El guardia del sendero

Pishtay la guardiana

Algo que Muru se habia dado cuenta sobre estos vigilantes de la frontera, era que mantenian sus brazos bajo esas capas, ni siquiera Kiru, la mujer que hablabla con su padre habia hecho algun adenan de manos, como si lo hacia su padre. Aun mas extraño era que ninguno de ellos comian a pesar que que tenian la comida bajo sus narices.

La inquietante mirada que esas personas posaban sobre ellos no era normal, no hablaban, solo sonreian cuando se les hablaba o volteaban la mirada a otros, Muru tenia un extraño presentimiento, como si estuviera frente a un demonio desconocido. Su padre posó su mano sobre su hombro, Muru volteo la mirada como si recien lo hubieran despertado de un largo sueño.

-Señora Kiru, estamos agradecidos como su amabilidad, los dioses deben de estar protegiendolos por su gran corazon

-Diria que este disfruto de una buena charla y que me pagan por ello. Ahora que ustedes ya van a alojarse en la aldea lo mejor es que uno de mis subordinados los acompañe

Muru dió un paso a delante con rapidez

-Porque solo uno? En la charla de hace poco, nos contó que suelen enviar a 5 personas para guiar a los viajeros a cruzar el bosque. Como dijo, este lugar es peligroso y pueden haber muchos animales salvajes

La tribu detra de ellos se inundo de susurros temerosos y los niños se abrazaron a sus madres.

-Dejame explicarles el porqué... Los que vienen suelen traer mucho bajo sus carretas, tesoros y odio, eso atrae a las bestias, pero ustedes son pocos, que lo unico que traen es esperanza de encontrar un hogar y una llama, son pocos y todos van al mismo objetivo. Por eso una sola persona, mas bien la mas talentosa guardiana los acompañará

De entre la multitud de encapuchado sale una mujer joven, alta y de hombros delgados, su mirada igual de dorada se sentia filosa a la vista, sus cejas fruncidas eran notororias y contratantes con sus fieros ojos dorados. Muru abrió los ojos al apreciar a aquella joven, quien curiosamente era quien tenia el paño en la boca mas limpio que todos.

-Ella es Pishtay, es la primera niña de nuestra tribu nacida aqui, crecio en este bosque y es quien conoce más que tipo de criaturas se hallan en el camino. Una niña muy prometedora.

Pishtay inclinó la cabeza en forma de saludo sin decir ninguna palabra, no expreso ni siquiera una sonrisa a diferencia de la jefa Kiru, quien se veia mas confiable a pesar de tener una apariencia similar.
El jefe Mallki se despidió de la señora y todos se adentraron al bosque, poco a poco la niebla dentro del bosque tapaba la visión de Muru que vio como los brillantes ojos de los guardianes de la frontera se intensificaban recordandole a las extrañas pinturas en la entrada de aquellos demonios extraños.

-Tomense de las manos, la niebla se hará más espesa- habló Pishtay aun de espaldas

Muru se estremeció al escuchar la siseante voz de la chica, ronca y pesada, parecia mas un rugido que la voz de una persona, ¿Si los de Pishqay sabian enfrentar a las bestias de ese bosque, entonces en que los convierte a ellos? y esas pinturas ¿Por quienes fueron hechas? Muru sabia que las pinturas siempre dibujaban la realidad, entonces ¿qué eran esos demonios, de ojos amarillos, piel negra y pecho rojo?




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