Damon
No arranco el auto hasta que no dejo de ver a los niños cuando corriendo entran a la escuela, aún siento el sabor de Chloe en mi boca. Llego al lugar al que debía ir y bajo del auto, la mayoría de los hombres de Santiago están ahí. Ya sé quien es el que nos ha estado saboteando las entregas, el policía que está entre nosotros, me detengo antes de llegar a ellos cuando mi móvil suena, es un mensaje de Esteban, es una foto que hace que apriete con fuerza el móvil, en esta sale mi Ángel besando a Julián, así que son novios en verdad, respiro hondo, luego recuerdo todo lo que él me hizo y sonrío, llegó mi hora de vengarme hermanito, tú me quitaste al amor de mi vida, pues yo ahora te quitaré al tuyo.
—Diablo —uno de los hombres se acerca —ya todos están aquí —asiento y camino hacia la fila de hombres, tengo algo atorado en mi garganta y miro fijamente a ese que se nos traiciona —el jefe ya viene en camino y ya le informé —me tenso mirando al imbécil.
—Que hiciste que? —doy un paso hacia él qué baja la mirada.
—Quería saber todo y yo ya le dije que —lo callo dándole una bofetada.
—Entiende esto idiota —lo agarro de su camisa —no haces nada sin antes yo dar las órdenes, no me importa lo que Santiago quiera, ¿entiendes?
—Pero diablo —pierdo la paciencia, el traidor va a morir, pero este también lo hará, tomo mi arma y sin pensarlo mucho le disparo, el sujeto cae al suelo muerto, cierro con fuerza mis ojos, no es la primera vez que mato, pero siempre que lo hago siento que algo más de bondad me deja, solo me pregunto, ¿cuándo todo termine dejaré de tener pesadillas?
—Quieres explicarme por qué matas a uno de mis hombres? ¿uno muy fiel? —volteo a ver a Santiago que espera mi respuesta con una ceja arqueada, me acerco a este.
—Fiel a ti, pero me traiciona a mí, deben cumplir mis órdenes Santiago si están bajo mi mando, no mandes a ningún otro a vigilar mis pasos
—Nunca te he vigilado Damon.
—Más te vale —lo amenazo sin miedo y entonces camino hacia el policía, el cual intenta huir, pero dos lo atrapan y lo dejan arrodillado frente a mí.
—¿Quien te manda? —permanece callado —¿es la policía local? —sigue sin hablar —ya saben a donde llevarlo —les digo a los otros dos.
—¿Qué haces? mata al traidor —dice Santiago con rabia.
—No, debemos saber quién lo envía
—La policía, eso ya lo sabemos.
—Santiago —miro al cielo, luego a él —la policía local o alguien más quiere entrar al pueblo? —él entiende —debemos interrogarlo.
—Tortúralo y luego mátalo —asiento, pero antes de poder hacer algo más recibo un mensaje de la maestra de los niños, bufo, otra vez causaron problemas, subo a mi auto rápido mientras pienso lo que voy a hacer con el traidor.
Me detengo frente a la escuela, al bajar de mi auto saludo a algunas personas frente a esta, luego entro y voy directo al despacho de la directora, pero antes de poder entrar escucho a mi ángel.
—¿Qué hizo Zack? ¿Qué pasó? está golpeado —frunzo el ceño
—Su hijo nada, fueron —entro interrumpiéndola
—¿Qué hizo esta vez Daniela? —gruño mirando a mi hija y sobrino, ambos se encogen en la silla, Chloe voltea a verme, parece sorprendida.
—No entiendo nada —murmura mirando a la directora.
—Chloe, unos chicos atacaron a Zack —miro a este que está con la cabeza gacha mirando sus manos.
—¿Fueron ustedes? —pierdo los nervios y voy hacia mi hija —habla Daniela —le hablo alto, ella me mira.
—No papá, no —niega frenética —nosotros solo lo defendimos.
—Explícate mejor
—Lo estaban atacando, le decían cosas feas, le decían raro —señala a Zack —nosotros intervenimos, era Erick y su banda —masculla —le ganamos papá —agrega más bajo sonriendo —golpeamos al inútil y
—Señor Damon —la directora se levanta y la miro —esta clase de violencia no se permite en mi centro, lamentablemente debemos suspender a su hija y a su sobrino por una semana, golpearon a Erick, el cual ahora está en la enfermería —levanto una ceja —señorita Chloe —mira a esta —debería enseñarle al chico a socializar más, todo pasó por
—Espera, espera —me acerco a esta que retrocede —¿le está echando la culpa a Zack? ¿qué demonios le pasa directora? ¿qué no ve que lo han golpeado?
—Señor...
—Sé que Erick es hijo de ese amante suyo —su rostro parece ahora un tomate de lo rojo que está —pero tendrá que suspenderlo también o juro por Dios que usted no vuelve a pisar una escuela en su maldita vida —aparto un poco mi chaqueta dejando ver mi arma, la mujer palidece, asiente y baja la mirada.
