Había cientos de cosas que tenían mi mente demasiado pensativa, las palabras de Danielle sobre querer ayudarnos y capturar a su hermano, las palabras de Gabriel que continuaban haciéndome sentir su confianza en mi al igual que la de mi madre; y que mi amiga estuviera al tanto de mi pasado que he tenido con Leo... Tarde o temprano sabrían el motivo de mi conexión inmediata con él, sabía que debía contárselo a mis amigos y comprendieran mejor lo que había acontecido antes de todo esto. Sé que Denisse se lo había dicho únicamente a ella, lo percibo, y nos dejaría el resto a nosotros, no debo imaginar su reacción pues siento como aquello le caía de sorpresa y tenía mil preguntas sobre eso... Al regresar contestaría a cada uno de sus cuestionamientos, al igual que las de nuestro grupo de amigos.
- Ocurre algo, ¿no es así? -cuestionó Leo media hora después de haber hablado con Danielle, no había vuelto a decir ni una palabra luego de haberle preguntado nuestra próxima parada.
- Debo decírtelo...no puedo seguir ocultándolo por mucho -mi voz era seria y a la vez mostraba temor pues no sabía la reacción que tendría.
- Cualquier cosa, recuerda que en este momento la confianza es lo más importante. No importa lo que sea, lo resolveremos.
Verlo controlado de esa manera era la que me ponía nerviosa, el plan que tenía idealizado Ian me causaba enojo y a la vez miedo; inicié a hablar.
- No pude evitar ver de nuevo a Isa para ver como estaba.
- Pero, Ella, no debes gastar....
- Lo se, Leo, pero te pido por favor que me permitas terminar. Escuché su grito y eso fue lo que me llevó a observar lo que pasaba y... -tomé un respiro ante mis siguientes palabras- Miré a Ian bebiendo de ella por dos minutos o eso fue lo que sentí, cuando terminó le dijo que nadie la salvaría, que esa sería su tumba...y así no tendría Danielle más remedio que unirse a él.
El rostro de Leo, luego de decirle aquello, cambió por completo, aquella mirada seria y asesina se hizo presente; sabía que esa sería su reacción, a pesar de haber visto sus cambios repentinos aún me causaban un temor dentro de mi.
- Entonces, eso es lo que planea hacer. -dijo mientras me miraba, intentado retomar su control; exhaló silenciosamente- No tiene idea de lo que acaba de provocar.
- ¿Qué hay que hacer, Leo? -le cuestioné un tanto temerosa.
- Por lo pronto, llegar a la ciudad de Parma antes del anochecer; hacer algunas llamadas y retomar el camino por la madrugada.
- Discúlpame. Sé que debí haberte dicho cuanto antes aquello.
Tomó mi mano suavemente.
- No tienes porque hacerlo, es un tema serio que debe tratarse con delicadeza; por eso debemos apresurar el paso, llevamos tres días y aún falta un largo camino.
- ¿Crees que debamos informar esto? Danielle es la princesa y sí tal acto llegase a suceder, varias cosas cambiarían; ambos sabemos que no debe haber más involucrados en esta maldita obsesión que tiene Ian.
- Siempre había sabido de sus cosas, esta vez está poniendo la vida de varios humanos en riesgo por conseguir derrotarnos; la historia no se debe volver a repetir. -sacó el celular mientras comenzó a marcar un número y aguardó hasta que contestó una voz masculina.
Llamada
- ¿Diga?
- Tienen que colocar más vigilancia en el dormitorio de Danielle.
- Leonardo. -dijo la voz del señor Linares- ¿Qué está ocurriendo?
- Ella miró que Ian quiere jugar sucio, con el secuestro de Isabelle va a intentar convencerla unirse a él; eso no lo podemos permitir. Gabriel sabrá poner a los indicados.
- De acuerdo. -su voz sonaba firme- ¿En qué parte se encuentran ustedes?
- Vamos camino a Parma, nos detendremos por algunas horas y continuaremos camino en la madrugada.
- Continúen su recorrido, paren por unas horas en Parma y tomen un auto hasta San Marino; contarán con más tiempo para llegar a Nápoles.
- Entendido, por favor cualquier cosa no deje de informarnos.
- Así lo haré, Leonardo.
Fin de llamada
Después de colgar me miró.
- Debemos llegar a Parma esta misma tarde sí es necesario.
- Se vuelve una misión contra reloj...
- Así es, Ella, no debemos parar a estas alturas nuestro camino; debemos llegar antes de la última luna llena de febrero.
Con aquello que me dijo, me mantuvo en silencio por las próximas horas que estuvimos caminando sin parar, mi mente estaba puesta en la vida de mis amigos, en la de los estudiantes, todos los involucrados en esta guerra que padecían las consecuencias; no había vuelta atrás en esto... Ian Dinali pagaría cada cosa que había ocasionado durante el último año.
Luego de diez horas de camino finalmente habíamos llegado a Parma, aquella ciudad era bastante pequeña a comparación de Milán; Leo había mencionado que pasaríamos a lo mucho cuatro horas aquí, caminamos para encontrar un lugar en donde quedarnos durante aquel tiempo.
Editado: 18.06.2018