El Guardian Del Fuego y La Doncella De La Nieve.

Hijos de la escarcha y la llama.

En las tierras del Reino de la Nieve nació Artemia Barrett, una niña de piel clara como la luna invernal y ojos cafés que guardaban la dulzura del otoño. Su familia, descendiente de guardianes de las montañas, la crió en medio del silencio helado y la serenidad de los glaciares. Artemia creció rodeada de calma, aprendiendo a ver en cada copo de nieve una caricia y en cada tormenta una melodía. Dulce y delicada, era como un suspiro de escarcha que traía belleza incluso en la dureza del frío.

En las ardientes llanuras del Reino del Fuego nació August Alaric, cuyo llanto chisporroteó como brasas vivas. Descendía de una orgullosa dinastía de guardianes de la llama, criados en la disciplina y el honor. August irradiaba un calor natural que hacía brotar flores a su paso, y poseía un encanto que desarmaba incluso a los más severos. Tenía un carácter fuerte, una risa clara y una mirada encendida, pero bajo esa chispa ardiente empezaba a formarse la responsabilidad de un linaje entero.

Así crecieron: Artemia entre montañas envueltas en escarcha, August entre llanuras ardientes. Dos naturalezas opuestas, dos destinos contrarios, sin saber que el eco de los siglos los estaba acercando, paso a paso, hacia un mismo horizonte.




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