Mientras Luke se adentra más en su búsqueda de comprender sus poderes, se encuentra en un parque tranquilo, perdido en sus pensamientos. De repente, escucha un susurro travieso y, al girarse, se encuentra frente a frente con seres elementales, pequeñas criaturas que parecen estar hechas de fuego, agua, tierra y aire.
Al principio, Luke se sorprende al ver a estas diminutas criaturas elementales, pero pronto se da cuenta de que son amigables y curiosas. Cada una de ellas tiene su propia personalidad peculiar: el elemental de fuego es impulsivo y siempre está tratando de encender pequeñas llamas, el elemental de agua es tranquilo y sereno pero a veces un poco húmedo, el de tierra es terco y un poco rocoso en su forma de actuar y hablar, el de aire es travieso y juguetón, siempre tratando de llevarse objetos ligeros con su corriente.
A medida que interactúa con estos seres, Luke se da cuenta de que tienen mucho que enseñarle sobre ”el equilibrio y la armonía de los elementos en el mundo". Aunque al principio puede ser un poco caótico, pronto se encuentra riendo y disfrutando de su compañía. Todo lo que absorba puede servir al final.
Juntos, exploran el parque y descubren nuevas formas de usar los poderes de Luke en armonía con los elementos que los rodean, todo mientras comparten momentos cómicos y divertidos. Luke todavía tiene muchas preguntas sobre sus poderes, sabe que con la ayuda de los elementales, está un paso más cerca de comprender su verdadero potencial.