El guardián

Capítulo 3: Guapo y malo

Chloe
Miro el edificio donde viviré, espero por poco tiempo, suspiro mientras Zack aprieta mi mano, es un edificio antiguo, se nota a leguas, seguro tiene hasta goteras y ratas, mejor no echo a andar mi imaginación.

—Bueno tampoco lo mires así —reclama Elena que está a mi lado, la cual se ofreció a traerme a él, ya que Julián tenía trabajo, aún no me saco de la cabeza su conversación con el hermano, Dios, cuanto odio entre hermanos.

—Es feo —hago una mueca, ella ríe.

—Si, pero con tu presupuesto lo único que puedes pagar y bueno, seremos vecinas —Elena camina hacia él y la seguimos.

—¿Por qué vives aquí? —la miro incrédula.

—Me gusta —ella ríe cuando la miro mal —ya sé, estoy loca, pero sinceramente, me gusta, además, mi madre vive acá y nunca se ha querido mudar, cosas de viejos —me guiña un ojo y asiento, ella habla con la dueña del lugar la cual es una señora mayor que nunca deja de sonreír.

—Gracias por todo Elena —le digo mientras subimos las escaleras, las cuales suenan con cada paso y hasta miedo dan, Dios perdóname, pero esto parece la casa de una película de terror, no me sorprendería qué ahora apareciera un muerto.

—No es nada, si necesitas cualquier cosa estaré debajo de ti —río cuando llego a mi puerta —y por cierto, cuenta conmigo para cualquier cosa.

—¿Mañana estás disponible? —pregunto, ella asiente.

—Ya lo sé, un recorrido por el pueblo, ¡seré tu guía! —grita, esta chica cae bien.

—Si, lo necesito, además voy a necesitar un trabajo, ya casi no me queda dinero.

—No te preocupes, por hoy instálate —asiento y abro la puerta, Zack y yo entramos al apartamento, está todo lleno de polvo y es bastante pequeño, miro a mi hermano que lo mira todo y luego estornuda levantando un poco más de polvo.

—Guapo —me pongo a su altura mirando sus ojos—sé que esto está feo, no es el mejor lugar, pero te prometo que en cuanto tenga trabajo iremos a uno mejor, alquilaré una casa, bien bonita para ambos ¿si? —él lo mira todo una vez más, luego a mí.

—Eso da igual hermana, mientras estemos juntos yo soy feliz, además, no es tan feo —camina hacia una ventana donde se ve un río a lo lejos —tenemos bonita vista.

—Gracias cielo, siempre estaremos juntos, lo prometo, mañana iremos a mirar todo, buscaré trabajo y veremos una escuela —voltea a verme

—¿Tengo que ir?

—Sí Zack, empezaremos de cero ya te dije, y debes ir a la escuela, aunque antes debemos buscar a alguien que sepa hacer documentos falsos, los necesitamos —digo pensando en voz alta mientras recorro el lugar que consta de un pequeño cuarto con una cama, un baño súper pequeño y una cocina más pequeña que el cuarto.

Comienzo a limpiar todo y no me detengo hasta que ya es de noche, cuando voy hacia la habitación Zack está dormido, suspiro y me acerco a él con cuidado.

—Cielo, ya vamos a comer —lo muevo, a duras penas abre los ojos y luego debo hacerle cosquillas para que se levante, lo hace entre risas y después cenamos en silencio para volver a la cama ambos, en segundos estoy dormida.

***
—Y esto es el barrio de los ricos —anuncia Elena y si, se nota, las casas son bellas, miro a Zack que está asombrado.

—Aquí viviremos —comento y ambos me miran alzando una ceja —ya verán que sí.

—Pues vas a tener que buscarte más de un trabajo.

—Elena necesito algo más —ella me mira interesada —documentos, ¿sabes quien los haga por acá?

—¿Por qué quieres eso?

