Salí de la habitación quince minutos después de cambiarme de ropa y esa plática con Gabriel, Leo se encontraba afuera esperándome mientras bajamos por las escaleras; ninguno de los dos pronunciaba palabra alguna pues teníamos que olvidar lo que sucedía en el Instituto, nuestro paisaje y objetivo era llegar a Nápoles lo más pronto posible. No había visto a Isabelle por algunos días, quería asegurarme que ella estuviera bien.. no permitiría que aquellos desgraciados se acercaran a ella y menos tocarla, estaba muriendo de miedo al estar en aquellas condiciones lo cual Ian disfrutaba. Hablé muy pronto pues un grito captó mi atención rápidamente me concentré en ello mientras observé a Ian inclinado hacia la garganta de la chica mientras bebía de ella, bastó con ver su rostro hundido en lágrimas de varias horas y debilitándose por la pérdida de sangre; maldije a Ian por aquel acto sintiéndome impotente por no poder hacer algo en ese momento, luego de un rato se despegó de ella quien quedó inconsciente. Ian tenía aquellos ojos rojos que me causaban un odio tan grande que jamás pensé sentir por alguien.
Limpió el rastro de sangre de sus labios y se acercó a su rostro poniéndose a su altura, pasó su mano por el mismo mientras mantenía una sonrisa maliciosa y comenzó a decir algo:
- ''Será demasiado divertido tenerte como nuestra fuente de alimento, para tu mala suerte nadie vendrá a sacarte de aquí; los ingenuos de Leo y Gabriella no podrán llegar hasta el sitio, ésta será tu tumba. Y mi hermana no tendrá otra opción más que unirse a mi''.
Dejé escapar las imágenes luego de escuchar el final de aquella oración, recuperé mi posición y mi reacción ante Leo sin embargo aquello provocó que mi rostro cambiara por completo; al salir del hotel miré al cielo mientras observé nubes cargadas de lluvia que iniciaba a caer ante nosotros, la lluvia siempre había causado en mi que mis recuerdos se dispersaran al aire, me tranquilizaba y me hacía recordar quien era. Leo tomó mi mano al mirar mi semblante, me recordó a un momento similar en el Instituto cuando varios estudiantes fueron de compras previo al baile de pre-graduación en julio pasado... aquel día había un clima similar y caminé por el campus dejándome llevar por mis instintos; continuamos nuestro camino por las calles de Milán, me di cuenta que estábamos dejando atrás los edificios y centros comerciales tomando ruta hacia la carretera; las palabras de Ian resonaban en mi mente, era el peor villano que pude conocer en mi vida, no sólo por lo que había hecho, sino por lo que quería conseguir con el secuestro de Isa.
De todos era sabido que Danielle e Isabelle eran excelentes amigas que se habían conocido en la escuela secundaria, compartían varias actividades sociales cuando se realizaban bailes en su momento: Dani siendo la princesa, e Isa siendo la hija del director, tenían sus propios guardianes, sin embargo querían ser tratadas como estudiantes normales dando a sus protectores al cuidado de los demás. Ambas habían tratado acercarse a mi cuando ingresé al Instituto y era eso mismo que estaba en Italia, porque Isabelle se parecía un poco a mi.. éramos las únicas chicas que practicaron defensa así que entendíamos lo que era estar con muchachos dos horas por día. Ian estaba haciendo esto por un motivo, quería vengarse de nosotros por haberlo entregado a la guardia real y no había pensado en otra manera que haciendo esto... Lo primero que pude pensar era que deseaba tomarnos desprevenidos, como una amenaza secuestrando a un alumno y así darnos por vencidos para dejar en libertad a dicho rehén; por más que odiaba admitirlo Ian podía ser inteligente en algunas de sus jugadas, su objetivo era dejarnos sin opciones para entregar viva a Del Valle Villavicencios y así poder llevarse a la princesa Dinali, él sabía que no atacaríamos si llevaba a su hermana con él y al menor intento de acercamiento la mataría...o incluso convertirla, encontraba la más mínima ventaja a su favor pero le demostraría que no le temía, que encontraríamos la solución a este problema...
El timbre del móvil me sacó de mis pensamientos, Leo se dispuso a contestar.
- ¿Diga?
No lograba escuchar la persona del otro lado y Leo no decía nada, hasta que me dio el teléfono cogiéndolo con la mano y hablando un poco desconcertada.
Llamada
- ¿Hola?
- ¡Ella! ¿Cómo estás? -escuché aquella voz femenina que hizo temblar un poco mi voz.
- ¿Danielle? Yo estoy bien, pero ustedes, ¿Cómo están? ¿Cómo van las cosas en la escuela? -no podía creer que estaba hablando con Dani luego de tres días fuera de casa, su voz se notaba mezclada entre temor, preocupación y a la vez alivio por escuchar mi voz.
- Estamos bien Ella, únicamente que el Director Del valle ha puesto guardianes en cada rincón del Instituto y por seguridad ha adelantado un poco la hora de la cena hacia las siete quince; todos se han hospedado en mi dormitorio por órdenes del señor Camilo. Deberías verlo como ha estado desde...desde que mi hermano se llevó a Isa... -su voz se iniciaba a entrecortar.
Editado: 18.06.2018