los laterales dejando un espacio de piel en mi abdomen.

Unos zapatos de punta del mismo color, y de accesorio una cartera Gucci plateada, y una gargantilla de oro blanco con incrustación de diamantes.

Mi ropa interior consta de un conjunto de una pequeña braga de encaje negro con ligero, y nada más.

Megan me había peinado y maquillado. Llevo mi cabello suelto, con pequeñas ondas en las puntas, un maquillaje de noche, arrebatador y sensual.

Megan sonríe con picardía y se acerca para darme una nalgada que me hace saltar en mi sitio.

— ¿Si te digo que me haces dudar de mi sexualidad respondo a tu pregunta? — sonrío con su respuesta. — nena, eres una bomba sexy, Kyle se irá para atrás cuando te vea.

— Que bueno, porque no me tocará. — ella alza las cejas. — hoy lo tentaré, le demostraré que con esa escuálida no tendrá nunca lo que tiene conmigo.

— Así se habla mamona, quiero ser como tú cuando sea grande.

Me río y espero a que termine de arreglarse.

Megan se decidió por un vestido rojo pasión, igual de descotado, pero más corto que el mío. Creo que hasta se visualiza el inicio de sus nalgas. Mi amiga tiene un cuerpo de infarto, por lo que el vestido le queda como una segunda piel, ella es blanca, demasiado, pero su palidez resulta perfecta cuando el rojo es el color que resalta haciéndola ver malditamente sensual.

Su cabello rojizo cae por su espalda en un sinfín de rizos naturales que ondean con sus movimientos, lleva un maquillaje similar al mío, con su boca pintada de un rojo intenso y provocativo.

Mi amiga está para comérsela, y de seguro el moreno hoy no perderá la oportunidad.

Sin embargo, mi amiga es inteligente y suspicaz, y conoce mejor que nadie la psicología masculina. Ella quiere volver loco a ese hombro, y de seguro lo conseguirá.

— Lista. — me lanza un guiño.

— Espera aquí, iré a decirle a mi padre que saldremos. — asiente y salgo de la habitación rumbo al despacho de mi padre.

Como lo sospecho él está trabajando, toco su puerta y lo veo levantar la cabeza. — ¿Puedo pasar? — él me sonríe.

— Claro que sí cariño, sabes que siempre estaré disponible para ti. — le sonrío y entro en el estudio.

Apenas mira mi atuendo abre los ojos desorbitado. — cariño. — frunce el ceño y yo lo observo inocentemente.

— ¿Sí, papi?

— ¿A dónde vas vestida así? — me siento en la silla frente a él.

— Saldré con Meg. — le digo con simpleza.

— Cariño, esa ropa que llevas puesta es…

— ¿Qué? — miro mis uñas.

— Muy llamativa. — dice con cierto recelo en su voz. — ¿No puedes ponerte algo diferente?

Me río.

— Oh vamos papá. Deja de ser anticuado. — me levanto y rodeo el escritorio para abrazarlo. — te amo, volveremos tarde.

— Cariño, por favor, ponte algo distinto. Los hombres te mirarán de más. — vuelve a decir, casi en una súplica, pero me incorporo rápidamente para alejarme rumbo a la puerta.

— Ya no soy una niña, papá. Deja de tratarme como a una.

— Solo me preocupo por ti. — dice con el entrecejo fruncido.

— Estaré bien, papá. Te amo.

— Y yo a ti, cariño. — me sonríe no muy convencido y abandono la oficina para volver con mi amiga que espera en la estancia principal.

— ¿Lista? — asiento y sonrío para después enredar mi brazo con el suyo.

— ¿Preparada para el show? — ella se ríe con malicia.

— A la orden pal’ desorden. — me río y caminamos juntas hacia la salida.

.

Kyle

No la veo en el resto de la tarde y no dejo de preguntarme que rayos fue lo que le pasó para que su actitud cambiara tan drásticamente conmigo.

Habíamos cogido deliciosamente y después… frialdad.

Diviso al moreno recargado de uno de los autos del senador y me acerco a paso firme. Cuando me ve se incorpora y tira el cigarrillo que estaba fumándose.

— Jefe. — me sonríe tenso.

— ¿Qué te dije con respecto a no meterte con la hija del senador o con su mejor amiga? — él abre los ojos con premura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.