El grito de una de las empleadas de limpieza se escucha por todo el castillo. Los empleados y guardias se acercan corriendo para ver que era lo que pasaba, ahi, justo en medio de la avitasion esta el cadáver de la reina.
La avitacion era una ecena terrorífica, pero mas que eso era un mensaje, un mensaje para el rey y su guardaespaldas. las paredes que normalmente son de un claro color crema y están iluminada por los candelabros, ahora estaban teñidos de rojo. La sangre de la reina adorna todo el lugar, salpicaba las paredes y los pisos, las cortinas de la cama y la cama estaba empapada por completo.
La reina habia sido acecinada cruel mente, alguien la habia apuñalado tantas veces que su cuerpo avia quedado destrozado. Los gritos y llantos se escuchaban acompañados por los murmullos de los empleados restantes, el silencio fue total cuando un elegante hombre se paro en la entrada.
Uriel era el guardaespaldas del rey, nadie sabia de donde venia o que edad tenia pero bastaba una mirada para darse cuenta de que era un hombre poderoso, a pesar de su elegante apariencia y refinados modales. Con un rostro serio hizo la seña para que la gente saliera del cuarto, en menos de un segundo el lugar estaba vacio, solo estaba el
Con cuidado se acerco a la cama, esa gran cama con cortinas como adorno, echa de finos grabados en la mejor madera, ahora estaba inservible. Miro detenidamente la ecena y apretó la mandibula, solo avia una persona además de el que podía hacer algo asi. Tan perfecto, cruel y sin dejar ni una sola evidencia de su presencia
Se acerco a la ventana y respiro hondo. Todos los años que trato de no creerlo ahora eran claros. Sintio como cucu subia asta su hombro y le acaricio con cuidado. Con un rápido giro salió del lugar, tenia que darle un informe al rey personalmente
-limpien…. –dijo a los sirvientes mientras salía
A medio camino se topo con la princesa, un pequeño capullo de rosa con hermosos ojos azules y largos risos dorados que le miraba sin parpadear, por un momento se detuvo. La niña solo tenia 5 años. Con cuidado se acerco a ella y le izo una reverencia, cucu salto de su hombro a los pies de la niña para hacer lo mismo, ella rio al ver al pequeño mono haciendo una reverencia para ella
-se encuentra su padre disponible su alteza?
-si…. Ocurre algo a mama? Escuche a los empleados diciendo algo sobre ella
El apretó la mandibula por un momento, pero fue algo tan discreto que nadie podría percatarse de la molestia que le causo escuchar eso. Si abia algo que el odiara era que los empleados no pudieran mantener la boca cerrada.
-estoy seguro que su padre le informara mejor que yo su alteza
La niña bajo la vista, entendía lo que el estaba tratando de decirle. Después de todo, el era el encargado de darle sus clases de conducta todos los días. Cuando el se levanto y despidió, ella dijo casi en susurro
-entiendo. Gracias Uriel.
El acelero el paso asta llegar a presencia del rey. De inmediato se inclino y mostro respeto. Su larga cabellera color plata se deslizo ligeramente hacia delante. La gente nunca entendía como era posible que a pesar de tener un cuerpo delgado fuera tan fuerte a la hora de una batalla y refinado en presencia del rey. Aquellos que no lo avian visto en pelea pensaban que era solo otro hombre influyente al lado de su majestad
-su alteza
-que puedes decirme…. – dijo el rey en tono serio. El ya sabia que a esta hora su esposa estaba muerta. Si sus sospechas eran ciertas, no avia posibilidad de que el alla cometido el grave error de dejarla aun con vida
-efectivamente fue el quien la mato….
El rey solto un gruñido, se levanto de su asiento y se paseo de un lado a otro – estas seguro? – pregunto algo molesto. Uriel se limito afirmar con la cabeza – eso significa que tus sospechas eran ciertas Uriel, el nos declaro la guerra. El!!
-me avergüenzo terriblemente de esto su alteza, are todo lo posible por eliminar el problema
-eliminar? – el rey sonrio – acaso podras ser capas de matarlo Uriel? Dime…. Podras?
El silencio fue la respuesta. La puerta se abrió y la cabecita de la princesa se asomo con cuidado, su rostro se mostraba triste pero se mantenía lo mas serena posible, el rey le dio una mirada a su guardaespaldas y el afirmo, salió del cuarto en silencio mientras la princesa subia a los brazos de su padre. En cuanto la puerta se cerro un ligero pero desconsolado llanto se escucho del otro lado
La pobre niña a la que se estaba obligando a madurar antes de tiempo abia soportado el dolor asta que estuvo junto a la única persona que la miraba no como princesa, sino como su niña. Uriel saco su pipa y la prendió, últimamente fumaba mas de lo normal, pero era lo único que le calmaba un poco los nervios. Se acomodo su saco y camino despacio dando oportunidad a cucu de alcanzarlo, no paso por alto la presencia de un sirviente no muy lejos de ahi, uno que no deveria estar ahi. Las sospechas de un espia dentro del castillo eran cada vez mas fuertes y el tenia que estar alerta.
Si era necesario el estaba dispuesto a sospechar asta de su propia sombra. Ahora que la vergüenza estaba en su familia tenia que hacer algo para remediarlo, como representante de su gente ante los ojos del rey, estaba obligado a solucionar el problema que el causo. Tomo una hoja de su saco y se la dio a cucu, su mascota sabria a quien entregarlo, era un mensaje que escribió poco antes de todo esto, cuando sus sospechas eran solo eso, sospechas. Ahora solo podía ser mas duro y firme en su deber si quería prevenir que eso ocurriera una vez mas, aun cuando para eso el tuviera que aparentar no tener un corazon
Editado: 18.09.2019