El guardián de Pyro

Clover

Fuimos a Paki el pueblo fronterizo entre Pimual y Quayik, a través de un portal cortesía de los hechiceros del templo. Allí luego de planchar la oreja como Dios manda y comer como animales (bueno solo Fenrir, Malva y yo comimos como unos puercos hambrientos, porque Freyja es… bueno en realidad ella comió igual que nosotros, no fue nada refinada, se tenía que decir y se dijo porque no me gusta la censura). Al siguiente día nos acercamos a unos establos enormes, parecían almacenes, en donde había un montón de animales de diferentes especies. Nos acercamos al dueño y alquilamos unos dinosaurios aunque no lo eran realmente, pero se parecen y bien cubiertos como los exploradores en que se aventuran en el Sahara, cruzamos la gran cortina de polvo que rodea toda la Región Quayik como un gran remolino.


La travesía no fue nada agradable, pasarón días, meses quizás para cruzar la cortina de polvo (no sabría recordar muy bien, no llevo la cuenta de los días) y no se veía una mierda, de no ser por un hechizo de Malva que protegía los ojos ya tendría tierra en ellos. Cuando salimos del remolino todo estaba en calma, como si hubiéramos atravesado otra dimensión, polvo suspendido apenas perceptible flotaba en el aire, no hacía ni una brisa siquiera, nada se movía y el sol que brillaba en lo alto ni siquiera parecía dar calor, de hecho era agradable y tuvimos que quitarnos las pesadas túnicas porque ya empezábamos a sudar con tantas prendas de vestir.


_ ¡Joder, esto parece un desierto, pero el sol ni quema!_ arrojé al suelo la túnica, satisfecho de quitármela, pesaba una barbaridad, súmale a eso mi armadura.


_ Hemos hecho lo que nadie se ha atrevido en mucho tiempo, atravesamos la cortina de polvo_ expresó Fenrir. Al parecer estaba contento por la hazaña.


_ Pensé que sería al menos más impresionante, pero es como dice Simón, parece un desierto_ comentó Malva.


_ Quayik es una Región que no se habita en miles de años, según las historias de Pyro_ explicó Freija_ fue destruida por un Gran golem. Es lógico que no haya nada más que arena.


Tal como dijo la princesa a medida que avanzábamos a donde quiera que mirara, lo único que veían mis ojos era arena, rocas, luego ruinas y ninguna vegetación ni agua. Además no teníamos pistas de donde podría estar la gema de la tierra, solo sabíamos que estaba en esa región y nada más, no había tampoco nadie ahí que nos indicara algún camino, todo estaba abandonado o eso creímos. Al llegar a las ruinas de una ciudad, sentimos un temblor bajo los pies, montamos rápidamente en nuestras bestias de montar las cuales no obedecieron nuestra orden, hubo otro temblor y tras nosotros surgió de la arena un gran ciempiés escamoso. Los dinosaurios se asustaron al ver a la criatura y salieron huyendo de regreso a Paki dejándonos tirados en el suelo.


_ Menudos animales asustadizos, parecen perros miedicas con el ruido de los fuegos artificiales en días festivos_ me dolía el culo, justo fui a caer sobre una roca dura ni la armadura me salva del dolor.


_ No tenemos más opción que derrotar esa cosa_ alegó Fenrir, mostrando sus colmillos y con la cara ya peluda. Estaba hecho una furia, por lo que parece no era el único al que le dolió la caída, aunque el hombre lobo siempre anda de mal humor.


Nos enfrentamos al insecto gigante, el cual escupía una especie de líquido púrpura que si nos tocaba nos mandaba al cielo, quede estupefacto cuando un chorro ácido cayó a mi lado derritiendo una roca.

_ Madre mía, de la que me salvé.

_ SIMÓN, DEJA DE DISTRAERTE_ me riñó Freyja, quien luego fue a parar contra lo que alguna vez fue un arco ornamentado de piedra, cuando la criatura le dio un coletazo.

_ ¡PRINCESA!_ gritó Malva, pero Freija parecía aún medio tonta, tratando de recomponerse. El hechizo de la bruja rebotó en las escamas del insecto y Fenrir no pudo acercarse a la elfa, pues también fue arrojado de un coletazo hacia un pozo antiguo y obviamente vacío.

El ciempiés se preparó para disparar ácido a la princesa, entonces llamé su atención arrojándole una piedra, el bicho me miró y fue cuando usé el poder de la gema del trueno; me transformó en un ogro de piel azabache y mi espada relucía como un sol dorado de la cual lanzaba ataques eléctricos (¡Cómo mola! ¡Joder, que me creía el todopoderoso Zeus!). Pero mi poder no bastó para vencer al bicho ese y cuando creímos que estábamos perdidos, del cielo le cayó encima una bola de fuego (que más bien era una roca grande bañada en brea y el fuego la devoraba) que salió despedida de la ciudad tras nosotros, el ciempiés murió como todo bicho aplastado; al volvernos vimos a un enano junto a una catapulta (solo podía preguntarme de dónde coño salió el tío ese si no estaba ahí cuando llegamos ¿Y la catapulta? no me jodas). Se nos acercó, dijo que se llamaba Afor y que estuvo esperando durante un largo tiempo al guardián, señalándome a mí (no me digas ¿En serio?) nos contó que es el último de su raza y el único en toda esa región además de los ciempiés; nos exigió que le siguiéramos, pero sin dinosaurios ni caballos, nos subimos a su carreta de hierro de la cual tiraban unas tortugas gigantes, que eran más veloces que un coche para mi sorpresa.


De camino a quién sabe dónde, Afor nos contó que el imperio oscuro fue el que ocasionó la destrucción de Quayik en el pasado, cuando despertaron a las bestias de Pyro que dormían en la magia vital del mundo. El emperador Clover, sediento de poder, usó un poderoso hechizo con el que invocó a un demonio para absorber el poder de Pyro controlando a las bestias y según el enano, así fue como nació un guardián, quién forjó el anillo con las gemas para contener el poder de las bestias y así tenerlas bajo control, junto con ello el artefacto que encierra el poder demoníaco y restaurar el orden de la energía vital del mundo; se creyó que Clover había muerto, pero en realidad quedó débil y ha vivido todo ese tiempo con una parte del poder demoníaco en su interior, si se hace con el artefacto antiguo liberará al demonio y terminará lo que una vez empezó (¡Jo! que tengo la cabeza petada con tanta información ¡Ya me quiero despertar de esta mierda de pesadilla antes de que me orine los pantalones, tío! ¿Cómo coño se supone que voy a vencer a un tío que tiene más años que yo y a un demonio?).




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