El guardián

Capítulo 11: Ahora es mía

Damon
Cuando llegué no tenía un plan, solo quería sacarle algo, solo sabía que se estaba escondiendo, no sabía de quién ni por qué, sospechas solamente eran lo que me acompañaban, pero ella lo confirmó todo, mi Ángel tiene las manos sucias de sangre, mató a alguien, por accidente dijo, pero también que lo merecía, Liam, ¿Quién es Liam? ¿qué le hizo? la dañó tanto como para que ella se atreviera a quitar una vida cuando parece no matar ni una mosca? No tengo ni idea, quiero saberlo, pero también estoy feliz, ella accedió.

—Perfecto —me levanto del suelo aún sintiendo dolor en mi entrepierna, pega fuerte la condenada —nos casaremos —sonrío viendo unos ojos tristes, ella no merece esto, pero nadie le manda a elegir a Julián.

—Julián.

—No me interesa, cuando sepa que eres mi esposa él no podrá hacer nada y pobre si se acerca.

—Debes dejar que hable con él —niego y voy hacia ella.

—Si le dices algo te mato Chloe —su rostro pierde color, jamás le haría daño, pero ella no sabe eso —pero bueno, de todas formas tomaré precauciones

—Cómo? —No termina la pregunta porque la levanto del suelo, ella chilla, patalea, pero logro aun así meterla en mi auto a la fuerza donde mis hombres hacen que permanezca dentro, luego vuelvo a la casa, encuentro a Zack dormido en un cuarto, ¿cuarto? esto es más pequeño que mi clóset.

—Campeón —lo muevo un poco, voltea y abre sus ojos.

—¿Damon?

—Hola, amigo, voy a contarte algo importante —pasa las manos por sus ojos y se sienta en la cama, bosteza, yo río.

—Qué? donde está Chloe

—De ella quiero hablarte —me mira confundido, pero comienzo el cuento de cómo su madre y yo nos enamoramos y decidimos vivir juntos, no sé si me cree, pero cuando termino parece feliz y me abraza, yo lo tomo en mis brazos y voy con él hacia mi auto, ya a Chloe la han llevado a mi casa, espero no esté haciendo mucho escándalo.

Al dejar mi auto estacionado cargo al pequeño, el cual se quedó dormido, en cuanto entro escucho los gritos de Chloe por toda la casa y veo a mi hermana cruzada de brazos en la Sala, al ver al niño en mis brazos abre como platos sus ojos, la ignoro y llevo a este a la habitación preparada para él, una vez que lo dejo en la cama cierro la puerta y frente a mí aparece Raquel.

—¿Quieres explicarme quien es el niño y por qué hay una chica gritando que la han secuestrado? —alza una de sus perfectas cejas.

—El niño es hijo de la secuestrada —me mira horrorizada —ella es Chloe, mi futura esposa y no te preocupes, se callará ahora

—Damon! —chilla tomando mi brazo —no puedes

—Ya lo hice, así que si puedo.

—Estás demente, acaso olvidaste ya por qué estás en este pueblo?

—No lo he olvidado, como tampoco olvido que hace años conocí a la chica perfecta y Julián me la quitó, la metió en su cama, haré lo mismo Raquel —sonrío

—Esa chica

—Sí, es novia... bueno, era novia de Julián, ahora es mía.

—Esa chica no tiene la culpa de los problemas que tienes tú con Julián, los cuales no solo eran por Sonia, sus problemas son de mucho antes Damon, te estás comportando como un demente, das miedo —suspiro mirando sus ojos.

—Hermana, sé lo que hago —ella niega, yo voy hacia la habitación de Chloe, cuando entro esta me recibe con un fuerte puñetazo, intenta escapar, pero la tomo de la cintura y la lanzo sobre la cama, permanezco encima de su cuerpo y coloco sus manos sobre su cabeza.

—Déjame —demanda enfadada.

—Debes callarte preciosa, haces mucho ruido y no quiero tener que sedarte —abre sus ojos como platos.

—Estás loco!

—Eso dice mi hermana —sonrío viendo su desconcierto —cálmate Chloe, asustarás a los niños —la suelto lentamente y me alejo de ella.

