El guardaespaldas de mi padre

Capítulo 27| Enfrentar la realidad

Jennifer

Tener un momento de intimidad con la persona que amas es indescriptiblemente mágico.

Kyle y yo estamos en el yacusi de nuestra habitación. Bebemos de una copa de champaña mientras permanecemos abrazados. Él está a mi espalda, me encuentro recargada sobre su firme torso y recibo con placer las caricias que me dedica estremeciéndome el cuerpo con su cálida respiración.

— ¿Puedes repetirlo? — inquiero con una sonrisa mientras juego con el borde de mi copa. — todavía creo que estoy en un sueño. No quiero que termine.

— No estás soñando, y me has hecho decírtelo más de diez veces. — protesta y me carcajeo.

Volteo la cabeza para mirarlo a los ojos. Sus luceros negros me observan con un brillo peculiar que antes no estaba ahí.

Él me ama. En verdad lo hace.

— Por favor, una vez más… ¿Sí? — sonrío y acaricia mi mentón con sus dedos.

— Te amo. — besa mis labios con delicadeza logrando acelerar mi pobre corazón. — te amo, te amo, te amo… — susurra sin despegarse ni un centímetro de mí. — te lo diré las veces que quieras y las que sean necesarias para que entiendas que estoy perdidamente enamorado de ti.

Mis ojos se cargan de lágrimas.

— Ay Kyle, lograrás que mi corazón se detenga de tanto esfuerzo. — sonríe por mi comentario. — también te amo. No tienes idea de cuánto te amo.

— Aún me parece increíble que estemos así. — murmura pasando su mano por mi mejilla, acariciándome suavemente mientras mantenemos la conexión de nuestras miradas. — hace apenas dos meses tú y yo queríamos matarnos. No nos tolerábamos.

Me río dándole la razón.

— Definitivamente ese dicho que dice “del amor al odio solo hay un paso” parece ser cierto.

Nos besamos una vez más y poco a poco pasamos de lo romántico a lo apasionado. Termino a horcajadas sobre él, meciéndome y jadeando sobre su cuerpo. Jamás nos cansaremos de esto, es que él es tan… adictivo. Exquisito y tentador como nadie que haya conocido antes.

— Kyle… — jadeo sintiendo sus dientes morder mi cuello. — no me hagas marcas. — gruño sin dejar de moverme.

— Eres mi comida favorita. No puedo evitarlo. — me río y atrapo su rostro entre mis manos.

— Mi padre las notará.

— No las notó cuando te llené el cuerpo de ellas. Además… — sus manos se desplazan hasta mis pechos, me muerdo el labio al sentirlo estrujar mis pezones. — estará fuera tres días más, tenemos el tiempo suficiente para que desaparezcan. — niego notando su mirada pícara.

Kyle ha cambiado tanto. Ahora parece no importarle lo que mi padre llegue a hacer cuando se entere de lo nuestro. Quisiera tener esa misma valentía que posee, sin embargo, hay algo que yace en mi pecho desde hace un tiempo, como una preocupación que no me deja estar del todo tranquila, temo por lo que llegue a pasar cuando él se entere de lo nuestro. No quiero que Kyle sufra las consecuencias de esto, por que sé que mi padre jamás me haría un daño real, pueda que me castigue o me quite mis tarjetas, pero puedo vivir con eso. Pero, Kyle… a él podría destruirlo de verdad.

No me perdonaría ser la culpable de que su vida se arruinara solo por luchar por lo nuestro. Él es todo para mí, y por primera vez no pienso en mi propia felicidad sino en la suya.

¿Será feliz si no puede amarme libremente?

Nuestra relación no es común, no podemos ignorar las notables diferencias que nos separan, por supuesto que a mi no me importan, pero… ¿Y a él?

— ¿Sophie? — escucho su voz y me despabilo. — vaya, esto es nuevo. Nunca me había pasado que mi amante se desconectara en mitad del sexo.

— No vuelvas a hablar de tus aventuras pasadas frente a mí si quieres preservar tu virilidad. — le gruño y comienza a reírse.

— Perdona, pero… ¿Qué te sucede? Estás como… en el limbo. — acaricia mis hombros.

— Hay algo de lo que no hemos hablado. — le digo sin poder evitar más esta conversación.

— ¿De qué hablas? — inquiere tornándose serio.

Me muevo de su regazo porque es algo raro tenerlo dentro de mí mientras tenemos esta difícil conversación.

— Bueno… hablo de que en una semana mis vacaciones terminan y tendré que volver a Manchester. Dime… ¿Qué pasará con nosotros cuando ese momento llegue?

Kyle frunce el ceño totalmente afectado por lo que acabo de soltarle.

— Para serte sincero, no he querido pensar en eso. — dice con una mueca en el rostro.

— Pero debemos hablarlo, sabes que es algo inevitable.

— Lo sé. — suspira y sus ojos me miran. Sonríe débilmente. — ¿Te preocupa que lo nuestro termine?

— Me muero de miedo de que eso pase. — le confieso y él parpadea dirigiendo su mirada al frente.

— Yo también tengo miedo algunas veces, no puedo mentirte, sin embargo… — su mano alcanza la mía y entrelaza nuestros dedos. — quiero creer que podremos superar esto.

— No hay nadie más con quien quiera estar, y solo… solo será un año hasta que me gradúe. — le digo con voz esperanzada. — después de eso volveré a Miami y podremos formalizar lo nuestro, le diremos a mi padre la verdad y… tú y yo podremos estar finalmente juntos sin tener que ocultarnos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.