El guardián del tiempo

Scott

 

Sigo burlándome mientras trato de recordar que día choqué con ella y tiré mis tarjetas; sin embargo, por más que fuerzo mi mente todo está en blanco. Rio para no mostrar mi tristeza, estoy confundido y el dolor en mi pecho me sofoca. «No…no es ella…no puede estar muerta.» Pongo una mano en mi rostro justo en mi boca y acaricio mis mejillas. Mi respiración se agita con violencia. «Sí lleva días muerta ¿Por qué la soñé justo hoy?»

Miro a mis hermanos, están desconcertados igual que yo, no sé interpretar lo que Thomas ha de sentir porqué aún escucho los sonidos que hace al vomitar. El silencio que nos rodea comienza a incomodarme, no creo darle el pésame a mi hermano. Quiero saber que pasa en realidad…como todos.

— ¿Y ahora? — Rompe el silencio Dorian — ¿Cuál es el plan?

— ¿Plan? —, bufa Joshua.

— Sí —, dice Dorian — ¿Vas a llevar un duelo o irás por venganza?

— Si quiero venganza, empezaría por matar a Scott… — alega tajante, provocando que me tiemble la médula. Levanto la cabeza viendo la mirada asesina de mi hermano. Casqueo los dientes.

— Pero no sé quién ha provocado esto…

Una carcajada femenina interrumpe la oración de Joshua, sus pasos suaves me alertan.

— Incrédulos… — suspira — ¿Lena desaparece y lo primero que se les cruza por la cabeza es profanar su tumba? Los guardianes del tiempo quieren su cabeza y parece que están logrando atraer a La gracia de Dios en su trampa.

Los seis nos ponemos alerta; me giro bruscamente.

— Lena llegó con tarjetas y me dijo: Sí muero déjalas dónde creas que sean necesarias como evidencia. — Se encogió de hombros. — Venía a ver si otra persona había caído en la trampa, pero, creo que ustedes llegaron primero —, sonríe.

Una ráfaga de viento mueve mi cabello corto, parpadeo y en la oscuridad la escena que tengo frente a mí me confunde; Joshua ha cogido a esa fémina del cuello de la chaqueta mientras le gruñe; aunque, no puedo distinguir su rostro; la zarandea de lado a lado y de sus bolsillos caen tarjetas blancas al pasto. No tengo que esforzarme para saber que son mías, tuve que perder una cantidad pequeña en ese choque para no haberme dado cuenta que desaparecieron pocas y aunque siga tratando de recordarlo, no puedo.

— Vamos Joshua —, dijo la desconocida sonriendo. Aquella bella sonrisa brilla con la luz de la Luna. — Sé que eres más peligroso que La gracia de Dios y lo peor de todo es que tengo prohibido matarte, colega.

— ¿Quién eres? —, pregunta Dorian.

La joven ladea su cabeza y nos mira a todos, sus grandes ojos color café brillan de excitación mientras esboza una sonrisa de medio lado. Aún atrapada por el agarre de mi hermano mueve los hombros hacia arriba y los deja caer. El silencio de mis hermanos me confunde, por lo general, en este tipo de situaciones empiezan a interrogar a las víctimas.

— Selene —, habla Joshua — ¿Qué haces aquí?

— Ay, Joshua…— Se lamenta, — de no ser por Lena yo ocuparía su lugar…Cuando ella fue elegida para matar a tus hermanos escribió su condena —, apunta a Dorian y hace una pausa, — y yo también…los guardianes del tiempo no descansarán hasta verlos muertos…

Joshua la deja caer al suelo; siento que mi estómago se contrae, no tengo tiempo para ver lo que pasa a mí alrededor, vuelvo a mirar el cuerpo de Lena sin vida dentro de su ataúd. Sí he entendido bien…alguien quiere eliminarnos…

— ¿En serio? —, cuestiona Dorian. — Creí que eran una leyenda…

— Pues estuviste tras uno todo este tiempo, Dorian Ferdinand. — Selene se levanta del frío pasto y sacude su ropa, luego camina hasta mi hermano. —¿Nunca te preguntaste por qué se esfumaba en un parpadeo? — Nos mira con cautela. — Eso es una prueba de lo que los guardianes del tiempo podemos hacer…—, apunta tras nosotros. —Desgraciadamente con ustedes no funciona...

— ¿Por qué conoces a esta mujer, Joshua? —, cuestiono irritado.

Mi hermano me mira torciendo los labios, desvía la mirada y la clava en la desconocida que asiente con la cabeza. Por otro lado, él no habla, todos sin excepción alguna tenemos los ojos clavados en los dos. Thomas, que ha dejado de vomitar, se incorpora en la conversación.

— Eres la chica con la que Joshua se veía a escondidas…antes que lo diéramos por muerto, — informa Thomas, provocando que mi hermano diera un suspiro de derrota.

— No… — responde la joven. — Los guardianes del tiempo sólo pueden ser vistos por aquellos que van a tomar su lugar —, de nueva cuenta nos mira a todos y por último al ataúd. — Antes de tener cómo misión deshacerme de ustedes junto con Lena, Joshua se entrometió en una misión que era para mí…al percatarme que fui vista por él…con agonía le dicté la sentencia que todo privilegiado debe escuchar…porque, además, creo haberlo dicho, detener el tiempo no sirve con ustedes…

«Temiendo por mi muerte…y por su aceptación, Joshua me dijo que se uniría a mí y a los guardianes del tiempo. Su respuesta me dejó perpleja: Si lo hago me liberarás de esta vida y de los pecados que he cometido en nombre de Dios…mato por dinero y a veces, para salvar la vida inocente de las personas —, cita encogiendo los hombros.




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