—Pretendes encerrarme aquí? —asiento —por qué?

—No vas a hablar con Julián —suspira.

—Damon juro que no le diré nada pero no me tienes que tener encerrada, por favor.

—Vivirás aquí a partir de ahora y nos casamos en dos días —camino hacia la puerta, pero ella toma mi brazo, la miro y entonces recuerdo que es mi Ángel y no tiene culpa de nada.

—Por favor —implora —ya te dije, voy a casarme contigo, no le diré a Julián, viviré aquí, pero déjame ser yo quien hable con este Damon, te lo ruego —sus ojos se llena de lágrimas mientras me suplican en silencio.

—Lo pensaré —con cuidado me alejo de ella y salgo de la habitación.

Llego al lugar donde tienen al policía, desato sus manos, está muy golpeado y lo llevo hasta mi auto, comienzo a conducir alejándome de todo.

—¿Vas a matarme? —farfulla con los ojos cerrados, no respondo y continúo conduciendo hasta llegar a las afueras del pueblo, volteo a verlo.

—Baja —demando y bajo del auto, él hace lo mismo y me coloco frente a su rostro —huye y no vuelvas por aquí —me mira confundido.

—Cómo?

—Que te largues antes de que cambie de opinión, corre y no vuelvas —hablo fuerte, el hombre mira mis ojos como si aún no creyera y echa a correr como puede, pero escucho el disparo y lo veo caer al suelo, al voltear Santiago está frente a mí mirando su arma.

—Damon, Damon, ¿qué estás haciendo? —sonríe, yo miro a los hombres a su lado. —cuando te mandé a vigilar, jamás creí que fueras capaz de traicionarme.

—Santiago todo tiene una explicación.

—Y me la darás —se acerca a mí —acabas de dejar huir a un policía, ¿por qué? ¿También eres un informante? —no me deja responde porque siento un fuerte golpe en mi espalda que me hace caer al suelo, luego alguien golpea mi cabeza y solo veo oscuridad.

★★★
Vladimir
Miro las fichas frente a mí con claro fastidio, ¿será posible que no haya alguien que me pueda ganar? Tan difícil es para todos poner algo de resistencia, antes me gustaba el ajedrez, cuando jugaba contra mi padre, él perdía, pero era un buen oponente, pero ahora ya no está y todos son unos inútiles.

—Una buena partida —dice el hombre frente a mí que ríe, ¿buena partida? solo hice cuatro movimientos y gané.

—Ajá —señalo a mi hombre de confianza poniéndome de pie, él ya sabe lo que debe hacer con ese idiota perdedor.

—Señor —otro me aborda —ya trajimos a Rafael como demandó.

—Bien —llego hasta la sala en donde está Rafael y me siento frente a este. —Rafa, es bueno siempre verte.

—Señor —baja la mirada, sabe que ha actuado mal.

—Me han dicho que has tenido problemas con Damon —hablo y me mira —sabes que te dije, que no quería problemas, se supone que estamos en una tregua Rafa, quiero paz.

—No fue nada señor y ya está arreglado.

—Y por una chica —suspiro —eres un inútil.

—No cualquier chica, señor, es bella, tiene una belleza sin igual y Damon está prendado de ella —entrecierro mis ojos, él saca su teléfono y me enseña una foto, tomo el aparato en mis manos sin dejar de mirar esos ojos grises, es preciosa.

—¿Quién es?

—Se rumorea que es la novia de Damon, bueno, él lo dejó claro frente a todo —asiento sin poder dejar de mirar esos ojos, es tan parecida a...

—Tráela —demando dándole el teléfono.

—¿Cómo dice? —abre grande sus ojos.

—Que si quieres vivir debes traerme a la chica —asiente varias veces.

—Pero señor ¿y la tregua? ¿la paz? Damon no la dejará ir así por así.

—Solo quiero verla de cerca Rafael —miro sus ojos —y si debo comenzar una guerra para ello, lo haré, quiero ver a esa chica, pronto. —comienzo a caminar lejos de él sin poder apartar esos ojos de mi cabeza, es igual a ella y necesito comprobar algo.




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