El Guardián de la Noche: Regreso al Instituto © [libro #1]

Capítulo 16: Pesadilla

Salimos rápidamente del lugar decididos a no hacer más paradas, todas nuestras fuerzas se encontraban recargadas a pesar de tantos viajes que se habían tomado a lo largo de cinco días consecutivos con poco descanso; al estar caminando para salir de aquella ciudad me percaté de varias tiendas que estaban cerradas, el día ya estaba iniciando pues eran las nueve de la mañana.

- ¿Por qué aquellos locales aún no abrirán? -cuestioné a Leo.

- Es difícil explicar eso, generalmente los puestos son abiertos a más tardar a las ocho treinta en estos lugares.

- Tal vez los dueños no están en la ciudad, puede ser una razón -opiné, era algo absurdo tratar aquello pues debíamos apresurarnos en llegar a la carretera -¿A dónde nos dirigimos ahora, Leo?

Antes de que pudiese responder dicha pregunta el móvil sonó disponiéndose a contestar y activando el altavoz.


Llamada

- ¿Diga?

- ¿Cómo se encuentran, chicos? -esa era la voz de Claudia, cosa que me sorprendía bastante pues era de quien menos esperaba que llamara.

- ¿Claudia? Nosotros estamos bien, ¿Cómo conseguiste este número? -pregunté.

- Éste es el celular del señor Linares, se lo pedí prestado; ¿En qué parte se encuentran?

- Estamos saliendo de San Marino -respondió Leo- Camino a Nápoles.

- Hice la llamada por la razón de que sentí un fuerte uso de magia cerca de ustedes, en este momento ya no puedo sentirla pero el día de ayer fue lo que llamó mi atención.

- Una fuente de magia... Pero, en este sitio ni en el anterior hubo rastro de alguien más que utilizara poderes como los nuestros, o como los tuyos, Claudia -dije yo.

Claudia era practicante de magia blanca, con ayuda de algunos profesores especiales que habían llegado al Instituto le estaban enseñando a utilizarla en defensa propia y en ofensiva, así como dominar los elementos naturales y el movimiento de objetos sólidos. Ella había sido transferida a Andrea García II luego de que atacaran el Instituto Santa Elena cuando Ian se apareció por allá dejando a esa pobre chica herida pensando que moriría, mi hermano la rescató en donde fue atendida por la doctora García; no era una chica común como las demás, en una ocasión recuerdo que me había explicado que sus antepasados habían pertenecido a una familia de hechiceros por lo cual sabía dominar magia de todo tipo.

- Era un nivel bastante alto, no entiendo porque no pudieron percatarse de eso.

- Dinos, Claudia -habló Leo- Sé que puedes percibir el poder de cualquier persona, ¿Cuál era su poder de ésta?

- No pude sentir cuanta era su fuerza, sin embargo parecía inofensiva y quizás los ayude en su camino.

- Entonces, ¿Ésta persona puede colaborar con nosotros en esto? -pregunté.

- Si, Ella, intervendrá en el momento clave de esta pelea. Tengo que colgar, debo practicar; aún así les haré saber sí se formula cualquier movimiento.

- Te lo agradecemos.

Fin de llamada

Luego de colgar seguimos caminando, quedé algo pensativa por lo que había dicho Claudia; durante todo nuestro recorrido no habíamos tenido contacto con alguien que practicara la magia, sólo con uno de nosotros. Caí en la cuenta de que aquel muchacho había utilizado un poco de magia cuando arribamos a aquel edificio en Parma, eso podría ser una ventaja para nosotros sí estaba dispuesto a ayudarnos lo cual esperaba que así fuera.

 Luego de un camino de treinta minutos llegamos a un centro de autobuses en donde tomaríamos el último viaje para llegar a Nápoles; había varia gente en aquel lugar especialmente varias mujeres con sus hijos, a un lado de la estación se encontraba el sitio donde era posible rentar un auto. La idea de regresar a la carretera me cansaba pero era parte fundamental para esta misión, Leo hablaba con el encargado de dar los autos adentrándose hacia el interior mientras aguardé afuera, salió a bordo nuevamente de un Ferrari color plateado sin duda más grande que el anterior que había conducido días antes; subí al vehículo y lo puso en marcha, a diferencia de los paisajes éste fue el que se distinguió por el clima ya que inició a llover mientras miraba los distintos puestos que alimentos durante el trayecto...

~ Me vi envuelta en los alrededores del Instituto otra vez, pero había algo distinto de los demás escenarios que se habían presenciado, el cielo era de un nublado inusual para el clima de Málaga y varios de los estudiantes se encontraban huyendo al parecer de una amenaza al igual que los profesores tratando de resguardarlos sin éxito alguno; mis amigos salían del edificio principal atemorizados, después me observé también huyendo pero no sabía el motivo por el cual lo hacía hasta que el edificio se vino abajo. El aire que se respiraba era de miedo y muerte, escuchaba los gritos de cada alumno y como iban siendo asesinados a una velocidad impresionante, mis amigos siendo alejados de mi lado, intenté pedir ayuda a mi hermano y al señor Linares sin embargo observé la escena de que cada guardián estaba muerto y los que conocía estaban hechos prisioneros incluidos Gabriel, el Señor Linares, la Doctora García y el mismo Señor Camilo: me resultó incrédulo pensar que aquel ataque estaba siendo bien dirigido. Tenía que salir de ahí. Pero apenas di el primer paso mi pie golpeó un cuerpo y me llevé la sorpresa y el horror en mi rostro al ver el cuerpo de Leo sin ningún signo de vida, quedé helada al presenciar aquello y fue en ese momento que sentí una mano en mi hombro y giré a mirar lo que bastó para que mi miedo quedara en evidencia... mi fuerza se desvanecía por completo, mis debilidades aparecieron. Quería retroceder, pero mi cuerpo no me respondía, se encontraba paralizado: no tenía escapatoria, me lastimaría, aquella era mi muerte segura... ~



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En el texto hay: vampiros, novela juvenil, magia

Editado: 18.06.2018

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