Capítulo 11: Un nuevo Comienzo (FINAL)

Habían transcurrido dos semanas desde la batalla y todo había regresado a la normalidad en el Instituto Andrea García. Todos estaban al tanto de la vida que llevamos y todo lo que había acontecido en Nápoles; el Señor Linares agregó una clase aparte después de la comida con ayuda del Director Del Valle, en donde hablaría de la vida de la humanidad a través de los siglos.

En cuanto a nuestras vidas, todo regresó a la normalidad. Jack le confesó todo al Señor Camilo sobre el cambio de nombre cuando ingresó, aquellos estudios que tenía eran verdaderos, estudió en aquella escuela y le aseguró que continuaría en el instituto; ayudaría a Claudia en 'Maniobras Ofensivas' y a Denisse en la clase de Magia de acuerdo con el nivel que manejaba en ambas ramas. La doctora García ha citado al menos dos veces a la semana a Isa para tratar las pérdidas de sangre que tuvo durante su cautiverio; ha mejorado bastante desde aquel día.
Mi hermano continúa siendo entrenador de guardianes y le ha pedido a Fabián que sea su mano derecha, pues había visto los entrenamientos que dirigía así que le habló de su decisión a lo cual acepto con gusto; en cuanto a Danielle, algunos familiares se ofrecieron hacerse cargo de ella pagando la colegiatura de la escuela... Aceptó mudarse con la hermana de su madre y al mismo tiempo ingresó a uno de sus primos al Instituto, Axel me parece que era su nombre, a mediados de marzo llegó hacia el lugar junto a ella luego de ausentarse por tres días; se reunió con nosotros a presentarlo, y tal pareces que quedó encantado con Denisse, era un chico bastante atractivo: alto y fornido, su cabello era rubio oscuro y tenía ojos verdes oscuros quizás de su madre, desde ese momento no se separaba de nuestro grupo pues al parecer Dani le contó varias cosas sobre ella. Me sentía feliz por ella pues se estaba dando una segunda oportunidad en las relaciones amorosas, las chicas y yo nos sentíamos emocionadas al verla con confianza en su corazón.

En cuanto a Leo y a mi, investigamos sobre la vida de Andrea y Damián antes de ser convertidos: Sabíamos que la chica fue princesa de España y que contaba con quince años al ser obligada... Además, era una chica que ayudaba en la iglesia y a los asilos a llevar cobijas y alimento a quienes lo necesitaban; de Damián supimos que era parte de una familia importante del país y practicante de esgrima...

Efectivamente, fueron dos de los más fieles seguidores de Giancarlo a quienes tuvo bajo su poder hasta hace unas cuantas semanas y así consiguiendo su libertad, jamás volvimos a saber de ellos desde que marcharon a París.

Eso me hizo recordar lo que encontré en mi chaqueta, una especie de corona... Más bien una tiara con un pequeño recado:

''Les agradezco la ayuda que os han brindado y el liberarnos de aquella condena; han salvado a generaciones enteras con el fin de esta guerra contra Giancarlo.

Dios os Bendiga''.

Atte.

Andrea Montenegro y Damián Carbajal

Sabía lo que tenía que hacer con aquello, así que un día me dirigí hacia la habitación de Dani, entregándole la tiara y explicando que era una de las más antiguas y auténticas del país, no tenía palabras las cuales salían sobrando; me abrazó agradecida por salvarles y no dejando que la sombra de Ian empañara su nueva perspectiva de vivir. No iba a decepcionar a la princesa.

En uno de los descansos de fin de semana todos estaban en sus propios mundos y decidí escaparme por un momento al dormitorio de mi hermano, toqué a su puerta y abrió enseguida.

- Hola, Gaby.

- ¿Puedo pasar? -cuestioné.

- Adelante -me dediqué a entrar mientras cerraba la puerta y me senté en la cama- ¿Qué te trae por aquí? Pensé que estabas con Leo.

- Fue a hablar con el señor Linares. Y no quería molestar a los chicos -le dije en broma, él rió- Sólo quería darte de nuevo las gracias por haber ido a Nápoles.

- No tienes que agradecerme, no iba a permitir que te pasara nada; le prometí a mamá que te traería de vuelta a salvo.

- Más que nada... Agradecerte por todo lo que has hecho por mi a lo largo de todo este tiempo. Fui muy egoísta al no darme cuenta lo tanto que te preocupabas por mi.

- Tal vez tuvo que ser así para que entendieras lo que eres y lo que estabas destinada a hacer. Se lo debía a mi hermana.

Saqué de la chaqueta las fotografías que le miré depositando en una pequeña caja dentro de mi guardarropas semanas atrás, sonreí.

- Parece que cambié desde la vez que me salvaste de morir -miré con nostalgia la fotografía donde estaba bajo un árbol portando el vestido azul con flores, la mirada triste que expresaba- Realmente cambié toda mi vida.

- A diferencia de aquella primera vez que pisaste este Instituto, tienes más confianza en ti, pues entiendes lo que es tu misión y quien eres en realidad.