—El padre de mi hijo —señalo a Zack —no quiero que nos encuentre, digamos que era violento —agrego y no es mentira todo lo que cuento, ella asiente.

—Se a quien ver para eso Chloe, no te preocupes —sonrío feliz.

—Gracias, no sé cómo te voy a agradecer todo lo que haces por mí.

—Pues siendo mi amiga —ella ríe y mira a Zack —¿salió al padre? no se parece a ti.

—Ajá —es lo único que digo y seguimos caminando, Elena nos enseña restaurantes, bares, un cine y mucho más, es un pueblo pequeño, pero tiene de todo, según Elena, casi todo pertenece a las mafias, aquí son como el gobierno.

—¿A dónde van preciosas? —dos sujetos se interponen en nuestro camino y me detengo en seco, atraigo a Zack hacia mí.

—Déjanos seguir Richard —dice Elena mirando a uno de ellos.

—Querida sabes que este es nuestro territorio, no dejamos entrar así por así.

—¡Oh vamos! no empieces por favor.

—Elenita debemos chequear a ver que no traigan armas encima ¿y si vienen a hacer un atentado?  —el hombre ríe mirando a su compañero, Elena bufa.

—No seas ridículo.

—O nos dejas chequearlas —uno de ellos aparta su chaqueta mostrando una pistola —o no sigues guapa.

—Si quieren toquetear vayan a uno de los clubes —ambos ríen.

—A la pared, ambas, tenemos que revisarlas —su sonrisa es asquerosa, uno viene hacia mí y me encojo en mi sitio.

—Déjame, no seguiré —retrocedo par de pasos con Zack detrás de mí.

—Ahora se quedan —tira su mano para agarrar mi brazo, pero esta queda a medio camino cuando alguien habla.

—La tocas y te corto la mano —conozco esa voz, los dos hombres retroceden enseguida.

—Señor —bajan la cabeza, miro a Elena que sonríe, yo no me atrevo a voltear.

—Estos dos —señala Elena —querían tocar gratis Damon, ¿no vas a hacerles nada?

—¿Las tocaron? —Elena ríe mientras niega —entonces no puedo cortarles las manos, vayan a trabajar —los sujetos se van casi corriendo, se notaba el miedo que tenían.

—Gracias Damon —dice Elena coqueta, yo comienzo a caminar pero

—¿Y tú qué? ¿no vas a agradecer chica? —respiro hondo y me doy la vuelta, quedo justo frente a él mirando unos ojos verdes más oscuros que los de Julián, es un hombre alto, mucho más que yo y con un cuerpo de infarto, lleva una camiseta y sus brazos están llenos de tatuajes, abro la boca, pero no sale sonido de esta.

—No lo jodas Damon, déjanos ir ya.

—Debo conocer a todos en mi pueblo —se acerca más a mí y los nervios me atacan, levanto la cabeza para mirar esos ojos que brillan y me miran —¿Eres nueva? —asiento —¿acaso eres muda?

—N.. No — tartamudeo como tonta, él sonríe de lado.

—Así que hablas, pero no sabes dar las gracias.

—Gracias —murmuro y siento que apenas mi voz se escucha, este hombre intimida.

—¿Cómo te llamas muda?

—Chloe —el sujeto asiente, luego mira a Zack que no ha dejado de abrazar mi pierna y vuelve a mirarme.

—Chloe bienvenida al pueblo, espero te esté gustando, si alguien más te molesta solo menciona mi nombre —me guiña un ojo para luego darse la vuelta y alejarse mientras yo no puedo dejar de mirarlo, es hipnotizante a pesar de toda esa oscuridad que emana a su alrededor.

—Es guapo ¿cierto? Y malo —Elena ríe —y le caíste bien, menos mal.

—¿Por qué dices que le caí bien?

—Porque a los nuevos por lo general les dice que no durarán mucho en el pueblo, a ti te dio la bienvenida, ahora vamos, debemos buscar a quien les hará los documentos falsos.




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