Liria se arrodilló tomando una posición más segura en su lucha, su cabello azul ondonea en medio del enfrentamiento. Luke la observa.
Y por primera vez la ve hermosa.
recuerda a Pink. Una niña que en la escuela nunca conoció su nombre.
Una de sus características era los viernes llevar un moño rosado en parte de su cabello ondulado y rubio. El pequeño luke miraba con curiosidad los demás niños jugando en el parque. La conexión de los demás con el mundo era natural.
El se sentía diferente. A temprana edad ya percibía algunas cosas de manera distinta.
Una mañana en el salón de clases con Pink, jugaban con bloques de construcción y, luke sintió cómo una energía extraña y poderosa emanaba de él, sus manos temblaron ligeramente y los cubos flotaron por el aire un instante, luego calleron.
Pink se levantó callada, fue por la tutora y apretando su mano le dice:
– El hizo volar todos los cubos –
– ok. Siéntate y sigue jugando –
La tutora contestó acariciando el cabello de la niña. Pink se retiro de la misma manera en que llegó.
--- hazlo otra vez --- dice Pink acercándose a Luke.
---- no lo sé, no puedo ---
Luego de esta manifestación, luke fue desarrollando otras habilidades.
En un partido de fútbol en la escuela, una ráfaga de viento dirigida envío el balón hacia la portería haciendo el gol, luke hizo un pase, más su deseo de gol fue más fuerte.
Pero no todo era positivo algunos comenzaron a temerle, hacia cosas inusuales, y lo inusual “causa temor”. La confusión se hizo evidente. Las preguntas que tenía debían ser respondidas. Comenzó a indagar en diferentes lugares y apuntes.
Más un libro en la biblioteca del barrio vecino, iluminó su cabeza.
“Fuerzas del universo”