—Perdón, claro que será suspendido —asiento y camino hacia la salida.
—Papá estás enfadado con nosotros? —miro a Daniela, la levanto del suelo y ella ríe.
—Orgulloso estoy —beso su mejilla.
—La felicita por golpear a alguien? —ruedo los ojos y miro a Chloe, luego miro a Zack que me sonríe, ya no parece muy triste aunque tiene un ojo hinchado.
—Debería enseñarle a él a defenderse, no pasaría por esas cosas
—Podríamos enseñarle —grita Daniela, Zack se encoge
—La violencia no resuelve nada.
—Aburrida —murmura Scott, yo suelto una carcajada.
—Estás bien amigo? —Zack asiente y lo despeino un poco.
—Chloe —Julián llega y la abraza —¿qué pasó? resolviste todo? —ella asiente, este mira a Zack —chico, no puedes buscar pelea —luego la besa en la boca y veo como los tres se van juntos, de hoy no pasa, hoy haré que Chloe me odie, pero me vengaré de Julián.
—Chloe —murmura Daniela que toma mi mano —¿no es ella tu novia? ¿por qué besa al tonto de Julián?
—Será mi esposa —le digo mirándola —¿te agrada?
—Es linda —sonríe —un poco aburrida pero eso se resuelve
—Perfecto, tomaré eso como tu bendición —tomo a Scott de la mano y juntos salimos todos de la escuela, bueno, algo bueno salió de todo esto, los niños tendrán una semana de vacaciones.
★★★
Chloe
Julián nos deja en mi casa y se va rápido cuando recibe una llamada, yo voy hasta Zack que está sentado sobre la cama.
—Quieres comer algo? —niega
—No tengo hambre.
—Zack
—No tengo hambre —repite y me siento a su lado.
—Zack lo que pasó hoy
—Quiero ser como Damon —dice mirando mis ojos —no le teme a nada, es fuerte y su hija también, quiero que me enseñe a ser como él.
—Zack los golpes no resuelven nada.
—Pero es bueno defenderse, si fuera como Damon te hubiera protegido de papá y nunca te hubiera hecho daño, a mí tampoco —murmura y se acuesta en la cama, yo suspiro y aunque no quiero pienso en Damon, es malo Chloe, basta.
Dejo a Zack dormido en el cuarto y voy a preparar algo de comer, pero la puerta suena, varios golpes se escuchan y entonces voy hacia esta, al abrirla Damon aparece frente a mí, sonríe, intento cerrar pero él entra.
—¿Qué haces aquí?
—Debemos hablar —comenta paseando por el lugar —es pequeño esto.
—Vete —él se gira a verme.
—¿Me tienes miedo? —enarca una ceja y toma asiento —Chloe, ya sé todo sobre ti —cada célula de mi cuerpo se estremece, me es imposible moverme —fue fácil saber que te escondes, pero elegiste un mal pueblo.
—No sabes nada
—Sé que hiciste algo malo —él ríe, yo palidezco enseguida —muy malo y ahora eres buscada.
—Cómo?
—Yo lo sé todo Chloe, huyes, te escondes, cambias de apellidos, mientes, pero —ladea el rostro —yo lo sé todo, sé por qué tu hijo y tú huyen —me quedo mirando sus ojos, no sabe aún que Zack no es mi hijo.
—No sabes nada, vete —camino hacia la puerta y la abro.
—¿Es fácil matar? —vuelvo a mirarlo, al parecer eso si lo sabe —¿fue fácil hacerlo? —un nudo se forma en mi garganta.
—No digas nada —imploro caminando hacia él —Damon por favor, yo iría a la cárcel y Zack, él estaría solo, además, Liam se lo merecía —Damon entrecierra los ojos —pero juro por Dios que fue un accidente —sonríe como si se hubiera sacado la lotería.
—Cásate conmigo y no irás a la cárcel —abro los ojos en demasía y me alejo de él.
—¿Cómo dices?
—Que quiero que seas mi esposa, solo así guardaré tu secreto Chloe.
—Estás loco, ¡soy la novia de tu hermano! —le grito, pero él solo ríe.
—Decide, ¿dejas a mi hermano o vas a la cárcel? quiero que seas mía —su mirada se oscurece cuando se acerca a mí.
—¿Por qué lo odias tanto? —Damon camina, yo retrocedo, termino contra la pared y pega su cuerpo al mío dejándome acorralada.
—Lo odio y quiero quitarle algo que se nota quiere mucho, esperé mucho para esto Chloe, además, te deseo y bueno, para todos ya soy tu guardián —acerca su boca a la mía y no sé cómo reaccionar.
—Nunca seré tuya —le propino una patada, él grita y termina en el suelo, me alejo —pero no quiero ir a la cárcel, ¿quieres casarte? lo haremos, pero jamás seré tuya —dejo las cosas claras sintiendo mi corazón latir a mil.