El Guardián de la Noche: Regreso al Instituto © [libro #1]

Capítulo 17: Bienvenida Sorpresa

No se cuanto tiempo estuve descansando pues de un momento a otro me encontraba despierta mirando las calles que se iban apareciendo en nuestro trayecto y los negocios iniciaban a verse a lo lejos, no cuestioné a Leo sobre la llamada que sostuvo con la Doctora García pues sabía que tendría tiempo para hablar sobre eso, la llegada a esta ciudad definiría varias cosas... teníamos que salvar a Isa.


Cuando alcanzamos la entrada de la ciudad pudimos percatarnos que el clima era lluvioso, las nubes cubrían por completo el cielo, al estar cerca de la estación que se encontraba en el centro; miré de nuevo hacia afuera había poca gente en los alrededores.

- ¿Ya hemos llegado? -cuestioné a Leo.

- Si. Esto es Nápoles.

- Finalmente estamos aquí...

Estacionó el auto cerca de la estación de autobuses mientras bajamos de él, una vez fuera sentí la lluvia de nuevo en mi rostro y la brisa golpeando suavemente en mi cabello; luego de cinco días en carretera alcanzamos nuestro destino, iniciamos a caminar por la calle decidiendo ingresar a la estación para mirar las direcciones que conducían al lugar donde encontraríamos a Giancarlo e Ian, dentro del lugar había varia gente esperando los camiones que saldrían a otros destinos mientras caminamos entre ellos buscando un mapa de la ciudad que nos diera alguna información necesaria.

- Esto nos podrá guiar a la dirección que buscamos. Únicamente debemos saber en qué parte están.

- ¿Has escuchado sobre el Castel dell' Ovo

- ¿Qué?

- El Castillo del Huevo, un antiguo reino que actualmente esta abierto al acceso del público... Aquel lugar ha sido su residencia desde principios del siglo XIX, entrar ahí tiene sus trucos y pasadizos.

- Sea como sea, Leo, tenemos que llegar ahora mismo...

En aquel momento observé a Leo quien se colocó en posición de ataque, no entendía su repentino cambio y muchos menos cuando me tomó por el brazo y me susurró:

- Vámonos.

Nos echamos a correr cuando sentí la presencia de los nuestros que venían persiguiéndonos, intentando no llamar la atención de las demás personas que se encontraban ahí, continuamos huyendo hasta salir de la estación y dirigirnos a un lugar con menos humanos para enfrentarlos; una vez que nos perdimos de vista de la sociedad aquellos sujetos se colocaron frente a nosotros, eran de alta estatura y aparentemente eran jóvenes. Iniciaron con sus ataques los cuales esquivamos en múltiples ocasiones mientras Leo enfrentaba al que nos miró en la estación yo peleaba con el otro muchacho, parecía de veinte años sin duda era fuerte y se iba contra mi para lastimarme sin lograrlo; en un momento utilicé aquella habilidad que poseía en crear neblina para inmovilizar a mis oponentes y no verme llegar, en menos de un segundo me encontraba frente a mi atacante golpeándolo con una fuerza brutal dejándolo fuera de combate, justamente en el momento en el que Leo había terminado con el otro tipo.

- ¿Estás bien? -cuestionó Leo sin ningún signo de cansancio acercándose a mi.

- Si -dije, tratando de controlar la adrenalina que sentía- ¿Quiénes eran aquellos tipos?

- No me sorprendería que nos estuvieran esperando, quisieron darnos la ''bienvenida''.

- Lo que recibieron fue el ''agradecimiento'' de nuestra parte -dije mientras Leo asintió, lo miré sacar el celular mientras marcaba un número.

- ¿A quién llamarás?

- Debemos decirles que ya estamos en Nápoles.

Una vez que marcó puso el altavoz para que pudiese escuchar, contestó una voz masculina.

 

Llamada

- ¿Hola? -dijo el Señor Linares.

- Señor Linares... -hablé yo.

- Gabriella, Leonardo. ¿Han alcanzado la ciudad?

- Si -dijo Leo- Acabamos de arrivar a la ciudad; sin embargo, nos dieron la ''bienvenida''.

- ¿Gente de Giancarlo?

- No lo parecía, eran simples vampiros buscando problemas; su gente son más serios en cuanto a otros.

- Es verdad. Así que, ya saben dónde buscar.

- Si, el viejo reino que se encuentra en la península.

- Castel dell' Ovo -dijo una voz femenina.

- ¿Doctora García? -exclamé sorprendida.

- Si, María Gabriella, soy yo; ¿Se encuentran preparados para este combate?

- Más que nunca.

- Entonces no paren hasta que acaben con ellos -dijo Gabriel, quien también se encontraba ahí- Es momento de dejar de lado las cortesías.

Aquellos tres estaban confiando en que nosotros haríamos que el gran Giancarlo Lorenzetti se rindiera, quizá el era un hombre con demasiada experiencia y no tendríamos oportunidad de hacerle frente.. pero con tal de rescatar a una amiga se hace lo imposible.

- Llegaremos lo más pronto posible -dijo Leo antes de colgar, en ese momento la tensión se respiraba en el aire cuando decidimos ponernos en marcha.

Fin de llamada

 

Según las indicaciones que nos dieron algunas personas, el lugar no se encontraba demasiado lejos por lo que optamos caminar; sería un trayecto de cuarenta y cinco minutos el cual sería de menos tiempo, con ayuda de la habilidad de Leo en menos de un segundo nos encontrábamos lejos de cualquier persona que pudiese observarnos al correr a velocidad. No perdí su ritmo mientras íbamos rumbo allá, quería checar a Isa a quien no había visto en mis visiones desde hace dos días...



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En el texto hay: vampiros, novela juvenil, magia

Editado: 18.06.2018

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