El Guardián de la Noche: Regreso al Instituto © [libro #1]

Capítulo 20: De nuevo su Seguidor

Inmediatamente salí de aquellas imágenes, y por la expresión de satisfacción de Giancarlo sabía que mi rostro había cambiado por completo luego de lo que me acababa de mostrar; no sabía la manera en como responder ante eso.. era demasiado real para ser un paisaje creado.

- Ahora, ¿Qué tienes que decir sobre esto? ¿Acaso seguirás negándolo?

- Eso no puede probar nada -en el fondo sabía que era todo lo contrario, estaba reclinada sobre la pared intentando recuperarme.

- Hazte la ingenua cuantas veces desees, la historia está escrita.... -se acercó más mientras continuó hablando- Fuiste una princesa en una vida anterior, la gente de aquel tiempo te calificaba pues siempre ibas por el pueblo hablando de criaturas sobrenaturales por las historias que tu padre te contaba; asegurando que existían y que podrían localizarse en cualquier sitio de este mundo, desafortunadamente los demás ignoraron sus relatos y no se imaginaban un campo tan glorioso como ese. El rey no tuvo tanta suerte en su intento de deshacerse de mi y terminó como terminan los que se atreven a desafiarme... Muertos.

No podía pronunciar nada, en mi se quemaba aquel coraje mientras iba siendo dominada lentamente por un miedo que jamás pensé sentir de nuevo.

- ''La gitana había tenido razón cuando Damián salió por aquella puerta contigo en su poder, quedaste sola en el pueblo; cada persona cercana murió, aquel que se interpusiera tendría el mismo destino que su patético rey, como la misma esposa la cual maté por comportarse inadecuadamente. Nada me iba a impedir quedarme con la última sobreviviente, la más importante para continuar mi camino.

- Eres un maldito bastardo -dije en susurro el cual por mi desgracia logró captar y respondió con una bofetada tan fuerte que logró salpicar la alfombra de sangre.

- Es la última vez que permitiré que me hables así.

Se acercó violentamente y antes de que pudiese tocarme de nuevo me hice a un lado y le devolví la bofetada, los que se encontraban en la habitación quedaron sorprendidos al verme golpear al más fuerte de todos nosotros... hasta el mismo Giancarlo quedó sorprendido por lo que hice.

- Esa no es la manera de tratar a tus mayores -dijo en un tono burlón.

- Eres un viejo asesino que no tiene idea de lo que esta provocando, te metiste con cada persona que me importa; mereces lo que estoy a punto de hacerte.

- Eso lo veremos, chiquilla insolente.

Me abalancé sobre él iniciando a golpearlo con toda mi fuerza, aquellos días habían sido de vida o muerte para nosotros y no dejaría que amenazara a nadie más del Instituto; tenía varios asuntos que hacerle pagar a Ian en ese momento que me estaban dominando mis instintos, tal vez Giancarlo lo notó pues en un contacto que intenté hacer con la pierna a la altura del pecho tomó mi pierna y me azotó contra el piso en donde inició a golpear mi costado y el estómago. Giré antes de que pisara mi pecho reincorporándome y golpeando en distintos lugares del cuerpo, no le hacía ningún daño y noté que mi respiración se agitaba con cada golpe que repartía.

Me descuidé por un momento y al darme cuenta se encontraba frente a mi golpeando el rostro en múltiples ocasiones, luego desapareció de mi vista; intenté localizarlo por su esencia pero no se encontraba.

- ¡Cuidado, Ella! -escuché a Isa gritarme, en cuanto volteé Giancarlo me ofreció un golpe en la cabeza y en el pecho que me tiraron al piso sin tener fuerza para levantarme, él ha estado entrenando por años poniendo a prueba su fuerza y su capacidad era más que evidente que mis golpes no le hacían el menor daño, él pudo matarme sí lo deseaba.

- Pensé que me darías más lata -dijo mirándome con burla mientras acomodaba su traje- Quizás tengas habilidades útiles, pero no tienes la velocidad ni la fuerza suficiente para enfrentarte a mi.

- Lo puedo seguir haciendo cada vez -dije, había sangre saliendo por la comisura de mis labios mientras sanaba cada herida que me había provocado.

- Eso no te convendría a ti, ni a estos dos; cometiste un error al meterte en esto -se inclinó hasta llegar a mi- Y lo pagarás caro.

Me tomó por la garganta de un sólo movimiento apretando con una fuerza inimaginable, sus ojos de nuevo eran rojos que me miraban con enfado, escuché a lo lejos la voz de Leo.

- ¡Déjala, maldito bastardo!

- ¡Tú no te metas en esto! -gritó Giancarlo haciendo un movimiento con la otra mano, Leo quedó lejos de donde nos encontrábamos totalmente inmóvil... Lo había paralizado por completo.

- ¿Qué le hiciste? -cuestioné con una voz fría y de enfado.

- El asunto no es de su incumbencia, esto se trata de ti y de como te arrepentirás por haberte atrevido a desafiarme.

- ¡Suéltala imbécil, ella no tiene la culpa de nada! -gritó Leo mientras su enfado crecía cada vez más.

- Por supuesto que la tiene, no te das cuenta que ella es la responsable por la cual te hayas separado de mi; jamás entenderé que fue lo que hizo esta desgraciada por ti.

- Claro que no entenderías, Ella fue y ha sido la única a la que he amado; si continué por los siguientes treinta años a tu lado fue porque creí que la traerías de vuelta sin embargo te escuché decirle a Ian el buen trabajo que había hecho con deshacerse de ella, y que ya nada nos distraería en seguir con el maldito trabajo de asesinar a los inocentes.



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En el texto hay: vampiros, novela juvenil, magia

Editado: 18.06.2018

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